Las iglesias afiliadas al extranjero son continuamente acosadas: se clausuran lugares religiosos, los creyentes son investigados y se les prohíbe viajar al extranjero.
Tang Zhe
Desde que el año pasado el Departamento de Trabajo del Frente Unido, el Ministerio de Seguridad Pública y la Administración Estatal de Asuntos Religiosos crearan juntos el Plan para la Campaña Especial para la Investigación y Prosecución Legal de las Infiltraciones Cristianas de Corea del Sur, las iglesias cristianas surcoreanas existentes en China han sido duramente reprimidas.
En el mes de abril, la Agencia de Educación y Deportes de un condado de la ciudad de Handan, en la provincia norteña de Hebei, emitió una notificación dirigida a todas las escuelas primarias y secundarias bajo su jurisdicción, exigiendo investigar y reportar el estado religioso de todos los maestros y estudiantes. Iglesias con sede en Corea del Sur, tales como la Iglesia de la Música Sagrada y la Iglesia de Aiwei (愛唯爾教會), son específicamente mencionadas en el documento como iglesias con las que el personal y alumnos tienen prohibido asociarse, y las administraciones de las escuelas han recibido instrucciones de organizar reuniones ideológicas y antirreligiosas. Un miembro del personal docente afirmó: «Esta investigación es sumamente rigurosa. ¡Si se descubre que algún maestro cree en Dios, el mismo será despedido!»
Iglesias clausuradas
Durante el año pasado, los Gobiernos provinciales participaron activamente en la implementación de campañas de represión contra iglesias relacionadas con el extranjero, siendo los cristianos surcoreanos los principales objetivos.
En el mes de julio, luego de enviarle una advertencia, fue clausurado un lugar de reunión perteneciente a una iglesia surcoreana emplazado en la ciudad de Rushan de la provincia china oriental de Shandong. «No está permitido predicar ni celebrar reuniones con miembros del pueblo chino, sin importar si son cristianos o no», miembros del personal gubernamental le gritaron al pastor de la iglesia. Casi dos meses después, él y algunos cristianos surcoreanos se vieron obligados a regresar a Corea del Sur.
Anteriormente, en el mes de junio, también fue clausurada una iglesia étnica coreana que se hallaba emplazada en la ciudad de Longjing, en la Prefectura Autónoma Coreana de Yanbián, en la provincia de Jilin, debido a que estaba vinculada con Corea del Sur. Desde entonces, para evitar ser perseguidos, los miembros de la iglesia cambian frecuentemente los lugares donde celebran reuniones. «En la actualidad, tenemos que ir hasta la cima de una montaña para poder celebrar reuniones», afirmó un fiel. «En ocasiones, celebramos reuniones en un campo de cultivo, debajo de un puente o en un automóvil. Cuando el clima es frío, nos reunimos en casas vacías y deshabitadas. No nos atrevemos a celebrar reuniones demasiadas veces en un mismo lugar porque tememos ser descubiertos».
En el mes de mayo pasado, aproximadamente 30 miembros del personal de varios departamentos gubernamentales de la ciudad de Kunming, en la provincia suroccidental de Yunnan, entre los que se incluía la Agencia de Seguridad Pública y la Brigada de Seguridad Nacional, irrumpieron en un lugar de reunión perteneciente a la Iglesia de Caná –una iglesia evangélica surcoreana local– y les prohibieron a más de 100 creyentes celebrar reuniones.
«Todavía restan tres años en el contrato de arrendamiento del lugar de reuniones, pero el mismo fue rescindido de manera unilateral. Esta es la cuarta vez en un período de cinco años que nos vemos obligados a trasladar nuestra sede de reuniones», le dijo uno de los fieles de la iglesia a Bitter Winter.
El fiel también afirmó que dos meses antes de la clausura, varios funcionarios investigaron los edificios circundantes, buscando alguno que fuera utilizado como lugar de reunión religiosa y registrando la información de los inquilinos; solo después de verificar tal información procedieron a actuar en el mes de mayo.
Se prohíben las visitas a Corea del Sur
En el mes de octubre, catorce cristianos procedentes de la ciudad de Wenzhóu, en la provincia oriental de Zhejiang, planeaban viajar a Corea del Sur para asistir a varias reuniones religiosas y recorrer el país. Luego de reservar su pasaje, uno tras otro, recibieron llamadas telefónicas de la Agencia de Seguridad de Estado de la ciudad, en las que se les prohibía viajar al extranjero y se les exigía devolver sus boletos de avión.
El 25 de octubre, la policía interceptó a los 14 cristianos en el Aeropuerto de Xiaoshan de la ciudad de Hangzhou. Los agentes afirmaron que eran sospechosos de poner en peligro la seguridad nacional y que tenían prohibido abordar el avión. Dos semanas después, la policía convocó al pastor que había organizado el viaje.
Más de diez cristianos pertenecientes a una iglesia doméstica emplazada en la ciudad de Xuzhou de la provincia centroriental de Jiangsu, fueron interrogados por la policía tras regresar de un viaje a Corea del Sur en julio. Los oficiales explicaron que la razón para investigar su viaje era evitar que «religiones extranjeras» invadieran China y pusieran en peligro los intereses nacionales. Preguntaron si había surcoreanos en la iglesia y el motivo por el cual habían viajado a Corea del Sur.
En el mes de marzo del año 2018, veinte cristianos pertenecientes a una iglesia de Sola Fide emplazada en la ciudad de Weihai, en la provincia de Shandong, querían viajar a Corea del Sur para asistir a una reunión, pero se no se les permitió hacerlo. La policía afirmó que viajar al extranjero para participar en una reunión constituía una actividad religiosa ilegal. Pocos días después, dos predicadores de la iglesia fueron arrestados y la policía convocó a más de diez cristianos para tratar de averiguar quién había sido el organizador del viaje.