Tras el arresto del propietario de una librería cristiana en línea, los compradores fueron rastreados e investigados a lo largo de toda China como parte de la campaña del PCCh contra las «publicaciones ilegales».
por Sun Kairui
Según lo informado por ChinaAid el 1 de septiembre de 2019, el propietario de la Librería del Trigal, una librería cristiana en línea, fue detenido por vender publicaciones religiosas procedentes de Taiwán, Estados Unidos y otros países que no habían sido aprobadas por el Estado. Tras el arresto, se puso en marcha una investigación a nivel nacional para localizar a las personas que habían comprado dichas publicaciones.
Un cristiano que solicitó permanecer en el anonimato le dijo a Bitter Winter que creyentes procedentes de zonas lejanas tales como la Región Autónoma Uigur de Sinkiang en el noroeste del país y la provincia nororiental de Liaoning habían sido interrogados por haber comprado libros en la Librería del Trigal. Todos los libros, la mayoría publicados por A Kernel of Wheat Christian Ministries de Estados Unidos, fueron confiscados. «En Liaoning, un creyente fue convocado por la Agencia de Seguridad Pública local en tres oportunidades, y los oficiales de policía le dijeron que la Librería del Trigal era ‘una fuerza anti-China’», afirmó el cristiano.
Cristianos procedentes de las provincias de Shandong, Henán y Zhejiang le informaron a Bitter Winter que la policía registró sus hogares e inspeccionó el contenido de sus teléfonos por haber comprado materiales religiosos en la Librería del Trigal, incluso por haberlo hecho dos años atrás.
«Les dije que podía entregar los libros en la estación de policía, pero insistieron en venir a mi hogar y registrarlo», recordó una de las fuentes. Todos los libros religiosos que no habían sido aprobados por el Gobierno fueron confiscados.
La mayoría de los creyentes con los que hablamos afirmaron que la policía estaba especialmente interesada en saber cómo habían conocido a la Librería del Trigal, por qué habían comprado los libros y si se los habían prestado a otros. Los oficiales también estaban ansiosos por saber más sobre su fe y la de sus familiares.
«El Gobierno investiga rigurosamente este asunto», le dijo un infiltrado en la Agencia Seguridad Pública a Bitter Winter. «Es mejor no admitir que les has mostrado los libros a otros. El Gobierno podría llegar a pensar que estás llevando a cabo trabajo misionero y serías tratado como una persona involucrada en ‘actividades de infiltración’. Entonces el asunto se convertirá en algo sumamente serio».
A lo largo del año pasado, el PCCh continuó intensificando los esfuerzos para rastrear y eliminar las redes de impresión y distribución de materiales religiosos que no están sancionadas por el Estado. Todas las publicaciones religiosas extranjeras y aquellas que no estén aprobadas por las instituciones gubernamentales pertinentes están prohibidas y son investigadas como parte de la campaña nacional tendiente a «erradicar la pornografía y las publicaciones ilegales».
Una cristiana procedente de la provincia de Henán afirmó que le gusta leer libros religiosos extranjeros porque no están censurados por el Gobierno y presentan una visión diferente a la de las publicaciones preparadas o adaptadas por el Partido Comunista Chino (PCCh). La misma se siente triste porque ya no será posible acceder a libros religiosos extranjeros.
«Tras el incidente de la Librería del Trigal, la persecución se está volviendo cada vez más severa», le dijo un colaborador de una iglesia doméstica a Bitter Winter. “Nuestros pastores y los presbíteros de la iglesia se han deshecho de sus libros religiosos no aprobados, por temor a que el Gobierno los acuse de contrabando o de ser miembros de una organización xie jiao. Puedes llegar a ser encarcelado por ello».
En octubre de 2019, la policía fue a arrestar a un colaborador de una iglesia doméstica que había comprado algunos libros religiosos durante una reunión celebrada en la ciudad de Shenyang, en Liaoning. Temiendo que las autoridades los persigan aún más, la congregación decidió cambiar su lugar de reunión. Aún así fueron localizados y la policía registró el hogar de un pastor al mes siguiente, hallando en el mismo varios libros religiosos que no habían sido aprobados por el Gobierno. El pastor fue incluido como objetivo de la campaña tendiente a «erradicar la pornografía y las publicaciones ilegales».
“Si compras una o dos copias, las autoridades podrían llegar a ser indulgentes. Pero si compras más, te meterás en problemas. China está retrocediendo a los tiempos de la Revolución Cultural «, afirmó un colaborador de una iglesia doméstica de Zhejiang al hablar sobre la guerra librada por el Gobierno chino contra las publicaciones religiosas.
Un cristiano procedente de la misma provincia explicó que desde que el Estado lo investigó por haber comprado libros religiosos, se ha vuelto extremadamente cauteloso. Por temor a que su teléfono esté siendo monitoreado, eliminó todas las aplicaciones móviles y contactos relacionados con la religión y se retiró de los grupos de redes sociales cristianos.