Ni siquiera las iglesias de las Tres Autonomías controladas por el Gobierno están a salvo de la campaña de demoliciones: la iglesia de Baofeng, en Jiangxi, fue falsamente declarada insegura y demolida.
Desde que el presidente Xi Jinping tomó posesión de su cargo, por toda China se han demolido muchas iglesias o se han derribado sus cruces. Teóricamente, la Iglesia protestante de las Tres Autonomías, controlada por el Gobierno, debería haber escapado de esta campaña, pero en realidad, las autoridades se han valido de distintos pretextos para también atacar a los templos de las Tres Autonomías.
Un ejemplo de ello es la iglesia de Baofeng en la ciudad de Yichun, Jiangxi, que el Gobierno calificó como “edificio ruinoso” y demolió en agosto de 2017. Las promesas de reconstruir la iglesia tras su demolición no se han cumplido.
En julio, se realizó una inspección de la iglesia de Baofeng en medio de un servicio religioso y los inspectores afirmaron que una zona del muro tenía pequeñas grietas que hacían que el edificio fuese inseguro. Menos de un mes después, funcionarios de la administración del condado y del Gobierno de la ciudad de Baofeng visitaron la iglesia e intentaron persuadir a los feligreses de que fuesen ellos mismos los que solicitaran la demolición, pero se negaron diciendo que la iglesia se había construido recientemente y que dos grietas pequeñas en un muro difícilmente la hacían insegura. Las autoridades respondieron que ya estaba tomada la decisión de demoler la iglesia de Baofeng y prometieron construir una nueva para los feligreses.
Los funcionarios del Gobierno seguían queriendo que los fieles firmasen una solicitud de demolición del edificio y volvieron a la iglesia en varias ocasiones. Visitaron a algunos feligreses en sus casas y les obligaron a firmar la solicitud. El marido de la administradora de la iglesia fue a las autoridades y les explicó que sin la firma de su esposa y la del donante que había financiado su construcción, la solicitud de demolición no era válida. Ni sus argumentos legales ni las protestas de los feligreses sirvieron para nada.
El 2 de agosto, las autoridades procedieron a la demolición forzosa de la iglesia, acompañados por la policía para controlar las protestas. Sin embargo, según los testigos, cuando las excavadoras empezaron a intentar romper los muros de la iglesia, se dieron cuenta de que no podrían derribarlos, y las autoridades tuvieron que llevar una grúa y un vehículo de remolque para acabar el trabajo. Los observadores preguntaban: “Si el edificio estaba tan deteriorado, ¿cómo es que resulta tan difícil derribarlo?”. Tardaron una semana en demoler completamente aquella iglesia tan resistente.
Ha pasado casi un año y no se han tenido noticias de la promesa de las autoridades de reconstruir la iglesia. Cuando algunos feligreses se lo plantearon a los funcionarios de la ciudad, la respuesta fue que la iglesia se había demolido tras la recepción de una solicitud escrita por los fieles, no por iniciativa del Gobierno, y por lo tanto no tienen obligación de construir una nueva.
Un cristiano de Fujian había financiado la construcción de la iglesia de Baofeng. Invirtió en el proyecto, que se finalizó en 2012, más de 400 000 yuanes. La obra ocupaba más de 100 m2. Antes de su demolición, más de 40 cristianos acudían habitualmente a rezar a la iglesia.
Informado por Lin Yijiang