Los Institutos han sido expuestos como el largo brazo del PCCh para infiltrarse en las universidades estadounidenses y difundir «propaganda e influencia maligna».
por Massimo Introvigne
El 13 de agosto, según un comunicado de prensa oficial, el Departamento de Estado de Estados Unidos designó al Confucius Institute U.S. Center (Centro Estadounidense del Instituto Confucio) como «una misión extranjera de China». La declaración explicaba que Estados Unidos reconoce al Instituto Confucio «por lo que es: una entidad que promueve la campaña de propaganda global e influencia maligna de Pekín en los campus y aulas de escuelas primarias y secundarias de Estados Unidos. Los Institutos Confucio son financiados por la República Popular China y forman parte del aparato de propaganda e influencia global del Partido Comunista Chino».
“El objetivo de estas acciones, explicó el Departamento de Estado, es simple: asegurarse de que los educadores y administradores de escuelas estadounidenses puedan tomar decisiones informadas sobre si se debe permitir que estos programas respaldados por el Partido Comunista Chino (PCCh) continúen y, de ser así, de qué manera. Las universidades de todo el país y del mundo están examinando el plan de estudios de los Institutos Confucio y el alcance de la influencia de Pekín en sus sistemas educativos. Estados Unidos quiere asegurarse de que los estudiantes en los campus estadounidenses tengan acceso al idioma chino y a las ofertas culturales sin la manipulación del Partido Comunista Chino y sus representantes”.
En los Estados Unidos actualmente funcionan aproximadamente 100 Institutos Confucio. La decisión del Departamento de Estado no los clausura, sino que los pone bajo vigilancia, y ciertamente alienta a las universidades estadounidenses a terminar sus relaciones con ellos. Se espera que Estados Unidos también les pida a otros países que limiten las actividades de los Institutos Confucio, los cuales han sido denunciados durante años como herramientas del Frente Unido para influenciar y corromper a los académicos y manipular a los estudiantes bajo el pretexto de enseñar el idioma y la cultura china.