Los Gobiernos municipales están intensificando las medidas contra los extranjeros y contra cualquier persona que posea vínculos en el extranjero sospechosa de utilizar el cristianismo para «subvertir el régimen».
Wang Anyang
Los funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh) han utilizado durante mucho tiempo el temor a la infiltración extranjera como pretexto para reprimir los lugares religiosos que no están aprobados por el Gobierno. En el mes de marzo, el presidente del Comité Nacional del Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías, Xu Xiaohong, acusó a «las fuerzas occidentales contrarias a China» de intentar influir en «la estabilidad social de China e incluso subvertir el poder político de nuestro país a través del cristianismo«.
La represión contra la «infiltración extranjera» se está intensificando. Bitter Winter obtuvo documentos emitidos por Gobiernos de ciudades de diferentes provincias, según los cuales, no solo se ha exigido investigar lugares religiosos, sino también negocios tales como hoteles, facultades y universidades que posean vínculos con el extranjero, e incluso personas que visitan China.
El Plan para investigar de manera conjunta las actividades de infiltración religiosa, emitido el pasado mes de abril por un municipio de la provincia china nororiental de Jilin, prevé tres etapas de trabajo, cada una de ellas de un mes de duración, llevadas a cabo de manera conjunta por varios departamentos municipales, entre los que se incluyen el Departamento de Trabajo del Frente Unido local, la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos, la Agencia de Seguridad Pública y la Brigada de Seguridad Nacional.
Se deberán investigar los lugares de reunión religiosa que posean vínculos con el extranjero, sus contactos en el extranjero, las actividades diarias y en línea de los misioneros extranjeros que se encuentran en China, la difusión de materiales religiosos, así como también las actividades llevadas a cabo por facultades de teología y otras instituciones. Se deberá crear un archivo para cada caso de sospecha de infiltración extranjera identificado, así como también para cada persona involucrada en dichas actividades, y además se les deberá dar seguimiento de manera regular.
Mientras tanto, el Plan para llevar a cabo medidas enérgicas contra cuestiones importantes del cristianismo, emitido por la Agencia de Seguridad Pública de una localidad de la provincia china norteña de Hebei, exige intensificar la represión contra la «Iglesia de Jiaxi» de Corea del Sur (佳息教會), «la Iglesia Cristiana Presbiteriana», «la Iglesia Cristiana Bawo», (基督教巴撾教會), «la Iglesia El Faro», las organizaciones con sede en Estados Unidos «Cruzada Estudiantil para Cristo» y «Jóvenes con una misión», y otros grupos cristianos.
De manera similar a la represión llevada a cabo en Jilin, a las autoridades de Hebei también se les exige bloquear “las actividades de infiltración en China a través del comercio, intercambios culturales, turismo, obras de caridad y otros canales” y, en particular, evitar estrictamente que organizaciones e individuos cristianos extranjeros efectúen actividades misioneras en escuelas o empresas. Según el documento, la información cristiana en línea relacionada con el extranjero también deberá ser inmediatamente bloqueada y eliminada.
En una reunión sobre religión celebrada este mes de abril en la ciudad de Sanming, en la provincia china suroriental de Fujian, los funcionarios hicieron hincapié en la necesidad de prevenir la infiltración religiosa, prohibiéndoles a los creyentes recibir información sobre religiones extranjeras a través de la radio, la televisión y otros medios, ya que tal promoción «constituye un ataque contra las políticas religiosas y los derechos humanos de nuestro país”. Se deberán bloquear las posibles vías de influencia religiosa procedentes del extranjero, incluyendo el envío y la recepción de libros religiosos extranjeros, así como también de materiales audiovisuales. Los extranjeros que lleguen a China para estudiar, realizar misiones de caridad o simplemente para hacer turismo o visitar amigos y familiares, también deberán ser investigados y se les deberá impedir realizar actividades misioneras o establecer vínculos con Iglesias en China. Se deberá rechazar cualquier tipo de asistencia financiera o material procedente de grupos religiosos extranjeros ya que esto «atrae a los creyentes» e «interfiere con las actividades religiosas normales».
Un pastor surcoreano que actualmente reside en Pekín comentó: “El PCCh posee una actitud muy dura con respecto al cristianismo. Los mismos cuentan con una extensa lista de nombres de personas religiosas procedentes de Corea del Sur en China y además están investigando en secreto a los fieles surcoreanos en la iglesia. Algunos de ellos afirmaron que llegaron a China con una visa de turista, pero que fueron detenidos en el aeropuerto de Pekín”. El pasaporte del pastor también fue incautado sin ninguna razón, y el mismo enfrenta la amenaza de ser deportado en cualquier momento.