La política de Xi Jinping tendiente a erradicar la pobreza se asemeja a una herramienta de propaganda, obligando a los funcionarios locales a seguir el juego para cumplir con lo imposible.
Jiang Tao
Desde que fuera propuesto en el año 2015, el objetivo de la política de reducción de la pobreza del presidente Xi Jinping de sacar de la pobreza a 70 millones de hogares empobrecidos para el año 2020 ha sido motivo de discusión. A medida que se acerca la fecha límite, las autoridades en todos los niveles están implementando todas las medidas a su alcance para lograr la «misión imposible» de cumplir con los estándares de que las familias empobrecidas posean suficiente comida y vestimenta –las “dos cosas por las que no deben preocuparse”– y que cuenten con las «tres garantías»: educación obligatoria, cuidados médicos básicos y vivienda segura. No obstante, en realidad, las condiciones de los hogares empobrecidos no están mejorando. Temerosos de perder sus empleos, algunos funcionarios locales a lo largo de China están tomando cartas en el asunto para asegurar el cumplimiento de los objetivos de la política, demoliendo los hogares de las personas de bajos recursos u obligándolas a vivir con sus hijos. Otros están “entrenando” a los pobres para que les mientan a sus superiores y así aprueben las inspecciones.
Bitter Winter entrevistó a algunos de los que han sido “sacados de la pobreza” o que contribuyeron a crear la ilusión de logros para poder conocer las realidades de las medidas de reducción de la pobreza.
Mentir o ser castigado
Alrededor de la medianoche del 6 de marzo, las familias empobrecidas de la aldea de Zhangji del condado de Xiayi, en la provincia china central de Henán, fueron despertadas una por una por los funcionarios locales. A los sobresaltados aldeanos se les dijo que burócratas de niveles superiores irían a inspeccionarlos al día siguiente, por lo que debían memorizar las reglas de los «Dos cosas por las que no deben preocuparse y las tres garantías» para así proporcionar las «respuestas correctas».
Para evitar cualquier tipo de problema, los aldeanos más locuaces y «desobedientes» fueron llevados en automóvil hasta una obra en construcción y se les asignó gente para que los vigilara, mientras que otros fueron enviados a los hogares de sus familiares.
Una aldeana de aproximadamente 80 años les suplicó a los funcionarios, diciendo: «Soy vieja y senil. No sé nada, no me detengan». Pero, a pesar de ello, el personal de asistencia a la pobreza la arrastró por la fuerza hasta un vehículo.
Para asegurarse de que los hogares conocían las respuestas “correctas”, los funcionarios organizaron un simulacro de preinspección. Cuando se le preguntó si estaba satisfecha con las políticas de reducción de la pobreza, una aldeana respondió con sinceridad: “Solo se les otorgan prestaciones sociales a las personas que tienen contactos en el Gobierno, nosotros, la gente común, no recibimos nada». La respuesta fue considerada incorrecta y la mujer fue castigada: los funcionarios clausuraron el supermercado operado por su hijo. La familia se vio obligada a disculparse por su franqueza y pagó varios miles de yuanes en concepto de sobornos para poder resolver el problema.
Muchos aldeanos procedentes de hogares empobrecidos no podían recordar las «respuestas correctas» y temían fallar durante la inspección y causarles problemas a sus familiares. Para evadir a los oficiales, algunos se fueron de sus hogares y vagaron por los alrededores, esperando que la inspección finalizara. Otros fueron amonestados: un aldeano, considerado «poco cooperativo» durante la inspección, más tarde recibió una advertencia procedente de la unidad de trabajo de su hijo en la que afirmaban que si no cooperaba con el Gobierno, las credenciales de enseñanza de su hijo serían revocadas.
Varios aldeanos se quejaron, afirmando: «¿De qué se trata este alivio de la pobreza? ¡Prácticamente es un acoso!»
Ayudas memoria para aprobar las inspecciones
Un empleado de asistencia a la pobreza procedente de la provincia de Henán le dio a Bitter Winter una copia de un formulario que fue distribuido entre el personal gubernamental asignado para «entrenar» a personas de bajos recursos para responder las preguntas relacionadas con la reducción de la pobreza. El documento enumera las preguntas que podrían ser formuladas durante las inspecciones y aconseja cómo responderlas correctamente. Por otro lado, se le pidió al personal de asistencia a la pobreza que escribiera algunas respuestas relacionadas con las condiciones reales de cada hogar que ha sido «sacado de la pobreza» y que se asegurara de que las mismas fueran memorizadas.
El formulario incluía las siguientes preguntas y respuestas:
Pregunta nro. 11: ¿Todos los miembros de su familia están cubiertos por el seguro de salud del condado/poblado y por el seguro médico para problemas de salud graves?
Respuesta: Sí (si un miembro de la familia se encuentra hospitalizado, el mismo deberá especificar cuánto dinero cubre el reembolso y aclarar si posee una tarjeta de enfermedad crónica).
Pregunta: ¿Está viviendo en su propia casa?
Respuesta: (Si la casa es de su propiedad y es segura, pueden responder de acuerdo con los hechos. Si la casa no les perteneciera o no fuera segura, deberán explicar que sus hijos, sobrinos u otros familiares les brindan alojamiento en sus casas de forma gratuita y a largo plazo, además de ocuparse de ellos en la vida cotidiana).
Pregunta: ¿Cómo hacen su trabajo los funcionarios de la aldea?
Respuesta: Muy bien.
Pregunta: ¿Le han ofrecido algún tipo de ayuda?
Respuesta: Sí.
Pregunta: ¿Son justos al repartir cosas?
Respuesta: 1. Muy justos. 2. Sí, son justos.
En un ayuda memoria, preparado por un empleado del sector de reducción de la pobreza y entregado a una familia de bajos recursos de la provincia norteña de Shanxi, se proporcionaron las respuestas «correctas» correspondientes a su situación en la vida real. La familia también se vio obligada a memorizarlas. Para asegurarse de que las personas de edad avanzada del hogar pudieran leer las respuestas, las mismas fueron escritas en caracteres ampliados.
Aquí detallamos algunos ejemplos del ayuda memoria:
Pregunta: ¿Tiene suficiente comida? ¿Su familia tiene granos almacenados?
Respuesta: Sí, tengo suficiente comida. La situación actual es muy conveniente. Puedo comprar la comida que quiero en cualquier momento.
Pregunta: ¿Con qué frecuencia come carne o huevos?
Respuesta: Casi todos los días. Puedo comer carne y huevos cuando lo desee.
Pregunta: Luego de la implementación de políticas de atención médica y de seguro de salud, ¿se ha aligerado la carga económica para el tratamiento de problemas de salud? ¿La situación se ha vuelto más conveniente o permanece igual que antes?
Respuesta: La carga es mucho más liviana. En lo que respecta a problemas de salud menores, podemos recibir tratamiento en la aldea y, si padecemos alguna enfermedad, una vez que llamemos al doctor, seremos atendidos en nuestro hogar.
Pregunta: ¿El secretario del Partido, miembros del grupo de trabajo de reducción de la pobreza y funcionarios de asistencia a la pobreza visitaron su hogar? ¿Qué hicieron por usted?
Respuesta: Sí, me visitan cada vez que tienen tiempo. Limpiaron mi habitación, me preguntaron si estoy pasando por alguna dificultad. Cuando el Estado promueva más buenas políticas, ellos me las explicarán, y nos han llevado algunos regalos de consuelo, tales como un bote de basura, una almohadilla térmica y una cortina de algodón grueso para el invierno.
La reducción de la pobreza “reduce” a los pobres de sus residencias
A veces, no es suficiente entrenar a los pobres para que aprueben las temidas inspecciones. Se necesitan medidas más drásticas para demostrar que los objetivos de reducción de la pobreza han sido logrados. En el mes de marzo, para complacer a los líderes, funcionarios de la aldea de Zhaizhuang en el poblado de Huicun, bajo la jurisdicción de la ciudad de Yongcheng, en la provincia de Henán, les ordenaron a varias familias empobrecidas que derribaran sus casas de adobe en un plazo de 20 días, ya que si no lo hacían deberían enfrentarse a una demolición forzosa.
Los funcionarios gubernamentales anunciaron a través de altavoces: «Estamos logrando el objetivo general de convertirnos en ‘moderadamente prósperos’ [xiao kang 小康] para el año 2020, ¿cómo podemos permitir que estas viejas casas permanezcan en pie? Esta es una orden a nivel local procedente del Comité Central. ¡Negarse a derribar las casas equivale a oponerse al Gobierno! Todas las viviendas de adobe emplazadas en la ciudad de Yongcheng han sido demolidas”.
Un consternado aldeano de aproximadamente sesenta años afirmó lo siguiente: «Incluso si vendiera todas las ovejas y corderos de mi familia, no tendría suficiente dinero como para construir una nueva casa, ni siquiera la mitad. El Gobierno está exigiendo la demolición de casas sin ofrecer ningún tipo de subsidio. ¡Reducción de la pobreza! ¡Reducción de la pobreza! ¡Cuanto más la reducen, más pobres nos volvemos!”.
Finalmente, el hombre optó por derribar personalmente su casa de adobe. «Al menos pude conservar mis tejas y reducir algunas de mis pérdidas», se lamentó.
Dos personas de edad avanzada del condado de Yucheng fueron obligadas a mudarse de la vivienda móvil en la que vivían. Sin lugar a dónde ir, la pareja no tuvo más remedio que dormir en camas improvisadas en las calles situadas en la parte posterior de la aldea.
Clases interrumpidas, médicos sacados de su lugar de trabajo
Demostrando un verdadero espíritu comunista, todos los miembros de la comunidad están involucrados en la lucha contra la pobreza. A la espera de una inspección, los maestros de una escuela emplazada en la ciudad de Zhumadian se estaban devanando los sesos intentando hallar formas de demostrar que la educación obligatoria de 9 años de duración –una de las tres garantías para los hogares empobrecidos– había sido implementada con éxito. Finalmente, se les ordenó hacer que todos los jóvenes de 16 años o menos que hayan abandonado sus estudios regresaran a la escuela. Los estudiantes de bajos recursos también fueron entrenados para que respondieran correctamente las preguntas de los funcionarios visitantes. Todo esto fue hecho para aprobar la inspección, según uno de los maestros de la escuela, luego de que los funcionarios se retiraran del lugar, dichos estudiantes fueron enviados a sus hogares.
«En este momento, está bien que los maestros no realicen su verdadero trabajo de manera adecuada, pero tienen que estar disponibles en todo momento para completar sus tareas de ‘reducción de la pobreza’, de lo contrario, se enfrentarán a una reducción salarial o al despido», explicó otro maestro de la escuela. «Un teléfono suena en medio de la clase para informar sobre una inspección, y los maestros tienen que apresurarse a darles lecciones ideológicas a las miembros de familias empobrecidas, enseñándoles cómo alabar al Partido y a Xi Jinping, y explicar de qué manera han sido beneficiados por las políticas de reducción de la pobreza. Si alguien responde incorrectamente, ellos [los maestros] serán despedidos».
Otros empleados remunerados por el Gobierno, como por ejemplo los doctores, también se distraen de su trabajo diario para participar en la farsa de reducción de la pobreza. El comité del Partido de una aldea en el condado de Yucheng asignó a un doctor local para que entrenara a 100 hogares empobrecidos para las inspecciones. Todos los días, tenía que visitar sus hogares y enseñarles cómo responderles a los superiores. El mismo fue amenazado con perder su licencia si se negaba a hacerlo.
Otro doctor se quejó, afirmando que tiene que dejar todo lo que esté haciendo y abandonar a sus pacientes cada vez que el teléfono suena ordenándole visitar un hogar empobrecido y preparar a sus componentes para las inspecciones. «Me siento completamente agobiado», afirmó.
La campaña política de Xi Jinping tendiente a erradicar la pobreza extrema para el año 2020 está suscitando preocupación tanto en China como en el extranjero. «Los líderes locales se lo están tomando muy en serio, casi con pánico. Parte del problema es que no saben realmente qué hacer, por lo que están buscando diferentes soluciones», afirmó John Donaldson, experto en pobreza y profesor asociado de la Universidad de Gestión de Singapur (Singapur Management University). «Están haciendo todo lo que esté a su alcance para poder cumplirla».
Los expertos temen que los funcionarios simplemente anuncien que la pobreza ha sido erradicada, sin tener en cuenta la realidad, para evitar avergonzar al presidente.