El régimen autoritario incita a los profesores y estudiantes a denunciarse entre sí, y los mismos son obligados a actuar como informantes para vigilar y delatar a los disidentes y creyentes.
por Wan Zixin
Una estudiante universitaria procedente de Mongolia Interior todavía sufre por lo que le sucedió a principios del semestre de otoño del año pasado. Al inicio del nuevo año lectivo, la joven comenzó a buscar compañeros cristianos, con la esperanza de invitarlos a unirse a su fraternidad religiosa. Pero pronto fue denunciada por un estudiante informante.
La administración de la universidad frecuentemente convocaba a la cristiana, sometiéndola a una constante investigación, y repetidamente le ordenó escribir declaraciones de autocrítica. El continuo acoso le ha provocado un gran estrés, dando como resultado una disminución de su rendimiento académico. La misma también sufrió la prohibición de su fraternidad.
La joven creyente se volvió sumamente cautelosa al hablar por teléfono con su padre, también cristiano, y se mantuvo alejada de sus compañeros de clase, por temor a decir accidentalmente algo relacionado con su fe y ser nuevamente denunciada. Se dio cuenta de que otros estudiantes cristianos también evitaban tocar el tema de la religión y se autocensuraban en lo que decían y hacían: ni siquiera se podía confiar en los compañeros de cuarto.
Un estudiante universitario procedente de la provincia noroccidental de Shaanxi le dijo a Bitter Winter que el pasado mes de julio, los instructores universitarios convocaron una reunión para los representantes de los dormitorios, ordenándoles que revelaran cualquier tipo de información relacionada con los cristianos que viven con ellos.
«Nuestros profesores nos exigieron que no pasáramos por alto ninguna pista y que vigiláramos en secreto a nuestros compañeros de clase, sin decírselo a nadie», afirmó el estudiante.
Vigilar a los profesores es una tarea aún más crucial. Una profesora universitaria que pertenece a la Iglesia de las Tres Autonomías aprobada por el Gobierno, procedente de la provincia central de Hubei, le dijo a Bitter Winter que fue denunciada por mencionar la Biblia y el reino celestial en clase. También fue investigada por la Agencia de Seguridad del Estado local y presionada para que siguiera la línea del Partido Comunista Chino (PCCh) cuando enseñara. Posteriormente, la mujer fue removida del puesto de docente y degradada a realizar trabajos de baja categoría.
Según el director de una universidad emplazada en la provincia central de Henán, más de 100 profesores y estudiantes de la universidad fueron identificados como creyentes gracias a las pistas proporcionadas por los estudiantes, las inspecciones de los dormitorios y las investigaciones sobre lo que los estudiantes toman prestado de las bibliotecas