En Mindong y Shantou, el Vaticano les exige a los obispos clandestinos que se retiren y que coloquen a todos los católicos bajo la jurisdicción de los obispos patrióticos.
Massimo Introvigne
AsiaNews informó el 13 de diciembre que el arzobispo Claudio Maria Celli viajó a Pekín como enviado especial del papa Francisco para «aceptar» las renuncias de los obispos de la Iglesia Católica Clandestina para la diócesis de Mindong, Mons. Vincent Guo Xijin, y por la de Shantou, Mons. Peter Zhuang Jianjian. El Vaticano ahora reconocerá a Mons. Vincent Zhan Silu como obispo de Mindong y a Mons. Joseph Huang Bingzhang como obispo de Shantou. Ellos son obispos de la Iglesia Patriótica Católica, a quienes el Vaticano había previamente excomulgado, pero que posteriormente indultó como parte del Acuerdo entre el Vaticano y China del año 2018. El Vaticano le pidió a Mons. Guo que continúe como obispo auxiliar en Mindong, bajo las órdenes del nuevo obispo Mons. Zhan. No obstante, bajo la ley china, para poder hacerlo, Mons. Guo necesita contar con la autorización del Partido Comunista Chino (PCCh).
Parece ser que en estas dos diócesis el Acuerdo firmado entre el Vaticano y China en el año 2018 es interpretado tanto por el Vaticano como por el PCCh como un elemento que dará lugar a la fusión entre las dos Iglesias Católicas que existían antes del acuerdo, la Clandestina y la Patriótica, bajo las órdenes de los obispos patrióticos que ahora son reconocidos también por la Santa Sede. Tal y como demuestra el caso de Mons. Guo, el destino de los obispos que pertenecían a la Iglesia Clandestina, que no tienen la edad suficiente como para retirarse de forma definitiva, y que el Vaticano todavía desea utilizar en cierta medida, sigue siendo legalmente poco claro.
Como Bitter Winter ha informado repetidamente, la situación en otras diócesis aún sigue siendo ambigua y los sacerdotes de la Iglesia Católica Clandestina continúan siendo arrestados.