El PCCh está haciendo que los funcionarios locales pertenecientes al Partido sean personalmente responsables de vigilar a los creyentes y de erradicar a los grupos religiosos no deseados.
Tang Wanming
Los funcionarios de condados, municipios y aldeas de toda China se ven obligados a firmar las denominadas «declaraciones de responsabilidad de trabajo religioso», comprometiéndose a culpabilizarse personalmente por cualquier tipo de falla en la represión de las personas de fe. Según información recientemente adquirida, la iniciativa, dirigida a intensificar el control religioso a nivel popular, está siendo implementada en las provincias de Fujian, Jiangxi y Hebei, así como también en otras áreas del país.
El contenido de estas declaraciones de responsabilidad difiere ligeramente de una región a otra, pero todas incluyen dos compromisos esenciales: eliminar todos los lugares religiosos que no pertenezcan a lugares de culto aprobados por el Gobierno y recopilar información relacionada con la religión.
Garantizar la completa eliminación de lugares religiosos no oficiales
Cada funcionario, como por ejemplo los secretarios del Partido de una aldea o municipio, sus suplentes, los funcionarios locales pertenecientes al Partido Comunista Chino (PCCh) a cargo de los asuntos religiosos y otros, son responsables de asegurarse de que, bajo su jurisdicción, no se establezcan nuevos lugares religiosos privados, y de que aquellos que hayan sido clausurados no vuelvan a celebrar reuniones. La declaración exige que se controle la cantidad de creyentes religiosos y que no se lleven a cabo ceremonias o rituales religiosos durante funerales y bodas.
Los grupos religiosos designados como xie jiao y cualquier tipo de actividad llevada a cabo por grupos religiosos extranjeros están estrictamente prohibidos y deben ser erradicados. Algunas declaraciones de responsabilidad exigen que se impida que personas procedentes de otras áreas de China lleven a cabo actividades religiosas en estas localidades.
Registro rápido y detallado de información relacionada con la religión
Las declaraciones de responsabilidad exigen la apertura de archivos para cada residente religioso inmediatamente después de que dicha persona sea identificada como tal, mediante «el registro de la información de los creyentes y la integración de la misma en los registros de gestión de información». Los funcionarios tienen la obligación de actualizar de manera regular los datos de cada creyente registrado.
Además, el estado de los lugares religiosos aprobados por el Gobierno, incluido el clero, todas sus actividades y su gestión financiera, deberán ser registrados de manera continua. También se exige que la persona a cargo visite frecuentemente a cada creyente y que se mantenga al día en lo que respecta a su posición ideológica para asegurarse de que los grupos religiosos no oficiales no se hayan infiltrado entre los mismos.
Una declaración de responsabilidad procedente de una aldea de la provincia china suroriental de Jiangxi establece que “cada lugar religioso debe designar un instructor y cada municipio debe identificar de tres a cinco oficiales de información que posean un alto nivel de conciencia política”. Toda la información relacionada con la religión que hayan recopilado deberá ser transferida de inmediato a sus superiores.
Las declaraciones de responsabilidad estipulan sanciones para los funcionarios que no cumplan con los requisitos de su trabajo. En los casos en que se detecte que se está construyendo un nuevo lugar religioso, o que se está modificando y reconstruyendo uno ya existente sin permiso, o cuando una iglesia doméstica clausurada reanude la celebración de reuniones, la persona a cargo será denunciada ante las autoridades superiores, será reprendida, y podrá verse obligada a pagar multas monetarias. En algunos casos reportados, las sanciones oscilaban desde multas de 500 yuanes (aproximadamente 75 dólares) por no haber arrancado dísticos religiosos en el hogar de un creyente hasta el despido del secretario del Partido de una aldea por haberse negado a retirar estatuas budistas. Se prevén castigos más severos si se descubre que un lugar religioso ha sido «infiltrado por fuerzas extranjeras».