Una mujer que había huido de Corea del Norte para buscar refugio en China fue obligada a regresar a su país estando embarazada.
por Piao Junying
En 2013, Lee Kim-hwa (pseudónimo) arriesgó su vida para huir de Corea del Norte. Buscó refugio en China e hizo de la ciudad de Dandong, en Liaoning, su nuevo hogar.
Al poco tiempo conoció a un hombre y estaba felizmente casada. En mayo de 2014, dos agentes de policía se presentaron en su casa. Interrogaron en profundidad a su suegra, Liu Ping (pseudónimo), sobre la nacionalidad de Lee y su situación en ese momento. La señora Liu respondió a todas sus preguntas con sinceridad y la familia pensó que ese era el final de todo. En ese momento, Lee estaba embarazada y la familia estaba emocionada de recibir al bebé.
Sin embargo, los agentes volvieron unos días después. Obligaron a Lee a salir de su casa y la condujeron a la estación fronteriza de Dandong por haber “cruzado la frontera de forma ilegal”. La señora Liu había acompañado a su nuera a la estación y suplicó a las autoridades que reconsiderasen [la decisión], sobre todo atendiendo a su embarazo. Las autoridades se negaron a cambiar de opinión y poco después deportaron a Lee a Corea del Norte.
Han pasado cuatro años desde entonces en los que ni la señora Liu ni si hijo han tenido noticias de Lee. Se temen lo peor y les angustian las medidas que toman las autoridades respaldadas por el PCCh.
Sin embargo, no se trata de un caso aislado. Bitter Winter ha informado sobre ciudadanos norcoreanos deportados por China hace tan poco tiempo como 2017.
Según un informe de Human Rights Watch, estas deportaciones vulneran la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de las Naciones Unidas de 1951, de la que China es parte. Aunque los ciudadanos norcoreanos deberían considerarse refugiados sur place, que se refiere a personas que son refugiadas a causa del riesgo de persecución en caso de regresar al país de origen, China todavía los denomina “inmigrantes económicos” ilegales.