Las autoridades de Hebei colocaron por la fuerza un mástil con una bandera china en el exterior de una iglesia de la Diócesis Católicade Zhengding, residencia del obispo Julius Jia Zhiguo, uno de los líderes más prominentes de la Iglesia católica clandestina.
Los símbolos nacionales y la propaganda del partido desempeñan un papel esencial en la política de «sinicización» del presidente Xi Jinping. La iniciativa de izar la bandera nacional fuera de los sitios de culto, propuesta por las instituciones religiosas sancionadas por el Estado en julio de este año, suscitó preocupación entre los católicos clandestinos y fue considerada como un paso más hacia la erradicación de las Iglesias leales al Vaticano.
En una muestra de poder, las autoridades de la provincia norteña de Hebei colocaron la bandera nacional china en el exterior de una iglesia de la Diócesis Católica Romana de Zhengding, lugar de residencia del obispo Julius Jia Zhiguo, quien ha sido detenido en múltiples ocasiones y mantenido bajo arresto domiciliario durante aproximadamente 30 años debido a su negativa a unirse a la Asociación Patriótica Católica aprobada por el Gobierno.
El 1 de octubre, cuadros del Partido irrumpieron en la iglesia emplazada en la aldea de Wuqiu, en la ciudad de Jinzhou, y cavaron por la fuerza un pozo para erigir el mástil de una bandera. El obispo Jia, supervisado de cerca por las autoridades incluso en su residencia, se opuso al acto y reiteró que la iglesia era un lugar para adorar a Dios, no a la bandera china.
Según testigos presenciales, para poder bloquear a los funcionarios, un fraile de edad avanzada saltó dentro del pozo que estaba siendo cavado, pero los cuadros de la aldea amenazaron con enterrarlo vivo si no salía del mismo.
Los cuadros también amenazaron a otros creyentes afirmando que, si obstruían su trabajo, cortarían el suministro de agua y la electricidad de la iglesia y no les permitirían a sus hijos asistir a la escuela.
El obispo Jia se sintió molesto e impotente ya que no logró resistir la violencia con la que las autoridades llevaron a cabo sus planes. En el pasado, había podido postergar exitosamente las órdenes de los funcionarios del Departamento de Asuntos Religiosos, en las que le exigían colocar dicha bandera. El obispo Jia les está pidiendo a todos los miembros de la Iglesia de la Diócesis de Zhengding que oren por la Iglesia católica perseguida en China.
Un creyente que se encontraba en la iglesia afirmó: «No pudimos evitar que colocaran la bandera, pero no participaremos en la ceremonia de izamiento de la bandera ni cantaremos el himno nacional. Si el Gobierno no nos permite recitar las Sagradas Escrituras ni celebrar una misa en la iglesia, lo haremos en nuestros hogares. Cuanto más nos persiguen, más fuerte se vuelve nuestra fe».
Según fuentes, el Gobierno también ha erigido mástiles en otras iglesias católicas clandestinas pertenecientes a la Diócesis de Zhengding.
A pesar de la firma del acuerdo entre el Vaticano y China del año 2018, el PCCh continúa persiguiendo a la Iglesia católica clandestina. Si bien los observadores más optimistas esperaban una fusión pacífica, aunque gradual, entre la Iglesia católica clandestina y la Asociación Patriótica Católica, controlada por el PCCh, luego del acuerdo, parece que, de hecho, el PCCh interpreta que el acuerdo obliga a los obispos y sacerdotes clandestinos a unirse a la organización «patriótica» —o de lo contrario deberán atenerse a las consecuencias.
Información de Feng Gang