Continuando el patrón prevaleciente en la parte noreste de China, creyentes son arrestados por atreverse a reunirse en la casa de otro creyente y son forzados a firmar promesas antirreligiosas.
El 5 de diciembre de 2018, trece cristianos de la tercera edad (la mayoría de ellos de casi 80 años) estaban llevando a cabo una reunión como parte de la Iglesia doméstica Palabra de Vida en la provincia de Heilongjiang en el noreste de China. Se encontraban reunidos en la residencia privada de uno de los creyentes en la ciudad de Shangzhi. La policía local allanó el departamento y arrestó a los creyentes.
El Buró de Seguridad Pública de la ciudad, la Brigada de Seguridad Nacional y el Departamento del Trabajo del Frente Unido enviaron, en conjunto, a alrededor de 40 oficiales de policía y rodearon el lugar de reunión. Un oficial afirmó que capturarían a importantes criminales. La policía inició un registro detallado de la casa. Biblias, libros de himnos y discos compactos de sermones fueron confiscados.
Doce creyentes de la tercera edad, además del anfitrión y dueño del departamento, Yang Peng (seudónimo), fueron llevados al Buró de Seguridad Pública de la ciudad e interrogados.
La dura experiencia por la que han pasado estos cristianos de Shangzhi es solo un ejemplo más de la persecución continua hacia las Iglesias domésticas. Durante octubre y noviembre, al menos 15 lugares de reunión de Iglesias domésticas en la provincia de Heilongjiang (incluyendo en las ciudades de Daqing, Suihua, Heihe, Zhaodong y Yichun, así como de la prefectura de Daxing’anling) fueron clausuradas por las autoridades. Para obtener el control sobre la información de los miembros y para eliminar las Iglesias domésticas, las autoridades locales en cada región están exigiendo que la información de los creyentes se tabule. Las Iglesias domésticas son también el blanco de la campaña nacional para “limpiar el crimen de las pandillas y eliminar el mal”, que se lanzó en enero de 2018. Promovida como una iniciativa en contra del crimen organizado, es una más de las herramientas del presidente Xi Jinping dirigida a grupos religiosos e Iglesias en China.
Durante el interrogatorio hecho a los feligreses de Shangzhi, todos fueron forzados a registrar su información personal. A los doce asistentes de la tercera edad también se les exigió que firmaran su nombre en una declaración de garantía de que ya no asistirían a reuniones de la Iglesia nunca más.
Yang Peng, el anfitrión, fue amenazado por la policía. “Si encontramos nuevamente creyentes que estén llevando a cabo reuniones en tu casa, serás arrestado y sentenciado, y tu propiedad será confiscada”. La policía también forzó a Yang Peng a firmar una garantía de que no albergaría reuniones para creyentes en el futuro.
Durante el interrogatorio, los oficiales de policía parecieron desestimar la edad avanzada y los problemas de salud de los cristianos y siguieron presionándolos para obtener información sobre el predicador de la Iglesia.
Esa tarde, el predicador también fue convocado por el Buró de Seguridad Pública y forzado a firmar una declaración donde garantizaba que ya no organizaría más reuniones para creyentes. Fue arrestado durante cinco días por el delito de “organizar reuniones ilegalmente”.
El día después del saqueo del 6 de diciembre, la policía liberó a los 13 creyentes. No obstante, más tarde ese mismo día, la policía convocó a más de 30 creyentes de la Iglesia (incluyendo a los 13 creyentes que acababan de ser liberados) a la casa del director de seguridad de la villa. El director exigió que todos firmaran una garantía de que no volverían a asistir a reuniones. También se les ordenó que se unieran a la Iglesia protestante de las Tres Autonomías aprobada por el Gobierno, y su propia iglesia fue cerrada.
Uno de los trabajadores de la iglesia dijo enojado: “En esta oscura China de hoy, beber y buscar el placer está bien, pero [creer en Dios] y tener reuniones no está bien. Esta iglesia se fundó hace más de 30 años y nunca ha habido ningún tipo de interrupción de nuestras reuniones. Ahora, la iglesia ha sido cerrada por las autoridades. Estos creyentes no tendrán un lugar donde congregarse en el futuro”.
Informado por Piao Junying