El PCCh está sellando los templos budistas y taoístas de todo el país. Incluso las cenizas de los difuntos no pueden hallar paz.
Xin Lu
Templos taoístas y budistas fueron sellados
El 19 de abril, varios funcionarios gubernamentales del poblado de Naodian, bajo la jurisdicción de la ciudad de Pingdingshan, en la provincia china central de Henán, irrumpieron en un templo taoísta local llamado Templo de Tianyi y ordenaron a la persona a cargo del mismo que eliminara todos los símbolos relacionados con la fe. Afirmaron que «se trataba de un lugar religioso privado y era ilegal». Incluso exigieron que el sacerdote taoísta se quitara su túnica taoísta, se cortara el cabello y volviera a la vida secular, abandonando el templo. Tradicionalmente, los sacerdotes taoístas mantienen su cabello largo.
Posteriormente, los funcionarios destrozaron el quemador de incienso del templo y colocaron cintas de barricada en todas sus puertas, impidiendo que la gente ingresara o saliera del mismo. Habiendo abandonado su hogar hace muchos años y sin un lugar a dónde ir, el sacerdote taoísta del templo no tuvo más remedio que quedarse en una pequeña cocina situada dentro del templo.
Ese mismo día, no lejos del templo taoísta, un templo budista llamado Templo de Xiangyan también fue sellado bajo el pretexto de que “no poseía licencia”. Funcionarios gubernamentales arrojaron salvajemente los suministros de cocina del templo al patio y le ordenaron al propietario del mismo que se mudara de inmediato. Una vez más, se colocaron cintas de barricada en la entrada del templo.
“En la actualidad, la gente debe hacer lo que ordene el Gobierno. Si oponen resistencia, el templo será demolido», afirmó un funcionario local de la aldea, según le informaron los budistas locales a Bitter Winter.
Al día siguiente, trabajadores recibieron la orden de rociar pintura blanca sobre el templo taoísta y cubrir todos los símbolos religiosos que se hallaban situados en el muro del Templo de Xiangyan, para que las personas no puedan discernir que se trataba de un lugar de culto.
Anciana monja budista sin un lugar dónde vivir
En el mes de marzo, el Templo de Kwan Yin emplazado en el distrito de Yuci, en la ciudad de Jinzhong, en la provincia china norteña de Shanxi, también fue acordonado y funcionarios gubernamentales le ordenaron a una monja budista de aproximadamente 70 años que abandonara el templo, afirmando que no había sido reconocido ni registrado por ningún departamento gubernamental.
La monja budista presentó su certificado de ordenación, pero los funcionarios lo ignoraron por completo. La enviaron a un hospital por la fuerza y enviaron a funcionarios de la aldea para que la vigilaran.
No fue hasta dos días después que se le permitió abandonar el hospital, pero para entonces, el templo ya había sido sellado.
«¡No estaba enferma en absoluto! La razón por la que me mantuvieron bajo control en el hospital fue para poder sellar el templo», le dijo la anciana monja budista a Bitter Winter.
Según aldeanos locales, esta monja había vivido en el templo durante 16 años.
«No hay paz» para las cenizas de budistas fallecidos
No solo las personas vivas sufren la represión —incluso los creyentes fallecidos no pueden descansar en paz—. El Gobierno ordenó la remoción de las cenizas de creyentes budistas que se hallaban almacenadas en la Pagoda de Zhenjiang emplazada en el distrito de Hantai de la ciudad de Hanzhong, en la provincia china noroccidental de Shaanxi.
En julio de 2018, el Gobierno ordenó la remoción absoluta de las cenizas de budistas fallecidos que estaban almacenadas en la Pagoda de Zhenjiang del Templo de Zhenjiang, incluyendo un columbario, es decir, una habitación o edificio donde se almacenan las urnas funerarias. El pretexto dado fue que parte de los fondos utilizados para la construcción de la Pagoda de Zhenjiang habían sido pagados por las personas cuyas cenizas estaban almacenadas en su interior, lo que fue considerado por el Gobierno como comercialización del templo.
“No hubo ninguna comercialización involucrada en la construcción del columbario. Fue con el único propósito de cumplir con los deseos y las afinidades budistas de los creyentes», le dijo un asistente al templo a Bitter Winter. El mismo agregó que cada fiel del templo había contribuido con 3000 yuanes (aproximadamente 430 dólares) y, junto con las donaciones de los creyentes, se había gastado un total de 400 000 yuanes (aproximadamente 60 000 dólares) para la construcción del columbario en el año 2012.
Tal y como creyentes locales le informaron a Bitter Winter, un funcionario del Departamento de Trabajo del Frente Unido había amenazado al abad del templo, afirmando: «Esto es una campaña. Usted sabe acerca de la demolición de templos en las Montañas de Qinling. Deberá hacer lo que el Gobierno le ordene. ¡No intente poner condiciones o excusas! Todas las cenizas deben ser eliminadas en el plazo de una semana. Si no coopera, usaremos una excavadora para derribar la pagoda por la fuerza».
Para salvar la pagoda, el abad se vio obligado a trasladar las cenizas de 22 budistas que se hallaban almacenadas en la pagoda a otro lugar, enojando a los adoradores del templo.
“El Gobierno está yendo demasiado lejos en la intimidación de la gente. Ni siquiera los muertos se salvan de la represión», nos dijo uno de ellos.