A pesar de que el Gobierno nepalés resistió las presiones para deportar a China a los refugiados que ya se encuentran en Nepal, deportará a aquellos que ingresen a Nepal en el futuro.
por Massimo Introvigne
En el mes de octubre, Bitter Winter informó que la visita del presidente Xi Jinping a Nepal no logró persuadir a las autoridades del reino del Himalaya, presionados por su propia opinión pública, de deportar a China, en virtud de un tratado de extradición propuesto, a una gran cantidad de los aproximadamente 20 000 tibetanos refugiados que viven dentro de las fronteras nepalesas. Fue una derrota inesperada para el líder chino, quien reaccionó muy enojado. No obstante, el Partido Comunista Chino (PCCh) nunca detiene su política de presionar a otros países contra los refugiados que escapan de la persecución religiosa, tal y como lo documentó Bitter Winter en su película titulada El largo brazo del dragón.
Esta semana, los medios de comunicación internacionales se enteraron de que Xi Jinping, a pesar de todas sus protestas, obtuvo un resultado significativo, aunque secreto, en Nepal. Comenzaron a circular rumores de que durante la visita de Xi se había firmado un acuerdo secreto sobre los solicitantes de asilo tibetanos. La Constitución nepalesa estipula que cualquier tratado confidencial firmado por el Gobierno con un país extranjero deberá ser revelado al Parlamento si éste solicita información al respecto. El Parlamento le pidió al Gobierno que informara sobre los rumores. Como consecuencia de ello, el ministro de asuntos exteriores nepalés, Pradeep Gyawali, emitió una declaración escrita confirmando que efectivamente se había firmado un acuerdo confidencial durante la visita de Xi.
Según la declaración, el tratado secreto estipula que los ciudadanos chinos (incluidos los tibetanos) que crucen ilegalmente la frontera hacia Nepal serán detenidos y deportados de regreso a China dentro del plazo de una semana. La disposición viola un antiguo “acuerdo de caballeros” entre los Gobiernos de Nepal, la India y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en virtud del cual Nepal acordó otorgar un paso seguro a los solicitantes de asilo tibetanos que escaparon de China con el propósito de establecerse en la India.
Según el nuevo acuerdo firmado con el Gobierno chino, los refugiados tibetanos que ya se encontraban en Nepal en el momento en que se firmó el nuevo tratado no serán extraditados ni deportados (por el momento, ya que el PCCh tampoco renuncia a esta solicitud), pero los nuevos refugiados tibetanos que crucen la frontera china hacia Nepal serán enviados de regreso.
La guerra librada por el PCCh contra los pacíficos refugiados que escapan de la persecución religiosa continúa.