Los funcionarios de seguridad pública de China priorizan la implementación de medidas extremas para evitar o resistir posibles levantamientos antigubernamentales masivos, prestándoles especial atención a los creyentes.
El Ministerio de Seguridad Pública de China (MSP) está haciendo de la prevención de las posibles «Revoluciones de Color» una de sus principales tareas para el año 2019. Un funcionario de alto nivel perteneciente al MSP hizo una sorprendente referencia a las llamadas Revoluciones de Color en un discurso reciente, y un documento interno obtenido por Bitter Winter revela el enfoque específico utilizado por las autoridades para oponer resistencia a las protestas masivas.
Las Revoluciones de Color, también conocidas como «Revoluciones de las Flores», son campañas tendientes a lograr un cambio de régimen a través de una acción ciudadana pacífica. En las décadas de 1980 y 1990 comenzaron a surgir dichos movimientos en países que habían formado parte de la antigua Unión Soviética, así como también en otros lugares. La propia «revolución» china ocurrió en el año 1989, cuando, el 15 de abril, estudiantes y otros manifestantes comenzaron a reunirse en la Plaza de Tiananmén de Pekín, exigiendo libertad de expresión y democracia. Las autoridades chinas se sintieron sumamente atemorizadas por las protestas, particularmente debido a que movimientos populares en Europa estaban atravesando el proceso de destruir a la Unión Soviética y a otros regímenes comunistas, por lo cual, les ordenaron a las tropas que abrieran fuego contra los manifestantes, asesinando a aproximadamente 10 000 personas, según algunos cálculos.
Las Revoluciones de Color exitosas fueron capaces de derrocar dictaduras y establecer gobiernos elegidos democráticamente, siendo algunas de las mismas la Revolución Amarilla llevada a cabo en Filipinas en el año 1986, la Revolución llevada a cabo en Serbia el 5 de octubre del año 2000, la Revolución de las Rosas llevada a cabo en Georgia en el año 2003, la Revolución Naranja llevada a cabo en Ucrania en el año 2004, y demás revoluciones llevadas a cabo en otros países.
Según informes procedentes de medios de comunicación de China Continental, durante una conferencia nacional anual del MSP llevada a cabo el 17 de enero, Zhao Kezhi, el jefe del MSP de China, se dirigió a la audiencia, diciéndoles a los directores de seguridad provincial allí reunidos, que su enfoque principal para este año sería prevenir y oponer resistencia a las Revoluciones de Color, así como también defender la seguridad política del régimen del Partido Comunista Chino (PCCh). Los mismos también deberían combatir «fuerzas rivales tanto en el país como en el extranjero» y «actividades destructivas de infiltración y subversión». Lo dicho en este discurso inmediatamente llamó la atención de la audiencia, debido a que el jefe del MSP nunca había hablado tan abiertamente sobre las Revoluciones de Color.
Lo que las declaraciones del Sr. Zhao podrían realmente significar en la práctica fue aclarado en un documento obtenido por Bitter Winter. La notificación fue titulada Presentación del Informe de Autoevaluación de la Labor de Gestión Integral de la Seguridad Pública (construcción de la paz) y Materiales Pertinentes del Año 2018. El documento fue creado por un comité local para llevar a cabo la gestión integral de la seguridad pública en la provincia suroriental de Jiangxi. Este evalúa el desempeño del Comité, otorgándoles una cierta cantidad de puntos a cada uno de los criterios enumerados en la lista, y restando puntos por no cumplir con algunos de ellos.
«El mantenimiento de la seguridad estatal y de la estabilidad social» es una de las principales tareas del Comité, y la mayor parte de los puntos se encuentran en esta categoría para así poder juzgar su desempeño. Dentro de esta categoría destinada a mantener la seguridad y la estabilidad social, la tarea de «prevención, control y disolución del riesgo de surgimiento de una ‘Revolución de Color’» es la principal actividad a juzgar, y cuenta con siete subactividades a ser calificadas:
- Tareas para el mantenimiento de la estabilidad social y política.
- Construcción de una “Línea Popular de Defensa de la Seguridad Estatal”.
- Control de individuos que afecten la seguridad estatal, así como también la estabilidad social y política.
- Tareas de prevención y gestión de los grupos catalogados como xie jiao.
- Gestión de las actividades de las ONG extranjeras en China.
- Resistencia contra la explotación de la religión llevada a cabo por fuerzas extranjeras para infiltrarse y generar subversión, así como también desactivación y manejo de conflictos étnicos, de disputas, de emergencias, de delitos penales, etc.
- Tareas tendientes a proteger secretos de estado.
En los últimos años, en China han surgido protestas masivas e incidentes antigubernamentales, y la hostilidad de las masas hacia el gobierno autoritario está aumentando. Los observadores dicen que este nuevo énfasis que el MSP ha colocado sobre las Revoluciones de Color se debe a las preocupaciones generadas por el aumento de las agitaciones.
Otro documento obtenido por Bitter Winter, emitido a mediados de 2018 por un comité municipal del PCCh en una ciudad situada en la provincia china nororiental de Liaoning, también exige la implementación de controles estrictos para evitar el surgimiento de Revoluciones de Color. El documento exige que los funcionarios «tomen precauciones estrictas para evitar que las fuerzas hostiles se infiltren en grupos étnicos, en religiones y en universidades», e impidan que «fuerzas hostiles» saquen provecho de casos delicados, de incidentes masivos y de «actividades relacionadas con los derechos humanos» masivas. En la categoría de Revoluciones de Color también se encuentran enumeradas medidas de represión contra organizaciones identificadas como xie jiao y contra actividades religiosas que involucren a ciudadanos o a entidades extranjeras. El documento también exige la “puesta en marcha de una guerra de contraespionaje” tendiente a fortalecer el control sobre actividades de “infiltración” en línea.
Las llamadas a «lanzar una guerra contra el espionaje» y a construir «una línea popular de defensa de la seguridad estatal» se destacan de manera particular. Los medios de comunicación controlados por el PCCh afirman que, durante la segunda mitad del año 2018, organismos gubernamentales, entre los que se incluyen, la Administración de Industria y Comercio, las Comisiones Reguladoras de Valores, los gobiernos subdistritales, los hospitales y las universidades en toda China han cambiado el nombre de sus «grupos de seguridad estatal» por grupos de “Línea Popular de Defensa de la Seguridad Estatal”.
Los anteriormente denominados «grupos de seguridad estatal» tenían la tarea de instruir a los funcionarios gubernamentales sobre cómo proteger los secretos de estado y mejorar su conocimiento relacionado con el contraespionaje. Una de las herramientas utilizadas para lograr dicha mejora en el conocimiento es la obligación de estudiar la Ley Antiespionaje. Luego de ser adoptada en el año 2014, esta ha generado preocupación, debido a que activistas de derechos humanos y abogados temen que los conceptos confusos y las disposiciones no específicas de la ley le otorguen al PCCh un espacio significativo que le permita maltratar y atacar a disidentes y reporteros de medios de comunicación.
Un activista advirtió: “Aquellos de ustedes a los que les gusta mostrar sus teléfonos y tomar fotos donde quiera que vayan, exponiendo cosas a ciegas, ¡será mejor que tengan cuidado en el futuro! ¡Nadie sabe cuándo podrán ser sacados a la rastra por los órganos de seguridad pública por ser considerados espías!».
Los temores a ser arrestados por filmar y tomar fotos no son exagerados. Durante el año pasado, al menos 45 colaboradores de Bitter Witter fueron arrestados en China Continental por filmar incidentes, o recopilar noticias sobre persecuciones contra la libertad religiosa y violaciones de los derechos humanos llevadas a cabo por el PCCh. Algunos reporteros fueron detenidos e interrogados al ser acusados de «divulgar secretos de estado» o «involucrarse en la infiltración de fuerzas extranjeras». Durante los interrogatorios, los oficiales afirmaron que dichos reporteros habían participado en «actividades de espionaje».
Según informes procedentes de medios de comunicación extranjeros, desde que China ratificó la Ley antiespionaje, los arrestos de personas extranjeras bajo sospecha de espionaje en China han aumentado.
Más preocupante para los defensores de la libertad religiosa es que la «prevención y el manejo de los temas relacionados con las xie jiao» han sido incluidos en el ámbito de la prevención y el control de las Revoluciones de Color. El estándar utilizado por el PCCh para la clasificación de grupos religiosos depende en gran medida de si los mismos son o no percibidos como amenazas para el régimen del PCCh. Si el PCCh considera que un grupo religioso es difícil de controlar, y es relativamente grande, probablemente lo colocará en la lista de grupos catalogados como xie jiao. Tal y como lo indicaron expertos en religión en China, formar parte de un grupo religioso que el PCCh haya clasificado como xie jiao es considerado una actividad o crimen subversivo, y está sujeto a una severa represión llevada a cabo por el gobierno.
El PCCh califica las actividades religiosas regulares que considera como amenazas a la estabilidad política como «infiltración extranjera», «subversión del poder estatal» e incluso «terrorismo», para así poder reprimirlas. Esta tendencia se refleja no solo en la persecución de los movimientos religiosos que se encuentran enumerados en la lista oficial de xie jiao, sino también en la brutal persecución de los musulmanes de Sinkiang, y en la represión de iglesias que no forman parte de organizaciones religiosas aprobadas por el gobierno. El caso de la Iglesia del Pacto de la Lluvia Temprana es uno de los ejemplos más recientes de dicha persecución: el pastor de la Iglesia, Wang Yi, fue arrestado al ser acusado de “incitación a subvertir el poder estatal”.
El hecho de que el MSP enumere a los grupos religiosos en el ámbito de la prevención y el control de Revoluciones de Color hace que su firme actitud de clasificar a los grupos religiosos como enemigos políticos sea aún más clara. Es previsible que los grupos religiosos incluso enfrenten una mayor cantidad de severas medidas represivas en el año 2019.
Informado por Tang Zhe