Durante 2019, muchas iglesias católicas fueron cerradas por negarse a unirse a la Asociación Patriótica Católica China. Incluso las iglesias operadas por el Estado son reprimidas.
por Zhou Xiaolu
Demolidas como “construcciones ilegales”
El 29 de diciembre de 2019, la Agencia de Asuntos Religiosos del condado de Qishan, administrada por la ciudad de Baoji, de nivel prefectura, en la provincia noroccidental de Shaanxi, ordenó la demolición de una iglesia católica en la villa de Luojiazhuang. La iglesia se negó a ser registrada por el Estado y, por tanto, fue reprimida por “carecer de los permisos adecuados”.
Un creyente local contó a Bitter Winter que antes de Navidad, el sacerdote de la iglesia, que se enteró que el Gobierno quería demoler su iglesia, fue a negociar con los funcionarios de asuntos religiosos desde el nivel condado hasta el nivel provincial. Le dijeron que la iglesia estaba condenada a ser desmantelada, independientemente de si él trataba de obtener permisos, porque “el PCCh (Partido Comunista Chino) está tomando medidas enérgicas contra las religiones”. Poco después, la iglesia, que fue construida con fondos recaudados por católicos de la localidad, fue demolida.
La cruz de la iglesia ya había sido quitada en noviembre de 2018 y la iglesia fue rectificada en dos ocasiones en 2019. Posteriormente fue convertida en un club de actividades recreativas para los habitantes de la villa: el destino que sufren muchos lugares de adoración a manos del Gobierno chino. “Pasamos un año intentando salvar la iglesia, pero fracasamos”, se quejó el encargado de la misma, que tiene más de ochenta años.
Una iglesia católica en la villa de Guchuan en el distrito de Weibin de la ciudad de Baoji fue cerrada en diciembre por rehusarse a registrarse con el Estado. Antes del cierre, fueron quitados los caracteres chinos que significan “iglesia católica”, los cuales se encontraban en una pared externa, y las tres cruces del techo. Un informante del Gobierno local dijo que nada habría podido salvar a la iglesia.
“Esta iglesia ha sufrido mucho: el Gobierno la demolió durante la Revolución Cultural; posteriormente fue reconstruida y ahora fue cerrada”, dijo con impotencia un creyente de la localidad. “El Gobierno inventó mil razones para cerrarla. Nuestra iglesia desaparecerá tarde o temprano”.
Una iglesia aprobada por el Estado ha sido readaptada como centro para miembros del PCCh
Tras la firma del acuerdo entre el Vaticano y China de 2018, la situación de los objetores de conciencia católicos que se niegan a ser registrados continúa deteriorándose: los miembros del clero y los creyentes son frecuentemente acosados y perseguidos y las iglesias han sido cerradas o demolidas.
Pero ni siquiera a las iglesias católicas operadas por el Estado las dejan en paz.
En junio pasado, el Gobierno de Linyi, una ciudad de nivel prefectura en la provincia oriental de Shandong, ordenó la demolición de una iglesia católica operada por el Estado, afirmando que “ocupaba demasiado espacio”. Los funcionarios también dijeron que serían despedidos si la iglesia continuaba operando.
Dos meses después, un anexo de dos pisos de la iglesia, con más de 30 habitaciones, fue demolido. En noviembre, a la persona a cargo de la iglesia le informaron que la construcción de la misma está exenta por el momento, pero que será convertida en un centro de servicios para miembros del PCCh.
Video: el anexo de la construcción de la iglesia es demolido.
El comité de la villa pronto se hizo cargo de la iglesia. Las estatuas religiosas y las cruces fueron quitadas y se colocó arriba de la puerta principal un letrero que dice “Centro de Servicios para las Masas del Partido”, lo cual trasformó la iglesia —que se construyó a un costo de 4 millones de yuanes (alrededor de 560 000 dólares)— y la dejó irreconocible.
El 9 de noviembre, a otra iglesia católica en Shandong autorizada por el Estado se le ordenó que quitara una estatua de la Virgen María que se encontraba afuera, luego de que el equipo de inspección de trabajos religiosos del Gobierno central acudiera para una segunda visita a la provincia.