Muchos templos budistas han sido demolidos desde febrero en varias provincias con el pretexto de ser “proyectos de construcción no aprobados”.
por Jiang Tao
Hou Aiyun, de 83 años de edad y encargada del templo de Guangxiao, en la ciudad de Zhengzhou, estaba apenas despierta cuando agentes del orden la sacaron a ella y a su esposo del templo en la mitad de una noche lluviosa el 12 de abril. No se les dio tiempo para reaccionar y también les quitaron sus teléfonos celulares. Después de eso, más de 100 oficiales comenzaron a demoler el templo budista. Las estatuas, los aparatos eléctricos y otros objetos fueron arrasados por dos buldóceres y una excavadora. A las 3:00 a. m., el operativo de demolición de cuatro horas llegó a su fin, cuando las tres principales salas del templo yacían en ruinas.
El templo fue construido en 2016 por Li Shuangxi y se extendía sobre 1000 metros cuadrados. Las autoridades locales habían escrito a Li antes de la demolición para informarle que el templo sería demolido debido al uso ilegal de tierra.
Li negó el cargo. También dijo que los líderes del gobierno del distrito habían revisado la tierra antes y que habían aprobado la construcción del templo.
De acuerdo con una filtración de un empleado de gobierno, todos los Departamentos de Asuntos Religiosos a nivel distrital, de la ciudad y provincial, sabían de la próxima demolición del Templo de Guangxiao. Mientras todos ellos decían que preservarían el templo, el gobierno a nivel provincial y de la ciudad comenzó a presionar a nivel distrital para hacer la demolición.
Este incidente no es el primero en su tipo. Templos en las provincias de Sichuan, Zhejiang, Cantón y otras provincias han sido demolidos en los últimos meses siguiendo la implementación en febrero de este año de la nueva Normativa sobre Asuntos Religiosos. El documento del Partido Comunista titulado “Visión sobre la implementación de la estrategia para el desarrollo rural”, hace hincapié en la represión a las actividades religiosas rurales e ilegales, a la iconografía religiosa excesiva, etc.
A causa de las regulaciones, no solo los uigures y cristianos están siendo suprimidos. Incluso la religión tradicional china del budismo está siendo atacada, como lo demuestra la demolición del Templo de Guangxiao. Un aldeano del lugar, quien pidió permanecer en el anonimato, comentó, “nosotros, la gente del pueblo, entendemos que todos los movimientos religiosos enseñan a la gente a ser buena, pero el gobierno sigue de todas formas eliminando la religión hasta el punto de que ahora se escuchan quejas por todas partes”.