A menudo las autoridades chinas contratan a criminales o extranjeros para que los ayuden con su sucia labor de acaparamiento de tierras. Cuando en uno de esos casos las cosas salieron mal en Fujian, terminaron encarcelando a personas inocentes.
Bitter Winter recientemente descubrió evidencias, incluyendo documentos y grabaciones de audio, según las cuales, las autoridades en Fujian hicieron que cinco jóvenes chinos aceptaran la culpa de los delitos que las propias autoridades cometieron en 2012.
En mayo de ese año, las autoridades del condado de Xianyou, en Fujian, querían vender tierras de cultivo locales a desarrolladores a precios elevados y embolsarse las ganancias. Cuando no pudieron convencer a los habitantes de la villa para que estuvieran a su favor, decidieron tomar las tierras por la fuerza con la ayuda de la policía y de pandilleros.
El líder de una banda criminal persuadió a cinco jóvenes de la localidad –Fang Yongren, de 22 años, Qiu Qibin, de 19 y tres muchachos de 16 años de edad, Zheng Yu’nan, Huang Jian y Zheng Dezhi– para que se unieran a su grupo que había sido contratado por el Gobierno para apoderarse de las tierras. Se les prometió entregarles 200 yuanes, o casi 30 dólares, junto con un paquete de cigarrillos, por cada día de trabajo; también se les prometió dinero adicional después de que las tierras fueran ocupadas.
Tres días más tarde, el pesado contingente de 600 personas se presentó en la villa a las 8 a.m. y comenzó a atacar a los aldeanos que protestaban. Su líder les dijo a los miembros de la banda criminal que el Gobierno asumiría la responsabilidad de cualquier percance, así que debían ser todo lo agresivos que pudieran ser.
De acuerdo con un testigo presencial, Ruan Jianhang, de 28 años de edad, pasaba por la villa después de finalizar su trabajo alrededor de las 11:30 a.m. Sin embargo, un miembro de la pandilla de unos 40 años lo confundió con uno de los manifestantes y terminó golpeándolo a muerte.
Esto llevó a que los habitantes de la villa se enfurecieran y, para calmar la situación, las autoridades comenzaron a cazar al “asesino”. Esperando utilizar en el futuro a las pandillas criminales, las autoridades dejaron en paz al culpable. Por otro lado, tal y como lo reveló un informante del Gobierno, se decidió que los cinco jóvenes que fueron contratados especialmente para este trabajo fueran acusados del asesinato del señor Ruan.
Funcionarios gubernamentales pronto convencieron a los cinco muchachos de asumir la culpa, diciéndoles que era una mera formalidad y que no tendrían que enfrentar la cárcel ni ningún otro tipo de castigo. El líder de la pandilla que los había contratado buscó a las familias de los jóvenes, que eran menores de edad, y les prometió 250 000 yuanes (casi 36 000 dólares) a cambio de una falsa confesión.
Al cabo de dos semanas de la muerte del señor Ruan, los oficiales de policía llevaron a los cinco jóvenes al lugar donde el hombre había sido golpeado y tomaron fotos de una falsa reconstrucción del crimen. Para el 22 de junio, los cinco muchachos habían sido arrestados.
En el mes de noviembre, las autoridades también se pusieron en contra del líder de la pandilla, Yang Fengjie, y lo arrestaron para afianzar la imagen de que el PCCh es “justo”. Fue sentenciado a siete años de prisión.
Al mes siguiente, en la corte se llevó a cabo también el juicio de los cinco jóvenes. Los acusados primero asumieron una postura de inocencia, pero después de varias deliberaciones con oficiales del Gobierno durante el receso, decidieron disciplinarse y “confesar” haber golpeado al señor Ruan a muerte.
La corte sentenció tanto al señor Fang como al señor Qiu a 10 años de prisión. En cuanto a los menores de edad, el señor Zheng Yu’nan recibió cuatro años de prisión mientras que los otros dos fueron sentenciados a tres años cada uno. Como menores de edad, a los tres se les permitió cumplir su sentencia durante cuatro años de libertad condicional.
Sin embargo, como los oficiales los habían engañado, quedaron impactados al darse cuenta de que tendrían que cumplir una condena por un crimen que ni siquiera habían cometido. No obstante, la corte se rehusó a considerar sus reclamos.
No dispuestas a tolerar semejante injusticia flagrante, sus familias presentaron un recurso de apelación en contra de sus sentencias. Fue atendido en marzo de 2015 en la ciudad de Putian, pero la petición fue desechada y se sostuvo una vez más la sentencia original.
Los abogados no han querido tomar su caso tampoco porque entienden el nexo que existe entre el Gobierno y las pandillas. Un abogado dijo: “Si un abogado quiere revertir el veredicto y poner al descubierto los problemas que hay al interior del Gobierno, será difícil que tenga éxito. El Gobierno simplemente encontrará una forma de incriminarlos por algo y deshacerse de ellos con el pretexto de ‘limpiar los crímenes de las pandillas y eliminar el mal’ y acusándolos de ‘perturbar el orden social’”.
El abogado reveló que muchos abogados de derechos humanos fueron arrestados en años recientes y, así, no había forma de que nadie pudiera atreverse siquiera a tomar el caso de estos cinco jóvenes.
Informado por Lin Yijiang