Las autoridades de la provincia de Zhejiang demolieron un templo en la ciudad de Ningbo a finales de agosto, golpeando violentamente a los creyentes que protestaban.
Funcionarios en la provincia oriental de Zhejiang, en China, habían estado tratando de demoler un templo budista en la ciudad de Ningbo desde 2016. Querían expandir una central hidroeléctrica cercana y el terreno del templo se necesitaba para este propósito.
No obstante, los creyentes se opusieron rotundamente a la idea y no permitían que las autoridades destruyeran su templo. Sin embargo, el 24 de agosto de este año, oficiales de la policía local se presentaron en el templo con casi 40 trabajadores contratados, buscando demoler el templo.
Cuando comenzaron a quitar las estatuas de Buda, uno de los creyentes intentó preguntarle a los policías sobre la legalidad de sus acciones. En lugar de contestarle, seis oficiales lo rodearon y, posteriormente, lo lanzaron al piso.
Otra creyente también trató de bloquear a los policías, pero se le trató de la misma manera y le doblaron los brazos por detrás de la espalda. Sintió que se ahogaba y pronto perdió la conciencia. Tuvo que ser llevada a un hospital para ayudarla a recuperarse.
Video 1: Una creyente cae inconsciente después de ser atacada violentamente.
Aunque los trabajos de demolición se suspendieron ese día, los oficiales del Gobierno local regresaron al sitio cuatro días después. Esta vez, habían movilizado a más de 100 personas. También fueron apostados guardias de policía en las intersecciones que llevaban al templo con el fin de impedir que los creyentes llegaran al lugar. En poco tiempo, las estatuas fueron quitadas y el templo fue totalmente destruido.
Video 2: El templo siendo demolido.
Informado por Lin Yijiang