Como parte de una política más amplia tendiente a debilitar a las comunidades islámicas existentes en China, el Gobierno puso en marcha una campaña para obligar a los imanes a regresar a sus lugares de origen.
por Xin Lu
El Gobierno de la provincia china central de Henán emitió este año una directiva que exige investigar a los imanes que sirven en las mezquitas y ordenar a quienes provienen de otras provincias que abandonen Henán. Un funcionario de la Agencia de Asuntos Religiosos de una de las ciudades de Henán le dijo a Bitter Winter que solo los imanes que se han sometido incuestionablemente a la administración del Gobierno y han promovido proactivamente la política de «sinización» están exentos y pueden permanecer en la localidad a la que sirven por el momento.
Pero incluso aquellos a quienes se les ha permitido quedarse por ahora no están a salvo. La información personal de los imanes debe ser registrada en los archivos gubernamentales, y los mismos deben ser sometidos a una vigilancia intensificada y a inspecciones anuales. A los imanes que violen reglas y reglamentos, especialmente si fallan en la implementación de la política de «sinización» de la religión, se les ordenará abandonar la provincia.
“Antes de que la orden fuera emitida, siete imanes procedentes de fuera de la provincia trabajaban en la zona. Actualmente, seis han sido expulsados y el restante es constantemente vigilado por el Gobierno”, afirmó el encargado de una mezquita emplazada en la ciudad de Sanmenxia, en el oeste de Henán.
En algunas localidades, la nueva política ha traído como consecuencia que no queden imanes que puedan ocuparse de los asuntos religiosos en las mezquitas y en la vida cotidiana de los musulmanes, tales como la celebración de bodas y funerales, causando numerosos inconvenientes entre la población local de etnia hui.
En el mes de abril, la Asociación Islámica China le dijo a un imán procedente de la provincia noroccidental de Shaanxi, el cual había trabajado en Henán durante más de 20 años, que abandonara su mezquita.
«Ya que los imanes más antiguos se están retirando, el Gobierno no permite que las mezquitas cultiven nuevos imanes», le dijo el imán a Bitter Winter. “En varias zonas, solo quedan unos pocos imanes oficialmente cultivados y controlados por el Partido Comunista Chino [PCCh]. Los mismos no son suficientes para satisfacer las demandas de las congregaciones. Ahora que incluso a los imanes de otras provincias se les exige irse, algunas mezquitas se quedarán sin nadie que las dirija”.
Para poder permanecer en la provincia, algunos imanes han intentado transferir sus registros de hogar de sus lugares de origen a Henán. El imán afirmó que sus amigos le habían sugerido que hiciera lo mismo. Pero él sabe que no es algo fácil de hacer. «Si los imanes procedentes de fuera de la provincia están siendo expulsados por órdenes del Gobierno, el mismo no aprobará nuestras solicitudes de transferencia de registro de hogar», añadió el imán.
Para recibir credenciales de imán en otra provincia, se debe pasar por un extenso procedimiento. El mismo incluye, pero no se limita a, obtener un certificado de identidad y una evaluación personal de la Agencia de Asuntos Religiosos local, pruebas policiales de que la persona no posee antecedentes penales y documentos similares. Incluso habiendo pasado con éxito por estos procedimientos burocráticos, no se garantiza un resultado favorable.
“Un imán que conozco solicitó hace medio año un certificado en otra provincia y todavía está esperando”, afirmó el imán.
El encargado de una mezquita emplazada en Puyang, una ciudad a nivel de prefectura situada al noreste de Henán, le dijo a Bitter Winter que en varias ocasiones le había solicitado al Departamento de Trabajo del Frente Unido local que permitiera que imanes procedentes de otras provincias se quedaran, transfiriendo sus registros de hogar a Henán. Pero fue en vano: los funcionarios tomaron una postura firme, alegando que estaban siguiendo una política nacional, por lo que los imanes tenían que marcharse.
«El año pasado, el gobierno puso en marcha la campaña nacional de los ‘cuatro requisitos’ en las mezquitas y, a raíz de ello, muchas han sido transformadas, perdiendo sus símbolos islámicos. Este año, los imanes están siendo expulsados. El PCCh no dejará de perseguir a los musulmanes”, comentó un hombre de etnia hui procedente de la ciudad de Zhumadian, en el sur de Henán. “Ya nadie nos habla sobre el Corán. Si esto continúa, nuestra creencia se irá debilitando gradualmente e incluso desaparecerá. La próxima generación no sabrá nada sobre nuestra religión; simplemente seremos llamados ‘las personas de etnia hui que no comen carne de cerdo’».