Un cristiano de la Iglesia de Dios Todopoderoso le relata a Bitter Winter su terrible experiencia al cumplir una condena de cuatro años y medio de prisión a causa de su fe.
por Deng Jie
Tang Boxuan sigue viviendo con miedo a pesar de haber sido liberado hace medio año. Un golpe en la puerta puede llegar a encresparle los nervios y alertarlo. El trauma generado por los cuatro años y medio de encarcelamiento ha tenido un impacto indeleble en él, tanto física como mentalmente. Teme tener que regresar a ese «infierno en la tierra», donde estuvo detenido.
Tratado como un criminal de primer grado
En el año 2014, Tang fue arrestado por ser miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT) y sentenciado a prisión.
Como regla general, todos los miembros de la IDT encarcelados son considerados delincuentes de primer grado y están sujetos a un estricto control. Cada uno de ellos es constantemente monitoreado de cerca por dos compañeros de celda, y generalmente se les asigna una carga de trabajo más pesada que la de los demás reclusos.
La tarea diaria de Tang Boxuan consistía en fabricar 1800 piezas de componentes electrónicos con un alambre de cobre extremadamente delgado. Todos los demás reclusos debían fabricar 1600 piezas por día.
«El incumplimiento de las tareas diarias daba lugar a castigos», recordó Tang. “Una cuota incumplida podría resultar en el castigo de permanecer de pie durante horas después del trabajo, varias fallas podrían hacer que te aplicaran descargas con bastones eléctricos y unas pocas fallas seguidas podrían hacer que fueras enviado a simulacros o a confinamiento solitario durante 15 días».
Los reclusos tenían que trabajar durante 11 horas por día. Tang hacía todo lo posible para evitar ser castigado. Su pulgar izquierdo pronto se dañó a causa del trabajo diario y sus nervios se deterioraron debido a la gran carga de trabajo, a menudo no podía conciliar el sueño hasta las 3 o 4 de la mañana.
A fin de obtener los máximos beneficios, la prisión explotaba a los reclusos, a quienes solo se les concedía un receso de 5 minutos para almorzar en el taller. Debido a la baja calidad de la comida, Tang se sentía continuamente famélico y sufría mareos de vez en cuando, casi se desmayó en dos oportunidades. A pesar de todo, no se atrevía a hacer una pausa para descansar.
Para que pudieran pasar más tiempo trabajando, a los prisioneros también se les restringía el uso del baño. Al no poder orinar cuando tenía ganas de hacerlo, Tang comenzó a experimentar dolor en la parte inferior del abdomen y le resultaba difícil orinar. Algunos reclusos orinaban en secreto en sus botellas de agua o en bolsas de plástico en sus estaciones de trabajo.
«Incluso los animales tienen derecho a hacer sus necesidades, pero las personas que se encuentran encarceladas son tratadas peor que ellos», afirmó Tang. A fin de ahorrar tiempo, trataba de beber menos para reducir la cantidad de veces que iba al baño.
En comparación con la cantidad de horas que pasaban trabajando, el salario de los prisioneros era exiguo: a menudo no recibían ningún pago o solo recibían 6 yuanes (alrededor de 0,8 dólares) al mes, lo que ni siquiera es suficiente para comprar artículos de aseo básicos.
Cuando los prisioneros se quejaban, el secretario del pabellón los reprendía por desafiar a la administración penitenciaria.
Sin atención médica, incluso cuando sufrió un ataque cardíaco
En las cárceles de China, la mayoría de los presos de conciencia a menudo se ven privados de su derecho a recibir tratamiento médico, algo que también experimentó Tang Boxuan.
Tal y como recontó, una noche mientras se encontraba detenido, su corazón comenzó a latir muy rápidamente, se le hizo muy difícil respirar y todo su cuerpo se cubrió de un sudor frío. Como el doctor de la prisión les había advertido a los prisioneros que no lo molestaran por la noche, ni siquiera si se sentían enfermos, Tang tuvo que esperar hasta la mañana, momento en el que sus compañeros de celda lo llevaron a la enfermería. El doctor le administró de manera mecánica un medicamento durante tres días y lo envió de regreso a su celda.
Tres días después, la condición de Tang empeoró. Un examen más profundo reveló que su frecuencia cardíaca era muy alta, más de 200 latidos por minuto. El doctor dijo que había padecido un ataque cardíaco y que su situación era muy crítica, pero solo les pidió a los compañeros de celda de Tang que lo llevaran de regreso a la misma. Tang apenas podía hablar, pero aún así pidió que le informaran a su familia para que solicitaran libertad condicional médica, pero fue regañado por los guardias.
De acuerdo con las normas penitenciarias, los reclusos tienen derecho a que les corten las uñas y el cabello y a que les rasuren la barba una vez por semana. Pero en una ocasión, el guardia les negó este privilegio a Tang y a otros reclusos durante 40 días. A fin de deshacerse de sus barbas y bigotes, los prisioneros llevaron a cabo un antiguo método chino para afeitarse, utilizando los hilos de sus ropas. El procedimiento podría ser insoportable si el cabello es largo, y los labios de los reclusos a menudo se hinchan e inflaman al día siguiente.
La Iglesia de Dios Todopoderoso es el movimiento religioso más perseguido en China. Según el artículo 300 del Código Penal Chino, ser miembro de un xie jiao (la IDT fue incluida en la lista de xie jiao en el año 1995) es punible con penas de prisión de tres a siete años, o más. Algunos miembros de la IDT han pasado hasta quince años en la cárcel.
(Se utilizó un seudónimo para proteger la identidad del hombre.)