Las acusaciones llevadas a cabo contra un grupo de testigos de Jehová confirman que el artículo 300 del Código Penal Chino se aplica contra quienes no cometieron otro delito más que la difusión de sus creencias.
Massimo Introvigne
La semana pasada, Bitter Winter informó cómo, por primera vez, un grupo de testigos de Jehová fue acusado formalmente en Sinkiang por el delito de formar parte activa de un xie jiao («enseñanza heterodoxa», en ocasiones traducido, de manera inexacta, como «secta maligna»), a pesar de que los testigos de Jehová, por lo que sabemos, no forman parte de la lista de xie jiao. ChinaAid se merece el crédito por haber traído esta importante noticia a nuestra atención. En su edición china, ChinaAid publicó el texto completo de la acusación, de la cual ofrecemos a continuación una traducción en inglés. La mayor parte de las veces no publicamos el nombre de los detenidos o acusados a fin de proteger a sus familiares, pero en este caso en particular, todos los nombres ya han sido publicados por ChinaAid en sus ediciones en inglés y en chino.
La acusación es un documento útil e importante, ya que brinda un abre una ventana sobre la forma en la que operan los testigos de Jehová en China. La misma también confirma que el artículo 300 del Código Penal Chino, contrariamente a la falsa información que las embajadas chinas siguen transmitiéndoles a las autoridades que se ocupan de los refugiados en diversos países, se aplica a los miembros de los grupos incluidos en la lista de xie jiao, o catalogados como tal, que no han cometido ningún delito común. La fórmula «utilizar una organización xie jiao para socavar la aplicación de la ley» del artículo 300 se interpreta como «estar activo en un xie jiao» en cualquier capacidad, lo cual es cierto para cientos de casos relacionados con Falun Gong, la Iglesia de Dios Todopoderoso y para esta acusación relacionada con los testigos de Jehová.
¿Cuáles son sus «delitos»? Se acusa a los testigos de Jehová de «perturbar gravemente el orden público» y «socavar la aplicación de la ley», pero estas son fórmulas genéricas. ¿De qué se les acusa en la práctica? La acusación explica que la «organización xie jiao ‘testigos de Jehová’ violó las regulaciones nacionales relacionadas con la gestión de religiones, estableciendo un sistema de congregación en Korla, el cual reclutó a 63 personas en carácter de miembros, utilizando ilegalmente la denominación ‘cristianismo’, deificando a ‘Jehová’, difundiendo superstición y herejía, […] sacando provecho de reuniones regulares para controlar la mente de los creyentes y recolectar dinero, y ejerciendo influencia en la creencia religiosa normal de las masas».
Como es habitual en los casos relacionados con grupos catalogados como xie jiao, el ateo Partido Comunista Chino (PCCh) pretende definir la verdadera naturaleza de la ortodoxia cristiana. Los testigos de Jehová están siendo acusados de «utilizar ilegalmente la denominación ‘cristianismo’» (el PCCh se reserva el derecho de decidir quién es o no es cristiano), de «difundir superstición y herejía» y de «influir en la creencia religiosa normal de las masas» (se debe tener en cuenta que la Constitución china solo protege a la religión «normal», pero es el mismo PCCh el que decide qué es «normal»). Todas las religiones celebran «reuniones con regularidad” y «recolectan dinero», y acusar a las religiones minoritarias de «controlar la mente de los creyentes» o «lavarles el cerebro», es tan antiguo como la discriminación. Es extraño acusar a los testigos de Jehová de «deificar a Jehová». Puesto que Jehová es uno de los nombres de Dios utilizados en la Torá, llamado Antiguo Testamento por los cristianos, todos los judíos y cristianos «deifican a Jehová». Todos estos son claramente delitos de opinión y expresiones de la libertad religiosa garantizada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH).
Las propias Naciones Unidas interpretan el art. 18 de la DUDH, sobre la libertad de pensamiento, conciencia y religión, afirmando que «los términos ‘creencia’ y ‘religión’ deben ser interpretados en sentido amplio. El artículo 18 no se limita en su aplicación a las religiones tradicionales o a las religiones y creencias que posean características o prácticas institucionales análogas a las de las religiones tradicionales. Las [Naciones Unidas], por lo tanto, ven con preocupación cualquier tendencia a discriminar contra cualquier religión o creencia, en particular a las más recientemente establecidas, o a las que representan a minorías religiosas que puedan ser objeto de la hostilidad de una comunidad religiosa predominante» (Comentario general nro. 22 del Comité de Derechos Humanos de la ONU, CCPR en la nomenclatura de la ONU). Ciertamente, los Gobiernos no están autorizados a pronunciarse sobre lo que es «cristiano», «ortodoxo» o «hereje», y qué nombre de Dios deben utilizar los creyentes.
La acusación también menciona «delitos» específicos de los testigos de Jehová, que normalmente no son atribuidos a otros xie jiao. Estos son «abogar y propagar los pensamientos de la denominada ‘neutralidad política’, ideas relacionadas con no asistir a clases de educación patriótica, rechazar el servicio militar (incluida la asistencia a entrenamiento militar), no unirse al Partido Comunista, no unirse a la Liga Juvenil, no izar la bandera nacional, no cantar el himno nacional y no rendir homenaje a la bandera nacional». Los académicos especializados en el movimiento testigos de Jehová están muy familiarizados con estas acusaciones. En efecto, los testigos de Jehová mantienen una actitud de «neutralidad política». Ellos no votan, no se unen a partidos políticos, no sirven en el ejército (son objetores de conciencia), no rinden homenaje a la bandera ni cantan el himno nacional. La mayor parte de los países democráticos del mundo, comenzando por Estados Unidos y los países de la Unión Europea, ha reconocido que esta actitud se deriva de la peculiar teología de los testigos de Jehová, quienes, por otra parte, son ciudadanos respetuosos de la ley, y deberían ser aceptados como parte de su libertad religiosa.
Nótese también que el primer grupo de delitos, es decir, los relacionados con la difusión de sus creencias, sería, en cualquier caso, suficiente para la aplicación del art. 300, tal y como lo demuestran los casos relacionados con otros movimientos acusados de ser organizaciones xie jiao.