Enviar mensajes “sensibles” e, incluso, reenviar o darle “me gusta” a cualquier cosa que el Gobierno considere “dañina” para su régimen, puede ponerte bajo investigación.
por Li Guang
Un internauta de la provincia norteña de Hebei jamás había esperado ser escudriñado por la policía. Sus problemas comenzaron en abril del año pasado cuando leyó en WeChat sobre algunas personas —las cuales pedían al Gobierno que defendiera sus derechos— que fueron llevadas bajo custodia en lugar de que se atendieran sus demandas de acuerdo con la ley. Hizo clic en el botón de “me gusta” y reenvió el mensaje. Dos días después, un oficial de policía fue a su casa a investigarlo por “incitar a las masas a provocar problemas”. El oficial amenazó con hacerlo responsable de las consecuencias potenciales.
“¿Cómo es que esto está provocando problemas?”, el internauta estaba estupefacto. “El Gobierno controla cada palabra que decimos; pueden deshacerse de nosotros cual si fuéramos hormigas”.
Desde hace mucho tiempo, el régimen chino ha estado manteniendo un fuerte control sobre el uso que hacen los ciudadanos de internet y de las tecnologías móviles, monitoreando y controlando los medios digitales para manipular a la opinión pública y bloquear cualquier información que considere “desfavorable”. Como las autoridades censuran ampliamente todo lo que se dice en línea, las personas pueden meterse en problemas por una sola palabra “equivocada”.
Una mujer de la región autónoma zhuang de Guangxi en el sur de China lo aprendió por la mala. En agosto, invitó a algunos amigos a acompañarla en un viaje a Hong Kong. En preparación para las vacaciones, la mujer mencionó la palabra “manifestación” en un mensaje de voz en un perfil de WeChat que había creado para el grupo. De inmediato quedó bajo el radar de la policía.
“Un oficial me preguntó en repetidas ocasiones lo que planeaba hacer en Hong Kong, cuántas personas viajarían conmigo y por qué había enviado el mensaje que mencionaba la palabra ‘manifestación’”, recordó la mujer. “Dije que no recordaba lo que había dicho y el oficial sacó su celular y reprodujo mi mensaje de voz de WeChat. Hasta ese momento me di cuenta de que, por error, había dicho ‘manifestación’ en lugar de ‘vacación’”.
Aunque explicó varias veces que no era más que un error, el oficial investigó a sus amigos también hasta que determinó que el viaje a Hong Kong era simplemente unas vacaciones. “¡Jamás volveré a hacer un comentario casual en línea!”, dijo la mujer.
A finales del año pasado, la policía investigó en distintas ocasiones a un miembro del clero de las Tres Autonomías de un condado en la provincia central de Henán debido a un video que hizo diez años atrás acerca de los cristianos que superaban los desastres gracias a la protección de Dios. Tiempo después publicó el video en línea y se hizo viral.
Posteriormente, el Departamento de Trabajo del Frente Unido del condado sostuvo una reunión para personas a cargo de las iglesias dentro de la jurisdicción para reiterar que los nuevos Reglamentos sobre asuntos religiosos prohíben que cualquier contenido relacionado con la fe circule por internet, incluyendo los audios y videos religiosos. Los sermones y testimonios, especialmente los que hablan sobre milagros divinos, están absolutamente prohibidos. Lo mismo ocurre con el contenido que implique cualquier cosa en contra del Partido Comunista Chino (PCCh) o el Gobierno. A las iglesias tampoco se les permite organizar reuniones en línea.
Un creyente local contó a Bitter Winter que el clérigo fue despedido posteriormente de su puesto en la iglesia.