Un miembro de una iglesia coreana en la ciudad de Hailin, provincia de Heilongjiang, fue intimidada por las autoridades y se le prohibió celebrar reuniones religiosas.
por Piao Junying
El 19 de junio de 2018, Piao Huien, miembro de una iglesia doméstica coreana en Hailin, fue intimidada por las autoridades, las cuales le prohibieron celebrar reuniones y le hicieron firmar una declaración, colocando su huella dactilar en ella, en la que renunciaba a su fe. Le dijeron a Piao Huien que la iglesia a la que pertenecía era considerada una fuerza hostil por el gobierno chino y que si se adhería a su fe, estaría actuando en contra del Partido Comunista.
Piao Huien a menudo invitaba a creyentes de origen coreano a asistir a las reuniones en su iglesia, la cual fue establecida por surcoreanos que viven en China. Ella dijo que la iglesia, previamente guiada directamente por predicadores surcoreanos, ha sido objeto de represión y vigilancia por parte de las autoridades chinas durante algún tiempo. Los predicadores de la iglesia, Jin Jishun y Han Mingzhe (ambos son seudónimos), una pareja casada, fueron arrestados por la policía local, luego de lo cual fueron forzados a regresar a Corea del Sur.
Desde abril, el gobierno chino ha estado implementando el Plan para la Campaña Especial sobre Investigación Legal y Enjuiciamiento de Infiltraciones Cristianas Surcoreanas, dirigido a las iglesias domésticas establecidas en China por cristianos procedentes de Corea del Sur. El plan requiere que todas las autoridades en diferentes niveles deben suprimir y tomar medidas enérgicas contra dichos grupos e informar periódicamente sobre su progreso.