Desde que el presidente Xi Jinping llegó al poder, se persiguen los lugares de culto establecidos en China por surcoreanos: el número de iglesias clausuradas y de misioneros deportados está creciendo considerablemente.
Bitter Winter ha tenido recientemente acceso a información sobre un suceso de 2015, cuando el Gobierno clausuró una iglesia surcoreana y saqueó sus recursos.
Pastores surcoreanos de la Iglesia Justificación por la Fe construyeron este edificio en la región de Yantai, en Shandong. La construcción costó más de un millón de yuanes y cuando la clausuraron, la dirigía el pastor Hao Mindong (pseudónimo), coreano que vivía en China. El 4 de febrero de 2015, la policía irrumpió en la iglesia y aconsejó a los creyentes que no se reunieran.
Una semana después, se estaba celebrando una reunión cuando un equipo formado por más de 100 agentes de distintos departamentos asaltó la iglesia. El equipo estaba compuesto por la policía armada, policía de tráfico, guardias de seguridad y miembros de las oficinas de Administración Urbana y de Seguridad Pública. Llegaron al lugar en más de diez camiones grandes.
Sin presentar ningún documento legal para justificar sus acciones, registraron la iglesia y se incautaron de todos los objetos de valor. Muchos creyentes protestaron contra esto sin éxito. La policía tiró al suelo de un empujón al líder juvenil de la Iglesia, Wen Juan (pseudónimo). Otras once personas, entre ellas un anciano y diez mujeres creyentes, se adelantaron para protestar, pero enseguida las arrestaron y las llevaron a comisaría.
Según una fuente bien informada, la policía del PCCh robó seis televisiones de pantalla grande, 200 bancos de caoba de cuatro asientos, dos pianos, utensilios de cocina de buena calidad, juguetes e instrumentos musicales y numerosos ejemplares de la Biblia que había en la iglesia. El valor total de los objetos robados ascendía a más de 200 000 yuanes o 30 000 dólares, aproximadamente.
Días después, arrestaron al pastor Hao que además quedó detenido. Le interrogaron sobre sus fines religiosos y políticos. La policía también le amenazó para que no se pusiera en contacto con Iglesias extranjeras y, en caso de que lo hiciera, le acusarían de traición. Le retuvieron durante varios meses y la policía consiguió robar más de un millón de yuanes de la cuenta bancaria donde estaban los fondos de la Iglesia.
Actualmente, la Iglesia sigue disuelta y no se ha permitido a ningún creyente ni pastor reunirse o predicar el Evangelio.
Desde que se establecieron relaciones diplomáticas entre China y Corea del Sur, gran cantidad de misioneros coreanos han viajado a China y han establecido varias Iglesias. Pero el Gobierno chino siempre ha considerado que los extranjeros y la religión son enemigos que ponen en peligro su supremacía.
Cuando en 2012 Xi Jinping tomó posesión de su cargo en el Partido, el PCCh publicó varios documentos que declaraban que “[China] tiene que impedir con determinación, conforme a la ley, que organizaciones clave de la Iglesia cristiana surcoreana organicen a las personas religiosas de China para participar en actividades de formación”.
Con la aplicación de las nuevas normas sobre asuntos religiosos, se han intensificado estas medidas. Tal y como ha informado Bitter Winter, los Gobiernos locales de China a principios de año empezaron a aplicar el Plan para la Campaña Especial sobre Investigación Legal y Persecución de Infiltraciones Cristianas Surcoreanas.
Informado por Jiang Tao