En preparación para el 70 aniversario de la Armada del Ejército Popular de Liberación se implementó una mayor vigilancia de las minorías étnicas y de las personas de fe.
Li Mingxuan
Las celebraciones en conmemoración del 70 aniversario de la Armada del Ejército Popular de Liberación, las cuales duraron cuatro días y finalizaron el 25 de abril, fueron una muestra del poderío militar de China, lideradas por el propio presidente Xi Jinping y presenciadas por más de 60 delegaciones de todo el mundo. Celebrado en la ciudad portuaria de Qingdao, en la provincia oriental de Shandong, el evento fue un espectáculo sin igual: un desfile militar con 39 aviones y 32 barcos chinos, actuaciones musicales y otras festividades.
A fin de prevenir cualquier posibilidad de error o disturbios, las autoridades policiales de Qingdao, guiadas y supervisadas por el Gobierno central, implementaron medidas de «mantenimiento de la estabilidad» sin precedentes antes y durante el Día de la Armada. Bitter Winter había informado que los uigures que trabajan en Qingdao fueron enviados de regreso a Sinkiang antes de la celebración del gran evento. Nuevos informes procedentes de Shandong revelan que otras minorías étnicas y personas de fe también han sido blanco de ataques.
Creyentes investigados y lugares religiosos clausurados
De acuerdo con un funcionario de una aldea del distrito de Chengyang, en Qingdao, a principios de marzo, cada subdistrito y comité de la aldea en el área convocó reuniones para transmitir las órdenes del Gobierno central, en las que se exigía que los miembros del Partido y los administradores de la red intensificaran la vigilancia en sus jurisdicciones, investigando a residentes y forasteros bajo el pretexto de “aniquilar el crimen de pandillas y eliminar el mal”. Se debía poner especial énfasis en la recopilación de información relacionada con las creencias religiosas de los residentes, y los practicantes de Falun Gong y los miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso debían ser inmediatamente denunciados, prometiendo recompensas por cada persona encontrada.
En Qingdao, la represión contra las personas religiosas se intensificó a principios de abril cuando llegaron los funcionarios del grupo de supervisión anti-xie jiao del Ministerio de Seguridad Pública, exigiendo que todos los administradores de la red y de edificios se aseguraran de que no apareciera ningún tipo de material religioso dentro del área bajo su responsabilidad. Se les ordenó a las iglesias que cerraran sus puertas –tanto a las iglesias domésticas como a los lugares de culto aprobados por el Gobierno.
Un fiel perteneciente a una de las iglesias clausuradas comentó que cada vez que el Gobierno celebra un evento a gran escala las personas religiosas se convierten en objetivos clave de la vigilancia. «Tan pronto como Xi Jinping llegó al poder, tomó medidas enérgicas contra la religión y designó a los grupos religiosos como objetivos de la campaña para ‘aniquilar el crimen de pandillas y eliminar el mal’. El Partido Comunista Chino (PCCh) realmente ha confundido el bien y el mal. Incluso cuando los conductores solicitan permisos para conducir sus vehículos, primero deben obtener un certificado de persona sin fe», comentó el creyente.
Según la notificación emitida por el distrito de Chengyang, a partir del 15 de abril se pusieron en marcha mecanismos de mantenimiento de la estabilidad y de seguridad similares a los de tiempos de guerra. Se les exigió a todos los administradores de la red que permanecieran en servicio las 24 horas del día a fin de garantizar que durante el Día de la Armada todo saliera bien.
Un oficial de seguridad le dijo a Bitter Winter que la Agencia de Seguridad Pública de Jiaozhou, una ciudad a nivel de condado bajo la jurisdicción de Qingdao, les envió a los oficiales auxiliares de cada aldea teléfonos móviles con acceso a la base de datos de la población de China. Durante sus investigaciones, los oficiales podían verificar si la persona en cuestión tenía antecedentes penales o si estaba asociada con grupos religiosos prohibidos para poder tomar las medidas adecuadas, entre las que se incluía el arresto de dichos residentes.
Se intensificó la vigilancia de las minorías étnicas
El 21 de marzo, más de 300 administradores de edificios del distrito de Chengyang celebraron una reunión, donde se les exigió que les prestaran especial atención a las minorías étnicas (incluidos los huis, los tibetanos y los coreanos étnicos), así como también a los extranjeros que vivían en sus edificios. Cualquier residente de este tipo tenía que ser denunciado de inmediato ante un comité de gestión local o ante la Agencia de Seguridad Pública. Todos los administradores de edificios debieron firmar acuerdos de confidencialidad para evitar cualquier tipo de fuga de información.
En algunas comunidades se publicaron notificaciones de emergencia, exigiéndoles a los propietarios denunciar a cualquier extraño presente en el lugar. Un residente se quejó afirmando: «El pueblo chino no tiene ningún tipo de libertad. Incluso si viene un extraño tenemos que llamar a la policía. ¡Esto es realmente aterrador! En el futuro ni siquiera se atreverán a venir nuestros amigos y familiares».
Las empresas y la gente común también padecen las consecuencias
El propietario de una tienda de carnes a la parrilla fue uno de los muchos residentes de Sinkiang que trabajaban en Qingdao que se vieron obligados a regresar a casa para el Día de la Armada. Al no poder dirigir su negocio, sufrió importantes pérdidas financieras. «No sé cuánto tiempo tendré que quedarme. Aunque no esté allí tengo que pagar el alquiler de la tienda, al menos perderé 100 000 yuanes (aproximadamente 15 000 dólares)», se quejó el hombre.
La campaña de «mantenimiento de la estabilidad» también tuvo un impacto significativo en las industrias locales de venta al por menor, pesca y construcción. Un pescador reveló que una orden del Gobierno prohibió hacerse a la mar del 18 al 26 de abril. Personal especialmente asignado para tal fin patrulló la costa y arrestó a todos los que desobedecieron tal orden.
Los letreros LED de las tiendas también fueron incluidos entre los objetivos de la campaña de «mantenimiento de la estabilidad»: ante la posibilidad de que se pudiera acceder a información inapropiada pirateando las computadoras que ejecutan estas cajas de luz, dichos letreros fueron eliminados.
Las autoridades también ordenaron que se detuvieran todos los proyectos de construcción, causándoles pérdidas financieras a las empresas de construcción.