Los lugares de culto budistas y taoístas son víctimas de las campañas de represión religiosa llevadas a cabo por el Gobierno, las cuales son ejecutadas utilizando pretextos inventados.
por Lin Yijiang
El 16 de julio, más de 100 funcionarios gubernamentales se reunieron frente a un templo taoísta emplazado en Wenling, una ciudad a nivel de condado administrada por la ciudad a nivel de prefectura de Taizhou, en la provincia oriental de Zhejiang. Alejaron a todos los creyentes del templo y prohibieron el ingreso al mismo. Poco después, por orden de los funcionarios, dos excavadoras arrasaron el templo hasta los cimientos.
Según un miembro de la congregación, el templo, construido en el año 2012 a un costo de más de dos millones de yuanes (alrededor de 280 000 dólares), minuciosamente recolectados por los creyentes durante casi diez años, fue demolido como parte de la campaña denominada “Tres rectificaciones y una demolición” puesta en marcha en el año 2013 por el Gobierno de Zhejiang, con el objetivo de “rectificar las antiguas áreas residenciales, las fábricas viejas y las aldeas rurales que habían sobrevivido dentro de las ciudades, y demoler los edificios ilegales”. Desde entonces, solo entre los años 2014 y 2015, se destruyeron cientos de iglesias y templos emplazados en el área, y se eliminaron cruces pertenecientes a más de 1700 iglesias.
El Templo de Kwan Yin, un templo budista emplazado en Wenling, también fue demolido por la fuerza por el Gobierno bajo el pretexto de que había sido «construido de manera ilegal». El 2 de julio, el Gobierno del poblado envió a más de 100 personas para que expulsaran a docenas de creyentes del templo y ordenó que dos excavadoras comenzaran el trabajo de demolición. En solo unas pocas horas, el otrora floreciente templo fue reducido a una pila de escombros.
Un creyente local le dijo a Bitter Winter que las frenéticas demoliciones de templos budistas y taoístas llevadas a cabo por el Gobierno recuerdan a la campaña para destruir a los «Cuatro Viejos» –viejas costumbres, cultura, hábitos e ideas– implementada durante la Revolución Cultural. «Recitar las Citas del presidente Mao Zedong y adorarlo era obligatorio durante la Revolución Cultural», comentó el creyente. «Al igual que ahora, donde las personas son obligadas a recitar las citas de Xi Jinping y venerarlo».
A finales de junio, un templo budista en construcción emplazado en el condado de Tiantai bajo la jurisdicción de Taizhou también fue demolido por la fuerza. Según un creyente local, el Gobierno primero catalogó el templo como un «edificio en ruinas» y lo selló, y luego se negó a aprobar el templo recientemente construido, convirtiéndolo así en una «construcción ilegal».
El 19 de julio, un templo taoísta, construido a un costo de 500 000 yuanes (alrededor de 70 000 dólares) erigido por creyentes en Yuhuan, una ciudad a nivel de condado administrada por Taizhou, también fue arrasado.
Un creyente procedente de Taizhou comentó que al Gobierno solo le importa implementar políticas para suprimir la religión. «No importa cuánto dinero se gaste para la construcción de un templo o cuánto se dañe a los creyentes», añadió. «Demuelen templos utilizando el pretexto formal de que han sido ‘construidos ilegalmente’ para evitar ser acusados de persecución religiosa».