El 22 de julio comienzan en Corea nuevas falsa manifestaciones contra los refugiados de la Iglesia de Dios Todopoderoso. La fanática que las promueve está propagando el odio contra todas las minorías.
por Massimo Introvigne
La Sra. O está llegando, pero ¿quién es la Sra. O?
La Sra. O Myung-Ok, una notoria activista coreana adepta al Partido Comunista Chino (PCCh) y «antihereje», anunció que el 22 de julio comenzará a manifestarse en Seúl contra los solicitantes de asilo chinos pertenecientes a la Iglesia de Dios Todopoderoso. Traerá a aproximadamente veinticinco familiares de los refugiados, coaccionados o manipulados por agentes de seguridad de Estado chinos e inducidos a viajar a Corea para pedirles a sus familiares que «regresen a casa». Obviamente, si regresan a China, los refugiados no irán a sus «hogares», irán a la cárcel. En un documento distribuido en Washington D.C. durante la reunión ministerial de esta semana para promover la libertad religiosa, 13 ONG protestaron enérgicamente contra las falsas manifestaciones de la Sra. O.
Es importante que los medios de comunicación coreanos e internacionales comprendan exactamente quién es la Sra. O. La misma admite con franqueza que respalda la cooperación con las autoridades chinas contra la Iglesia de Dios Todopoderoso y otros grupos no aprobados por el PCCh. Utiliza el mismo patrón de acción contra varias minorías, propagando el odio y el fanatismo. Su esquema se repite. Promueve falsas «demostraciones espontáneas» en las que algunos de sus amigos o familiares de personas cuyo estilo de vida no aprueba (o ambos), les piden a estos que «regresen a casa». Si se trata de solicitantes de asilo extranjeros, serán deportados de regreso a sus países de origen (donde serán arrestados o algo peor). Si se trata de miembros de minorías coreanas, serán devueltos a sus enfadados parientes y a algunos pastores cristianos, quienes los mantendrán detenidos e intentarán inducirlos, utilizando diversas formas de violencia física y psicológica, para que cambien sus estilos de vida. En Corea, esto se aplica tanto a los miembros de los grupos que la Sra. O denuncia como «herejes» como a los homosexuales. Para algunos, la Sra. O simplemente propone encarcelarlos.
Contra los «herejes» y Falun Gong
Claramente, estas propuestas solo pueden ser sostenidas por lo que en otros países sería sancionado como expresiones de odio. Los «herejes», con un especial enfoque en aquellos que son perseguidos en China por el PCCh, tales como Falun Gong y la Iglesia de Dios Todopoderoso, son descritos como criminales, y los solicitantes de asilo como «falsos refugiados». Con el fin de deshumanizar a los miembros de los grupos a los que odia, afirma que, realmente, no son religiosos ni espirituales, sino «pseudoreligiones», siendo la misma una afirmación que también aplica a Falun Gong.
Para enviar de regreso “a casa” (es decir, a los temidos campamentos de transformación por medio de educación) a los refugiados uigures, los vincula con el terrorismo, en el habitual estilo de la propaganda del PCCh. La misma afirma que «la comunidad internacional los acusa [a los uigures] de terrorismo», confundiendo a China y a sus aliados, los cuales conforman el Eje de la Vergüenza, con la comunidad internacional. Incluso afirmó que Nurgul Sawut, una líder australiana de la secular Campaign for Uyghurs (Campaña para el Pueblo Uigur), representaba al «Islam radical» en una conferencia coorganizada por Bitter Winter el 20 de junio en Seúl, donde la misma mostró su largo cabello negro y apareció en público sin velo, algo que seguramente habrá alertado a todos, excepto a la Sra. O, del hecho de que no se trataba de una fundamentalista.
Contra el pueblo uigur
La Sra. O dedica una excesiva cantidad de palabras para argumentar que Sinkiang es parte de China, y que los uigures deben comportarse como buenos ciudadanos chinos. Uno se pregunta qué tiene esto exactamente que ver con una organización cristiana coreana que aparentemente combate las «herejías cristianas», pero lo que sea apropiado para el PCCh encuentra un punto débil en el corazón de la Sra. O.
O quizás los uigures ni siquiera son verdaderos musulmanes. La misma escribe que aquellos que «abogan por sentimientos contrarios a China y oponen resistencia al Gobierno chino en Sinkiang están utilizando activamente términos islámicos contrarios al Gobierno y descontento religioso islámico para justificar sus acciones». De hecho, argumenta que, «los uigures seguidores del Islam forman [parte de] falsos grupos camuflados».
Contra el Islam
Si los musulmanes uigures fueran verdaderos musulmanes, sería aún peor. La Sra. O va más allá de la propaganda contraria al pueblo uigur creada por el PCCh e insulta al Islam en general, afirmando que simplemente se trata de una «herejía» en lugar de «una de las tres principales religiones del mundo».
Si conoce a los musulmanes, argumenta la Sra. O, se volverá hostil hacia ellos: “La hostilidad china hacia los musulmanes se ha visto fortalecida por los frecuentes contactos con el Islam desde la dinastía Yuan. El pueblo chino consideraba que los musulmanes eran groseros, agresivos y codiciosos». Esto, cree la Sra. O, debe ser repetido dos veces: “El pueblo chino tradicionalmente consideraba a los musulmanes como egoístas y codiciosos. Por esta razón, en China se volvieron populares la aversión y el desprecio por los musulmanes».
Al citar libros antimusulmanes de hace un siglo, la Sra. O entretiene a sus lectores con chistes racistas: “Cuando un musulmán viaja, engordará y volverá. Por otro lado, si dos musulmanes se van de viaje, adelgazarán y volverán”. Pero los “crímenes” musulmanes, argumenta, no son bromas. Los musulmanes son «capaces de llevar a cabo terribles crímenes con tal de lograr sus objetivos». La misma ofrece un ejemplo al estilo de una película de terror: «Durante las celebraciones del Año Nuevo Chino, musulmanes que no observan los festivales chinos pasaron la noche durmiendo tras invitar a chinos a sus casas móviles para divertirse. Una vez que los chinos se quedaron dormidos a causa de la borrachera, los musulmanes se levantaron, derribaron la tienda sobre sus cuerpos y los golpearon hasta matarlos. Posteriormente, los musulmanes colocaron los cadáveres en un pozo seco y lo llenaron de plata».
En la mayor parte de los países democráticos existen leyes contra tales formas de expresiones de odio contrarias a una de las principales religiones del mundo. Quizás no en Corea del Sur, pero debería haber.
Contra los derechos humanos y la objeción de conciencia
Algunas personas, cuando pasan, no pueden resistirse a ingresar a una boutique y comprar ropa nueva. La Sra. O no puede resistirse a unirse a una manifestación para apoyar una causa maligna. El 2 de julio de 2019, aplaudió las manifestaciones en contra de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Corea del Sur, señalando con aprobación que los opositores a los “herejes» y a la homosexualidad habían unido sus fuerzas. Está claro que a la Sra. O no le gustan los derechos humanos en general. La misma desea que la Comisión sea «abolida y desmantelada», ya que cree que protege la «herejía satánica», la cual en este caso significa los testigos de Jehová.
Durante muchos años, las Naciones Unidas han criticado a Corea del Sur por enviar a la cárcel a los testigos de Jehová, quienes son objetores de conciencia, ya que su religión les prohíbe realizar el servicio militar. La ONU observó que casi todos los países democráticos del mundo han aprobado leyes que permiten la objeción de conciencia. Lentamente, la situación se está resolviendo también en Corea del Sur.
En este caso, la Sra. O hace una excepción a su mantra familiar de enviar a las personas «de vuelta a casa». Algunos testigos de Jehová, que son objetores de conciencia, fueron enviados de regreso a casa desde la cárcel. La Sra. O los quiere de vuelta en la cárcel.
Contra los homosexuales
La Comisión Nacional de Derechos Humanos, argumenta la Sra. O, debe ser desmantelada porque además promueve políticas «antidiscriminatorias» que protegen a los «homosexuales». A ella no le gusta la «antidiscriminación» y sugiere tratar la homosexualidad como un «desorden social”. Las religiones poseen diferentes posiciones con respecto a la homosexualidad, y expresarlas de manera pacífica también está protegido por la libertad religiosa. No obstante, el problema es que organizaciones del tipo de las que la Sra. O respalda han sido constantemente acusadas en Corea de ayudar a padres a secuestrar a jóvenes homosexuales en las calles y someterlos a terapias y a adoctrinamiento forzado para cambiar su orientación sexual. Secuestrados en las calles … ¡como los «herejes»! La Sra. O también quiere que ellos «vuelvan a casa».
En un artículo que justifica su posición sobre los homosexuales, la Sra. O sostiene que no somos libres de construir nuestra cultura como nos plazca. Solo se nos debe permitir «construir la historia y la cultura de la humanidad como Dios lo ha querido». El problema es que se nos pide que creamos que solo la Sra. O sabe lo que Dios quiere para nosotros. Como portavoz autorizada de Dios, se siente libre de promover la intolerancia y ofender a todas las minorías.
En Occidente, la Historia de O es recordado como el título de la madre de todas las novelas pornográficas, escrita en 1954 por Anne Cécile Desclos (1907–1998) bajo el seudónimo de Pauline Réage. Lo que hace la Sra. O coreana es pornografía espiritual, la promoción del odio contra otros seres humanos —los más vulnerables, como por ejemplo los refugiados— bajo la máscara de una teología primitiva y racista. La expresión de odio no es libertad de expresión. Es hora de que sea detenida en Corea del Sur.