Al mismo tiempo que la campaña tendiente a «erradicar la pornografía y las publicaciones ilegales» se va extendiendo por todo el país, se confiscan los materiales religiosos no aprobados por el Partido Comunista.
por Tang Zhe
El 7 de diciembre del año pasado, la policía allanó un lugar de reunión perteneciente a una iglesia doméstica emplazado en el condado de Lichuan, administrado por la ciudad a nivel de prefectura de Fuzhou, en la provincia de Jiangxi, en busca de materiales religiosos no autorizados. Tras afirmar que todo lo que no está aprobado por el Estado es «pirateado», los oficiales confiscaron varias cajas de biblias, himnarios y otros textos religiosos que hallaron en la iglesia. También registraron la información de identificación de todos los miembros de la congregación que estaban presentes en ese momento y amenazaron con arrestarlos si volvían a reunirse. Luego del allanamiento, miembros del personal gubernamental visitaron regularmente la iglesia para asegurarse de que la misma no volviera a celebrar reuniones.
A lo largo de todo el país se llevaron a cabo allanamientos similares. Desde el año pasado, los gobiernos de las localidades de toda China han estado persiguiendo las publicaciones religiosas como parte de la campaña nacional tendiente a «erradicar la pornografía y las publicaciones ilegales«. Un documento publicado en el año 2019 por la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos de un condado de la provincia de Hebei exige que se efectúen inspecciones diarias en busca de publicaciones religiosas no aprobadas y cataloga dicha tarea como «trabajo religioso principal». Todos esos materiales deben ser inmediatamente confiscados.
En un documento confidencial publicado el pasado mes de abril por un gobierno local de Mongolia Interior se les exige a varios departamentos gubernamentales investigar los lugares religiosos, las instituciones de capacitación, las imprentas, las tiendas de impresión y fotocopiado y los establecimientos gastronómicos y de entretenimiento en busca de publicaciones religiosas no autorizadas. El documento también alienta a los administradores de la red y a las masas a informar cualquier pista sobre dichos materiales.
Las iglesias autorizadas por el Estado no están exentas de tales investigaciones. El 20 de diciembre, aproximadamente diez funcionarios del Departamento de Trabajo del Frente Unido del condado de Lichuan y varios oficiales de policía allanaron una iglesia de las Tres Autonomías en busca de «biblias pirateadas». Un predicador de la iglesia les dijo que todas las biblias habían sido impresas por la imprenta Amity emplazada en Nanjing, la capital de la provincia de Jiangsu, la cual está aprobada por los dos Consejos Cristianos Nacionales. A pesar de ello, los funcionarios confiscaron 30 biblias que hallaron en la iglesia.
Un predicador perteneciente a otra iglesia de las Tres Autonomías emplazada en el condado también informó que empleados gubernamentales le habían advertido que cualquier biblia que no estuviera aprobada por los dos Consejos Cristianos Nacionales sería confiscada por ser considerada una «publicación pirateada».
«Si nos quitan nuestras biblias, no tenemos más. Estamos pensando en pedirles a los miembros de nuestra congregación que las escondan en las montañas», le dijo el predicador a Bitter Winter.
Una iglesia adventista del séptimo día afiliada al Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías, emplazada en Lichuan, también fue saqueada el pasado mes de diciembre, y miembros del personal gubernamental confiscaron más de 100 biblias «pirateadas» que hallaron en la misma. Según un colaborador de la iglesia, los creyentes ya no llevan sus biblias a la iglesia por temor a que el Gobierno se las quite. Leen el texto sagrado en sus hogares después de cada servicio, respetando los números de capítulo que el predicador les proporciona durante los sermones.
También en el mes de diciembre, miembros del personal gubernamental irrumpieron en la Iglesia de Dongshan del condado, confiscaron más de una docena de biblias e himnarios y los reemplazaron por libros seculares, tales como textos sobre agricultura o cuidado de la salud. En los muros de la iglesia se publicaron consignas que promovían los valores socialistas centrales.
Según un infiltrado en el Gobierno, el Gobierno del condado de Lichuan ha estado a la caza de «biblias pirateadas» desde que se enteró de que algunas iglesias de la zona habían estado en contacto con lugares de culto emplazados en Wenzhou, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia oriental de Zhejiang, los cuales, a su vez, estaban asociados con iglesias de Hong Kong vinculadas con Estados Unidos. Las autoridades temen que los libros religiosos puedan haber sido contrabandeados desde el extranjero.
Algunas imprentas de la ciudad a nivel de prefectura de Quzhou, en Zhejiang, recibieron una notificación procedente de la Agencia de Cultura local en la que se exigía «prohibir la impresión de libros y materiales relacionados con la religión, sin excepción». Cualquier impresor que se descubra que ha producido libros religiosos sin contar con la aprobación del Gobierno será multado, su imprenta será clausurada, se le revocará su licencia comercial e incluso podría ser sentenciado a prisión, advertía el aviso.
Según un predicador perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías procedente de Quzhou, la Agencia de Asuntos Religiosos local ha amenazado con imponerles multas, que oscilan desde 3000 a 10 000 yuanes (aproximadamente de 430 a 1400 dólares), a las iglesias que tengan en su poder libros religiosos no oficiales.