La Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional publicó un documento contra el antisectario ruso, Alexander Dvorkin, y su organización FECRIS, ambos partidarios de la persecución religiosa en China.
por Massimo Introvigne
El 17 de julio de 2020, la USCIRF, la Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, dio a conocer un nuevo documento titulado «El movimiento antisectario y la reglamentación religiosa en Rusia y la antigua Unión Soviética«. La USCIRF es una comisión bipartidista e independiente del Gobierno federal de EE. UU. creada por la Ley de Libertad Religiosa Internacional de 1998 (IRFA, por sus siglas en inglés). Sus comisionados son designados por el presidente y por los principales congresistas de ambos partidos políticos.
El título parecería indicar que el documento no se refiere a China, y de hecho está principalmente enfocado en Rusia. No obstante, existen tres conexiones importantes entre el nuevo informe de la USCIRF y China.
En primer lugar, el informe ofrece un análisis detallado y preciso de las actividades de Alexander Dvorkin, un activista ruso que durante aproximadamente treinta años ha liderado campañas contra movimientos religiosos que ha calificado de “sectas”. Tal y como se documenta en el informe, su contribución fue decisiva en lo que respecta a la preparación de la represión de los testigos de Jehová en Rusia, y el mismo ha atacado a muchas otras minorías religiosas. La USCIRF le solicita al Gobierno estadounidense que «censure públicamente a Alexander Dvorkin y al Centro de Información y Consulta de San Ireneo de Lyon (SILIC) [su organización], por su continua campaña de desinformación contra las minorías religiosas».
El informe menciona las actividades de Dvorkin fuera de Rusia. A pesar de que esta parte de sus «campañas de desinformación» no es mencionada por la USCIRF, Dvorkin ha apoyado regularmente al Partido Comunista Chino (PCCh) en su represión de los movimientos catalogados como xie jiao. Dvorkin viajó repetidamente a China y a Hong Kong para ofrecer su apoyo a la persecución de Falun Gong, para negar que el PCCh esté sustrayendo órganos de prisioneros de conciencia y para aplaudir la represión llevada a cabo contra la Iglesia de Dios Todopoderoso. A su vez, el PCCh ha apoyado las campañas de Dvorkin contra los testigos de Jehová en Rusia y las «ha importado» a China. Si bien el PCCh ha presentado a Dvorkin como un «experto ruso en estudios sobre sectas», el informe de la USCIRF lo expone como un pseudoexperto «que se basa en teorías desacreditadas» y que promueve la intolerancia y la discriminación religiosa.
En segundo lugar, Dvorkin, tal y como se señala en el informe de la USCIRF, ha estado activo internacionalmente, desempeñando el rol de vicepresidente de una organización transnacional antisectaria conocida como FECRIS, la Federación Europea de Centros de Investigación e Información sobre el Sectarismo. FECRIS también es conocida por el apoyo que varios de sus miembros, además de Dvorkin, le han ofrecido a la persecución de Falun Gong llevada a cabo por el PCCh en China. A su vez, la asociación anti xie jiao del PCCh ha anunciado y republicado informes de FECRIS contra los Testigos de Jehová y otros grupos. Cuanto más se investiga, más se descubre una relación bidireccional entre FECRIS (y Dvorkin) y las organizaciones chinas que promueven y justifican la sangrienta persecución de Falun Gong, la Iglesia de Dios Todopoderoso y otros movimientos religiosos.
En tercer lugar, el documento de la USCIRF es una importante crítica contra la ideología antisectaria en general. Según el informe, mientras estuvo en Estados Unidos entre los años 1977 y 1992, Dvorkin absorbió las ideas de un «movimiento antisectario influenciado por conceptos pseudocientíficos tales como ‘lavado de cerebro’ y ‘control mental'». El movimiento antisectario «describía a los nuevos movimientos religiosos como ‘fanáticos’ o ‘estrafalarios’, y a los miembros individuales como víctimas indefensas que no poseían libre albedrío ni la capacidad de salvarse. Esta retórica les permitía a los grupos justificar el retiro forzoso de amigos y familiares de las religiones de su elección, e incluso abogaba por la ‘desprogramación'». Tal y como señala la USCIRF, si bien «afirman ser expertos en campos académicos tales como estudios religiosos, psicología y sociología [Dvorkin y los antisectarios], rara vez están titulados en alguno de ellos y a menudo se basan en teorías y metodologías desacreditadas para promover su agenda ideológica».
Una vez más, esto también es importante para China. Si bien la persecución de los movimientos catalogados como xie jiao comenzó en la era Ming tardía, el PCCh ha tratado de justificarla y promoverla en el extranjero traduciendo xie jiao como «sectas» o «cultos malvados» y afirmando que la represión de los xie jiao llevada a cabo en China forma parte de un esfuerzo internacional contra las «sectas», las cuales también son percibidas como un problema en otros países. De hecho, xie jiao significa «enseñanzas heterodoxas», y en la historia china el término «heterodoxo» ha sido interpretado tanto como algo ideológicamente desviado como no aprobado por el Gobierno en el poder.
Traducir xie jiao como «sectas» no es un error. El PCCh espera poder subirse al tren del antisectarismo internacional y convertir a los medios de comunicación occidentales que simpatizan con los antisectarios en partidarios de sus campañas represivas contra los grupos que enumera como xie jiao, particularmente la Iglesia de Dios Todopoderoso y Falun Gong. Ocasionalmente, esta campaña ha tenido éxito, a pesar de que las noticias falsas producidas por el PCCh contra estos movimientos están siendo cada vez más expuestas como mentiras por los medios de comunicación occidentales de calidad.
Pero sigue siendo cierto que la ideología del antisectarismo es similar a la ideología represiva anti xie jiao del Partido Comunista Chino. Dondequiera que se promueva la primera, el PCCh encuentra fácilmente amigos. Por lo tanto, es sumamente importante que, por primera vez, una comisión oficial del Gobierno federal de los EE. UU. exponga al antisectarismo como una «ideología» basada en una pseudociencia desacreditada cuyo objetivo es «la represión de la libertad religiosa».