Las autoridades de la provincia de Anhui utilizan la fuerza contra las personas que intentan evitar la demolición de sus lugares de culto.
por Lu An
El 18 de mayo, el Gobierno del condado de Shucheng, en la provincia oriental de Anhui, envió a más de 20 funcionarios y oficiales de policía para que demolieran un templo budista que había sido declarado «edificio en ruinas». Debido a que no se había emitido ninguna advertencia oficial antes de la demolición, los miembros del templo le pidieron al equipo enviado por el Gobierno que presentara algún tipo de documentación. En respuesta, una funcionaria tomó un «pez de madera» —un instrumento de percusión chino frecuentemente utilizado en los rituales budistas— perteneciente a uno de los monjes del templo y lo destruyó. Cuando una de las mujeres que protestaban, la cual estaba filmando la escena, le pidió a la funcionaria que se abstuviera de cometer actos de violencia, los oficiales de policía la golpearon brutalmente.
“Tres oficiales la empujaron al suelo y le golpearon la clavícula hasta que perdió el conocimiento y el teléfono quedó destruido”, le relató un testigo ocular a Bitter Winter. “Los otros agentes del orden no los detuvieron”.
Los oficiales de policía también atacaron e hirieron a un monje de aproximadamente 70 años por agitar su bastón delante de los oficiales. El hombre fue acusado de «agredir a la policía». «Los oficiales lo empujaron al suelo, y un oficial le quitó su bastón y lo sacó del templo», afirmó otro testigo ocular.
Algunos creyentes publicaron las imágenes de la demolición del templo en internet y presentaron una petición ante las autoridades superiores; pero les dijeron que estaban «dañando la imagen del Gobierno» y se les ordenó que dejaran de presentar peticiones y compartir imágenes de la demolición.
El 2 de julio, el Gobierno del condado de Dangtu, administrado por la ciudad a nivel de prefectura de Ma’anshan, envió a más de 100 oficiales de policía para que demolieran un templo perteneciente a una religión popular que se encontraba emplazado en una de sus aldeas. El lugar había sido construido a un costo de más de 700 000 yuanes (unos 98 000 dólares), los cuales habían sido recaudados por los aldeanos.
“Oficiales de la policía especial acordonaron el templo, impidiendo que nos acercáramos”, recordó un aldeano. «Luego, rompieron la cerradura para ingresar y demolieron el templo tras sacar del mismo a los ocho ancianos creyentes que lo protegían».
Video: los oficiales de policía les prohíben a los habitantes acercarse al templo.
Una semana antes de la demolición, más de 60 aldeanos se organizaron para turnarse a fin de proteger el templo las 24 horas del día. Los mismos fueron repetidamente acosados por funcionarios de la aldea.
“Un funcionario del municipio nos dijo que el templo debía ser demolido a pesar de nuestras objeciones, sin importar si había víctimas”, añadió el aldeano. “El templo fue demolido tras ocho días de resistencia. No pudimos hacer nada contra las medidas draconianas y el despiadado comportamiento del Gobierno”.
En el mes de marzo, el Gobierno del poblado de Mamiao, en el condado de Huaining de la ciudad de Anqing, envió a más de 200 personas para que demolieran un templo budista local, sin informar previamente al director del templo ni a los aldeanos a fin de evitar las protestas públicas. Un funcionario gubernamental que participó en la demolición explicó que los templos están siendo demolidos para implementar una política nacional.