Para lograr la extensa meta de Xi Jinping de reducir la pobreza para el año 2020, las autoridades locales en China están dejando a las personas pobres sin hogar y endeudadas.
por Shen Xinran
La semana pasada, los medios de comunicación oficiales del Partido Comunista Chino (PCCh) estuvieron elogiando los logros de Xi Jinping relacionados con la reducción de la pobreza durante el viaje que realizó el presidente al municipio de Chongqing, al suroeste de China, con el fin de visitar a las familias que han sido “sacadas de la pobreza”. Sin embargo, para reducir el número de hogares pobres las autoridades chinas en realidad están tomando medidas muy poco convencionales y, a menudo, absurdas; por ejemplo, están cerrando por la fuerza las casas de adultos mayores pobres, forzándolos a vivir con sus hijos y, así, declaran que estos hogares empobrecidos han sido “sacados de la pobreza”.
Las consecuencias de tal política de reducción de la pobreza son, con frecuencia, nefastas, como ocurre en el caso de una mujer de 72 años de la provincia de Henán que se suicidó porque no tenía dónde vivir después de que había sido “sacada de la pobreza”. Muchos otros casos que ha recibido Bitter Winter indican que los esfuerzos estilo campaña del PCCh por reducir la pobreza muchas veces son trágicos o, en casos menos dramáticos, han puesto a muchos hogares pobres en una posición peor que en la que se encontraban.
La denominada “reducción de la pobreza” lleva a una nonagenaria a la muerte
El 21 de febrero de 2019, vecinos de una residente de más de 90 años de una villa bajo la jurisdicción del poblado de Tanzhuang en el condado de Shangshui en Henán, encontraron a la mujer muerta en su pequeña casa. No murió de causas naturales: la anciana se colgó debido a su desesperación después de que un funcionario gubernamental local le ordenó que se saliera de su casa para cumplir con la cuota de reducción de pobreza del área.
De acuerdo con los vecinos, un día antes, el funcionario la visitó en su casa y le dijo que la política nacional de reducción de la pobreza exige que los adultos mayores vivan con sus hijos. “En los próximos días, funcionarios gubernamentales de nivel superior estarán aquí para llevar a cabo una inspección. Tiene que mudarse”, amenazó el funcionario.
“¿A dónde voy a mudarme?”, preguntó sollozando la mujer de la tercera edad, hasta el punto de prácticamente no poder hablar, pero el funcionario ignoró sus súplicas. Sus vecinos recuerdan que la escucharon llorar en mitad de esa noche.
Los habitantes de la villa contaron a Bitter Winter que, a partir de noviembre de 2018, funcionarios gubernamentales locales presionaron en repetidas ocasiones a la anciana para que se mudara con su hijo. Después de un conflicto con su hijo, se sintió asfixiada e infeliz y regresó a casa después de dos días de permanecer en la casa de este.
Durante el Festival de Primavera, la mujer de la tercera edad se quedó un tiempo en la casa de su hija, pero esta tuvo que viajar por motivos de trabajo y envió a su madre a casa. Ese mismo día, fue descubierta por el funcionario y, más tarde, esa misma noche, se suicidó.
Enfurecidos por el destino de la pobre mujer, algunos habitantes de la villa redactaron una queja anónima, pero el Gobierno aún no ha respondido.
Un residente local comentó: “En aras de tener un ‘buen desempeño’, al Gobierno no le importa siquiera la vida y la muerte de las personas. ¡Muchas más personas serán orilladas a la muerte en el futuro!”
La preocupación del aldeano no es infundada. Para satisfacer las exigencias de las inspecciones que llevarían a cabo sus superiores, tan sólo el 21 y 22 de febrero el Gobierno local supuestamente cerró 25 casas de personas de la tercera edad que fueron designadas como hogares pobres. Algunos adultos mayores no tienen un lugar adonde ir, así que, en secreto, vuelven a meterse a su casa por la noche para descansar.
Todavía más pobre después de ser “sacada de la pobreza”
Una campesina de la provincia de Hebei, en la parte norte de China, contó a Bitter Winter sobre su amargo calvario al ser “sacada de la pobreza”. Pidió permanecer en el anonimato por miedo a que el Gobierno tomara represalias en su contra.
Ya que su esposo está enfermo y postrado en cama y el hijo y la hija de la pareja tienen problemas de salud, la familia se ha endeudado fuertemente. Los interminables gastos médicos y los préstamos con intereses elevados han llevado a la mujer al borde de una crisis nerviosa.
En 2016, su familia fue designada como un hogar pobre, lo cual le dio cierta esperanza. Sin embargo, la política de “reducción de la pobreza” no sólo no los sacó de la pobreza, sino que, incluso, provocó que acumularan 30 000 yuanes (aproximadamente 4300 dólares) más en deudas. Como tenían mayores problemas financieros que antes, la pareja decidió vender su sangre para llegar a fin de mes.
De acuerdo con la mujer, para cumplir con la norma de “tener una casa donde vivir”, y de conformidad con la labor de reducción de la pobreza, el Gobierno local presionó para que dejara su casa y se mudara a una nueva. La razón que le dieron fue que “los superiores vendrán para una inspección”. Sin embargo, la nueva casa ni siquiera tenía puertas o ventanas y era imposible que se quedaran a vivir ahí. En aquel momento acababan de desembolsar 60 000 yuanes (aproximadamente 8600 dólares) en gastos médicos para tratar la enfermedad de su hijo y la familia se encontraba en serias dificultades, incluso hasta el punto de no tener suficiente dinero para comprar comida. No había forma de que pudieran pagar la enorme suma que se requería para renovar la nueva casa.
Ella solicitó en diversas ocasiones que le reembolsaran algunos gastos médicos. El Gobierno no sólo no le hizo el reembolso, sino que presionó a la familia para que se mudara a la nueva casa lo más pronto posible. La pareja no tuvo otra opción más que pedir prestados otros 30 000 yuanes (aproximadamente 4300 dólares) para renovar la nueva casa.
El hecho de incurrir en nuevas deudas hizo que la situación de la familia empeorara: su esposo enfermo vendió más sangre sin el conocimiento de su familia.
La mujer recordó que rompió en llanto cuando se enteró de que su esposo había hecho eso. Dijo: “Ni siquiera podemos sostener nuestro modo de vida básico. ¡El Gobierno está empujándonos a la muerte! Sé que el hecho de que te saquen sangre frecuentemente es malo para la salud, ¡pero realmente no podíamos sobrevivir!”
En la pared de su nueva casa está colgada una tarjeta que hace referencia a los programas de subsidios del Gobierno para 2018, la cual afirma: “El problema de la vivienda segura se ha resuelto a través de la reubicación”. La tarjeta también enumera diversos subsidios: reembolso por seguro médico: 14 650 yuanes (aproximadamente 2100 dólares); subsidio para pago de seguro de pensión: 200 yuanes (aproximadamente 28 dólares); subsidio para pago de seguro médico: 880 yuanes (aproximadamente 126 dólares), etcétera.
Cuando se le preguntó sobre los subsidios, la mujer, que apenas podía hablar debido a los sollozos, respondió: “No he recibido ni un solo centavo de los subsidios que se mencionan en la tarjeta. Hubo un momento en el que no pude pagar la matrícula de mi hija, así que solicité un préstamo estudiantil por parte del Gobierno, pero nunca lo procesaron y, como resultado, mi hija tuvo que dejar la escuela”.
Después de mudarse a la nueva casa, el jefe de la villa fue nuevamente a verla. Le dijo que cuando los funcionarios gubernamentales de nivel superior llegaran a hacer inspecciones, ella debía decir que su ingreso anual es de decenas de miles de yuanes y que la familia recibe subsidios del Gobierno para sus gastos de subsistencia y para la educación de sus hijos.
Buen trabajo. Otro caso exitoso de reducción de la pobreza.