El PCCh se apropia de los lugares de adoración para utilizarlos como nuevos centros propagandísticos con el objetivo de inculcar en la mente de las personas “el pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas”.
por Tang Zhe
La nueva era civilizatoria: cuando la ideología comunista se encuentra con el culto a la personalidad
En agosto, la congregación de una iglesia católica que se niega a unirse a la Asociación Patriótica Católica China (APCC) en Taosha, un poblado bajo la jurisdicción de la ciudad de Fengcheng, en la provincia suroriental de Jiangxi, descubrió que su lugar de adoración había sido tomado por el Gobierno. Remodelaron las ventanas redondas del edificio y las hicieron cuadradas; todo el mobiliario fue sacado de la iglesia, el crucifijo fue reemplazado con un póster propagandístico que decía “Estación de prácticas civilizatorias para una nueva era” y metieron en la iglesia un librero lleno de materiales que promueven la ideología comunista y la cultura tradicional china.
La congregación trató de protestar en contra de la toma forzada, pero los funcionarios locales no cedieron. En lugar de ello, estaban felicitándose unos a otros, y no solo por haber dado un paso importante en la implementación de la política del presidente Xi Jinping para reprimir las creencias religiosas, sino, también, porque abrieron otra “Estación de prácticas civilizatorias para una nueva era”, una base propagandística para promover la ideología comunista y la cultura tradicional china.
Los centros de prácticas civilizatorias (a los cuales se hace referencia como “oficinas” en el nivel de poblado y como “estaciones” en el nivel de villa) es un proyecto a nivel nacional que lanzó en 2018 el Gobierno central. De acuerdo con reportes de medios dirigidos por el Estado en China continental, las Opiniones rectoras sobre los trabajos para construir “Centros de prácticas civilizatorias para una nueva era” como programas piloto fueron revisadas y aprobadas en julio del año pasado en una reunión que presidió el propio presidente Xi.
“Construir los ‘Centros de prácticas civilizatorias para una nueva era’ es una iniciativa importante para promover el ‘pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era’ con el fin de que se arraigue en el corazón de las personas”, proclamó el ministro del Departamento de Publicidad del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh) en una reunión en octubre del año pasado, y agregó que resulta esencial “asegurarse de que los gobiernos de nivel comunitario lleven a cabo y fortalezcan el trabajo propagandístico ideológico del Partido de una manera eficaz”.
Tan pronto como se adoptó la orden, las bases de “prácticas civilizatorias” comenzaron a aparecer en grandes cantidades a lo largo de China. Por ejemplo, en Qingdao, una ciudad subprovincial en la provincia oriental de Shandong con una población de más de 9 millones de personas, se abrieron 300 nuevas instituciones propagandísticas en distritos, poblados, villas y comunidades bajo la jurisdicción de la ciudad. En las divisiones administrativas de Foshan –una ciudad de nivel prefectura con alrededor de 7 millones de habitantes en la provincia suroriental de Guangdon– hay 322.
Los medios operados por el PCCh afirman que la medida tiene como objetivo “satisfacer más la vida espiritual y cultural de las personas”. Pero, en realidad, al parecer las autoridades están utilizando esto como otra herramienta más para reprimir todas las demás formas de pensar diferentes a la de Xi Jinping y, en particular, para reprimir las creencias religiosas.
“Antes de que la iglesia fuera invadida, la policía nos prohibió entrar en ella y nos amenazó con golpearnos con bastones eléctricos”, relató a Bitter Winter un miembro de la iglesia católica readaptada en el poblado de Taosha. “Dijeron que creíamos en una xie jiao, que practicábamos la superstición y que estábamos destruyendo a la sociedad. Nos dijeron que fuéramos patrióticos”.
Antes de la toma, a finales de junio, el Gobierno ordenó que se demoliera la iglesia porque “ocupaba el terreno de forma ilegal”. Para protegerla, la persona encargada de la iglesia accedió a las demandas del Gobierno de entregarla a las autoridades.
Una iglesia católica en el poblado de Luohu, bajo la jurisdicción de la ciudad de Fuzhou de Jiangxi, también fue convertida por la fuerza por el Gobierno en una Estación de Prácticas Civilizatorias. Construida en 2017, con un costo de más de 1.7 millones de yuanes (alrededor de 238 000 dólares) y donada por creyentes, la iglesia fue abierta en 2018. La congregación logró celebrar sólo cuatro días festivos religiosos antes de que fueran sacados por funcionarios del Departamento de Asuntos Religiosos local y del Gobierno municipal. El 21 de abril, el Día de Pascua, los mismos funcionarios les ordenaron que se unieran a la APCC y amenazaron con demoler la iglesia si alguien desobedecía. Una semana después, los funcionarios metieron mobiliario de oficina a la iglesia y colocaron en la pared exterior de la iglesia un letrero que dice “Estación de prácticas civilizatorias para una nueva era”.
Las iglesias operadas por el Estado no están exentas de ser tomadas
El Gobierno también readaptó una iglesia de las Tres Autonomías en el poblado de Zhancheng, bajo la jurisdicción de la ciudad de Huixian en la provincia central de Henán, para el proyecto de “prácticas civilizatorias”. De acuerdo con testigos presenciales, el 3 de junio alrededor de 20 funcionarios del Gobierno local irrumpieron en la iglesia y quitaron todos sus símbolos religiosos. Se colocó dentro de la iglesia un letrero que dice “Estación de prácticas civilizatorias para una nueva era. Base de educación y entrenamiento para miembros del Partido”.
Una miembro de la congregación tomó fotos de los funcionarios mientras desalojaban el lugar, pero luego la golpearon violentamente. Fue llevada a una estación local de policía donde tuvo que prometer abstenerse de causar más problemas y no ir a la iglesia. La creyente fue liberada poco después de eso.
“En el territorio del Partido Comunista los funcionarios tienen el poder de castigarte a voluntad. No hay libertad de creencia en China”, comentó un compañero feligrés.
Video: una ópera tradicional fue escenificada en la iglesia después de ser convertida en una “estación civilizatoria”.
De acuerdo con informantes del Gobierno local, el 28 de junio, miembros del Partido Comunista de 27 villas llevaron a cabo una reunión en la iglesia para celebrar la toma. Desde entonces se organizan espectáculos de ópera tradicional en la iglesia cada fin de semana; los funcionarios de la villa toman fotos de los eventos y las envían al Departamento de Asuntos Religiosos local.
“La solemne iglesia ha sido ocupada por la fuerza por el Gobierno y readaptada para ser un lugar de recreación, y afirman que esta es la ‘civilización para una nueva era’. No tienen vergüenza”, dijo con impotencia un miembro de la iglesia.
Muchas iglesias más han sido convertidas en bases de “prácticas civilizatorias” a lo largo del país. Entre ellas, un sitio de reunión de una iglesia doméstica en el poblado de Weishangqiao, administrada por el distrito de Dongxiang en Fuzhou, y un sitio de reunión de la Iglesia de las Tres Autonomías en el poblado de Fengyang en el condado de Fenyi, bajo la jurisdicción de la ciudad de Xinyu de la provincia de Jiangxi.