Desde la primavera de 2017, las autoridades chinas han incrementado sus esfuerzos de represión contra el Islam, demoliendo innumerables mezquitas y enviando a musulmanes a campos de reeducación.
Recientemente, un reportero de Bitter Winter visitó los sitios de seis mezquitas demolidas en la ciudad de Kumul, descubriendo que, si bien aún se podían encontrar algunos restos en uno de los sitios, los otros cinco habían sido ya nivelados, desapareciendo la construcción antigua sin dejar huella.
Un residente del lugar que vive cerca del sitio de una de las mezquitas demolidas comentó, “Las autoridades que destruyen las mezquitas y restringen o les prohíben a los uigures reunirse para el servicio de oración violan su derecho a la libertad religiosa. Hay muchos uigures que llaman a Sinkiang su hogar y casi todos los grupos y aldeas tienen su propia mezquita. En este momento, en Sinkiang, el número de mezquitas ha ya disminuido a más de la mitad y en el futuro es posible que ya no quede ninguna”.
La gente de Kumul ha revelado que, en lugares como Sibao, en un distrito de la ciudad llamado Yizhou, muchas mezquitas han sido demolidas. Si no fuera por los lugareños, la gente de fuera nunca sabría siquiera que alguna vez hubo mezquitas en esos sitios.
Durante la visita del reportero, una residente narró cómo, durante la noche, desapareció una mezquita que estaba cerca de su casa. “En noviembre de 2017, hacia las 8:00 p. m., vi la mezquita por última vez, porque al día siguiente, a las 9:00 a. m., cuando pasé por ahí, el terreno ya había sido nivelado. Mi casa está a solo 100 metros de la mezquita, pero ni siquiera escuché algo aquella noche. No sé ni siquiera a qué hora la derribaron”.
Al comentar sobre el motivo de la demolición de la mezquita, un hombre ya mayor, de más de 70 años, dijo, “No hay nada que podamos hacer; el Partido Comunista dijo que era muy difícil gestionar la mezquita, así que simplemente la derribaron”.
Fuente: Reportes directos desde China
Información de Li Zaili