A fin de alcanzar a tiempo los objetivos de alivio de la pobreza del presidente Xi Jinping, Gobiernos locales destruyeron hogares de agricultores y tierras de cultivo en medio del brote de coronavirus.
por Zhang Wenshu
La política de alivio de la pobreza puesta en marcha por el presidente Xi Jinping en el año 2015, tiene como objetivo sacar de la pobreza a 70 millones de hogares chinos empobrecidos para el año 2020. Tratada como una tarea política para los funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh), la implementación del vanidoso proyecto ideado por el presidente continuó en medio de la terrible pandemia de coronavirus. El 16 de marzo, Xi Jinping convocó un simposio para hablar sobre el objetivo de «asegurar una victoria decisiva en lo relativo al alivio de la pobreza», subrayando que «debe realizarse según lo previsto, sin ningún tipo de repliegue o flexibilidad» para fines de este año.
A fines de febrero, funcionarios del Gobierno local les informaron a algunas familias que vivían en una aldea bajo la jurisdicción de la ciudad de Heze, en la provincia oriental de Shandong, que pronto serían reubicadas. Además de eso, la mitad de aproximadamente 170 acres de tierras de cultivo de la aldea serían reutilizadas.
Un agricultor de la aldea le dijo a Bitter Winter que los funcionarios se presentaron en todos los hogares, diciéndoles a las personas que estaban tomándoles la temperatura a los residentes para evitar la propagación del virus. Muchos se negaron a abrir sus puertas por miedo a ser infectados. Pero los funcionarios insistieron, explicando que además estaban dando a conocer la nueva campaña de reubicación destinada a aliviar la pobreza, cuyo objetivo es demoler las casas antiguas y construir una moderna aldea en su lugar.
«Los funcionarios no se esfuerzan en prevenir la epidemia, sino que van por ahí implementando la política de alivio de la pobreza, incluso durante el cierre de emergencia», se quejó el agricultor.
A principios de abril, al ser amenazados con la revocación de sus subsidios de subsistencia, los residentes de la aldea se vieron obligados a firmar acuerdos en los que prometían ceder sus tierras para la nueva aldea. Los miembros del PCCh fueron amenazados con ser expulsados del Partido si se negaban a firmar.
“Utilizaron máquinas, custodiadas por agentes de policía, para destruir todos los campos que habitualmente producían excelentes cosechas de trigo. Incluso nuestros hogares fueron demolidos. Si la epidemia empeora, estamos condenados a muerte», afirmó el devastado granjero.
«Este año, no viviremos una buena vida», añadió con impotencia otro aldeano.
Cuando un agricultor local que poseía una tienda de pesticidas se negó a firmar, la Administración de Supervisión de Mercados del condado suspendió su licencia comercial utilizando el pretexto de que estaba vendiendo pesticidas con fechas de caducidad vencidas.
Desde la puesta en marcha de la política de alivio de la pobreza, las autoridades chinas se han jactado de sus notables logros. Pero los residentes de las aldeas que fueron reubicados en su totalidad en nombre del alivio de la pobreza tienen una opinión diferente.
Los agricultores del condado de Shenchi en Xinzhou, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia norteña de Shanxi, todavía están pagando un alto precio por el sueño de alivio de la pobreza de Xi Jinping, luego de que todos los hogares de las 74 aldeas del condado fueron trasladados a zonas urbanas en el año 2018. Dado que la principal fuente de ingresos de los residentes del condado es la agricultura, los agricultores reubicados fueron privados de la oportunidad de ganarse la vida.
«¿Cómo podemos ganarnos la vida en el área urbana?» se quejó uno de los aldeanos reubicados. «No hay oportunidades de empleo. Incluso si las hubiera, no sabemos hacer otra cosa que trabajar la tierra, y la mayoría de nosotros somos ancianos, razón por lo cual no seremos empleados». Cuando planteó esta cuestión ante algunos funcionarios gubernamentales, los mismos le respondieron que el Estado solo era responsable de las reubicaciones, no de las fuentes de ingreso de los residentes.
Un hombre de 58 años que había sido reubicado le dijo a Bitter Winter que, a pesar de haber efectuado numerosos intentos, no pudo hallar trabajo, ni siquiera como trabajador de saneamiento. «Cuando vivía en la aldea, mi ingreso no me preocupaba en lo absoluto, pero desde que me trasladaron a un departamento, vivo preocupado», afirmó.
«Para nosotros, mudarnos a áreas urbanas significa perder nuestras fuentes de sustento», añadió un ex criador de ovejas. «Todos los residentes que compartimos esta situación somos víctimas de la política de reubicación. Al Gobierno no le importan nuestras vidas, y no podemos hacer nada al respecto».
Algunos aldeanos reubicados de edad avanzada compararon el alivio de la pobreza de Xi Jinping con las campañas sociales y económicas de Mao Zedong, tales como el “Gran salto adelante”. La campaña implementada de 1958 a 1960, tenía como objetivo transformar a China de una economía agraria en una sociedad comunista basada en comunas. Los funcionarios locales competían para cumplir, a menudo excediendo, las cuotas basadas en las exigencias poco realistas de Mao, informando rendimientos «excedentarios», cuando en realidad, la gente se moría de hambre. La campaña dio como resultado la gran hambruna china, con una cifra estimada de decenas de millones de muertes.