Luego de que se suavizaron las medidas de cierre de emergencia a causa del coronavirus, se restringió rigurosamente la reapertura de iglesias y templos, y las autoridades aprovecharon la situación para expandir el control sobre los mismos.
por Jiang Tao
A una gran cantidad de lugares religiosos emplazados en China continental les resultó difícil reabrir sus puertas luego de que se suavizaron las restricciones relacionadas con el cierre de emergencia a causa del coronavirus. Y no por no cumplir con los requisitos de prevención contra la epidemia, sino porque el Gobierno halló otros pretextos para acosarlos.
El Gobierno de la ciudad de Luoyang, en la provincia central de Henán, permitió que los lugares religiosos reabrieran sus puertas en el mes de junio, solo después de pasar una inspección efectuada por la Agencia de Asuntos Religiosos. La Iglesia de Dazhong, una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la ciudad, fue una de las muchas que no cumplieron con los requisitos necesarios para pasar la inspección. ¿La razón? La misma tenía pegadas algunas consignas que contenían la palabra «Dios» en su muro exterior.
Un miembro de la congregación explicó que los funcionarios ordenaron quitar las siguientes dos consignas: «La gracia de Dios es grande» y «Creo en Dios Padre todopoderoso, el SEÑOR que creó los cielos y la tierra […] Creo en la vida eterna». «Los mismos afirmaron que todos los escritos que contuvieran el carácter chino utilizado para escribir la palabra ‘Dios’ están prohibidos fuera de las iglesias», añadió el creyente.
Para poder reanudar las reuniones lo antes posible, la iglesia eliminó las consignas religiosas y desplegó, tanto dentro como fuera de la misma, numerosas pancartas en las que se promovían los valores socialistas centrales y la cultura china de piedad filial, tal y como lo había exigido la Agencia de Asuntos Religiosos. «No queda espacio para las consignas religiosas», se quejó el diácono de la iglesia.
A pesar de ello, permaneció cerrada. “Caminamos desde lejos para poder llegar a la iglesia, con la intención de orar en ella, pero aún estaba cerrada; no se le permitió reabrir sus puertas porque los letreros no cumplieron con los estándares de la inspección”, afirmó uno de los miembros de la congregación que no pudo ingresar a la iglesia el 14 de junio. “Si la iglesia reabriera sus puertas sin permiso, la Agencia de Asuntos Religiosos prohibiría su reapertura para siempre. No pudimos hacer nada más que cumplir con las exigencias del Gobierno”.
A otras iglesias emplazadas en la zona también se les prohibió reabrir sus puertas utilizando pretextos que no tenían nada que ver con la prevención de la epidemia.
«Las iglesias deben enviar sus sermones a la Agencia de Asuntos Religiosos para que los funcionarios de la misma los inspeccionen antes de que se les permita reabrir sus puertas», afirmó un diácono perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías procedente de Luoyang. «A una iglesia emplazada en el condado de Yichuan de la ciudad se le prohibió reabrir sus puertas porque el sermón presentado por su predicador fue considerado deficiente: el mismo mencionaba a la Biblia y no contenía nada sobre el amor del Estado por el pueblo durante la pandemia».
Según un diácono perteneciente a otra iglesia de las Tres Autonomías local, para poder pasar la inspección de prevención contra la epidemia lo antes posible, los miembros de la congregación incluso limpiaron las ventanas de la iglesia varias veces y pintaron las barandillas de las mismas, además de implementar todas las medidas de prevención del virus requeridas. Pero los funcionarios de la Agencia de Asuntos Religiosos no quedaron impresionados. Uno de ellos comentó con rencor que los creyentes no debían haberse molestado en limpiar las ventanas, ya que a la iglesia no se le permitirá reabrir sus puertas.
“El Gobierno tiene la última palabra en lo que respecta a la decisión de qué iglesia puede reabrir sus puertas, sin importar si las mismas cumplen con los requisitos estipulados”, afirmó un miembro de la iglesia.
El 12 de mayo, una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la aldea de Diaoling, administrada por la ciudad de Zhoukou, en Henán, se vio obligada a demoler su cruz como condición previa para la reapertura.
El Gobierno también implementó medidas similares durante las inspecciones tendientes a prevenir la propagación del virus efectuadas a principios de año. El 27 de abril se retiraron las cruces de al menos tres iglesias de las Tres Autonomías emplazadas en el distrito de Hedong de Linyi, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia oriental de Shandong, luego de que las autoridades locales realizaran una «inspección sanitaria para la prevención de la epidemia».
Numerosos lugares budistas, taoístas y otros lugares religiosos también fueron acosados en nombre de la prevención de la epidemia.
«Los funcionarios afirmaron que el templo podría reabrir sus puertas sólo después de pasar su inspección», explicó un director del templo budista de Tongfo emplazado en el condado de Tangyin, administrado por la ciudad a nivel de prefectura de Anyang, en Henán.
El 14 de junio, luego de inspeccionar el templo, los funcionarios exigieron inscribir en las tradicionales tablas de piedra las siguientes consignas: «A cada uno solo le puede ir bien si a la nación le va bien» y «Paz, tolerancia, unidad y progreso».
Al día siguiente, los funcionarios ordenaron sustituir la bandera budista del templo por la bandera nacional. Una vez hecho esto, llevaron más de una docena de carteles en los que se promocionaban los “cuatro requisitos de los lugares religiosos” para que fueran exhibidos en el templo. Al mismo aún no se le permitió abrir sus puertas a los creyentes.
Un templo taoísta y dos templos pertenecientes a la religión popular emplazados en el condado fueron presionados de manera similar. El 14 de junio, con la esperanza de pasar la inspección, el Templo de Dadi, perteneciente a la religión popular, contrató a un trabajador para que cubriera con pintura las estelas de reconocimiento de donantes situadas junto a su entrada y en su lugar escribiera consignas que promovieran las políticas estatales y la cultura tradicional china.