Las autoridades de la ciudad de Nanyang allanaron y clausuraron un sitio de reunión perteneciente a la Iglesia doméstica de la Gran Alabanza luego de que su líder se negara a unirse a la Iglesia Protestante de las Tres Autonomías controlada por el Gobierno.
En el mes de agosto, funcionarios de la ciudad de Nanyang, en la provincia central de Henán, intentaron en tres ocasiones forzar al líder de la Iglesia doméstica de la Gran Alabanza a unirse al Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías controlado por el Gobierno, amenazándolo con demoler el lugar de reunión, pero éste se negó a hacerlo.
Los creyentes celebran una reunión antes de que la iglesia fuera clausurada por la fuerza:
A fin de hacer valer su decisión, el último día del verano, el Gobierno local contrató a más de 20 matones para que atacaran el sitio de reunión de la misma, el Salón Renacer. Los creyentes que custodiaban la iglesia fueron golpeados mientras intentaban proteger su lugar de culto. Al presentarse en el lugar más miembros de la congregación, los impostores fueron obligados a retirarse.
Pero las autoridades no abandonaron sus planes y, a las 4 de la mañana del 5 de septiembre, alrededor de 300 empleados del Departamento de Seguridad Pública municipal, del Departamento de Gestión Urbana y de otros departamentos, llegaron al Salón Renacer en más de 20 vehículos. Agentes de policía fueron posicionados para vigilar todas las intersecciones que conducían a la misma.
Personal gubernamental allanó la iglesia durante las primeras horas de la mañana:
Un cerrajero contratado por el Gobierno abrió la puerta de la iglesia, mientras que otro miembro del personal retiraba las cámaras de seguridad y cortaba el suministro de energía. Diecisiete creyentes que estaban custodiando la iglesia en ese momento trataron de llamar a más miembros de la congregación para obtener ayuda, pero no pudieron hacerlo debido a que línea de recepción de señal móvil había sido bloqueada.
Oficiales de policía irrumpieron en la iglesia, confiscaron los teléfonos móviles de los creyentes y amenazaron con arrestarlos si se resistían. A pesar de las amenazas, los creyentes discutieron con la policía, pero fueron arrestados y llevados a la oficina de policía de la aldea.
Aproximadamente 100 agentes de policía permanecieron en la iglesia y derribaron imágenes y cruces de los muros, además de destruir el atril. También confiscaron las Biblias, los libros religiosos, el equipo técnico, y todos los objetos de valor que encontraron en la iglesia. Según un miembro de la congregación, el valor de todos los artículos que fueron confiscados totalizaba aproximadamente 100 000 yuanes (alrededor de 14 880 dólares).
Personal gubernamental ha cerrado y sellado las puertas de la iglesia, y los creyentes temen que pronto sea demolida.
Un creyente agraviado, incapaz de contener las lágrimas, afirmó: “Vivimos frugalmente para realizar donaciones para la construcción de la iglesia y logramos recolectar 600 000 yuanes. Fue muy difícil construir la iglesia y ahora el Gobierno la ha clausurado y se ha llevado todo. ¿Dónde vamos a celebrar nuestras reuniones?”
Informado por Jiang Tao