Utilizando las restricciones impuestas a causa de la pandemia como pretexto para verificar la identidad de los residentes, las autoridades capturan a los creyentes de este grupo religioso prohibido.
por Zhou Xiaolu
En el año 2019, el Gobierno de China puso en marcha otra campaña represiva a nivel nacional contra la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT), el movimiento religioso más perseguido en China, y posteriormente arrestó a más de 6000 miembros de la IDT.
Las represiones ni siquiera se detuvieron cuando la epidemia de coronavirus golpeó a China. Por el contrario, las autoridades de todo el país utilizaron las investigaciones sobre la implementación de los requisitos de cierre de emergencia para identificar y arrestar a más creyentes, muchos de los cuales viven huyendo para evitar ser atrapados. Según cálculos preliminares, en los meses de febrero y marzo, más de 300 miembros de la IDT fueron arrestados a lo largo de toda China durante visitas domiciliarias llevadas a cabo por funcionarios en nombre de la «prevención de la epidemia». En el mes de mayo, al menos 40 miembros de la IDT, la mayoría de los cuales tenían aproximadamente 60 años, fueron arrestados en las ciudades de Guang’an y Dazhou, en la provincia suroccidental de Sichuan. Algunos de ellos fueron sometidos a diversas formas de tortura.
«En las comunidades, los funcionarios encargados de la prevención de la epidemia fueron de puerta en puerta para registrar la información de los residentes», le dijo a Bitter Winter un miembro de la IDT procedente de la ciudad de Xi’an, en la provincia noroccidental de Shaanxi. «La policía me ha perseguido durante años. Si tuviera que presentar mi tarjeta de identificación podría ser arrestado». El creyente no tuvo más remedio que alejarse de la comunidad para evitar ser arrestado.
Una miembro de la IDT procedente de la ciudad de Weinan de Shaanxi fue denunciada a la policía por negarse a proporcionar una identificación durante una inspección aleatoria efectuada por funcionarios de la comunidad. La misma fue detenida y su residencia registrada.
Muchos otros miembros de la IDT han sido arrestados de manera similar en medio de la pandemia. Algunos de ellos fueron torturados.
“En el patio de la estación de policía, los agentes esposaron mis manos a un árbol, detrás de mi espalda”, una miembro de la IDT procedente de la provincia central de Hubei, quien fue arrestada el 2 de marzo, recordó luego de ser liberada. “Luego rociaron un poco de líquido sobre la mascarilla que cubría mi rostro. Me era imposible moverla, y la misma estaba empapada con un líquido que irritaba mi nariz y me dificultaba respirar. Casi me asfixio. El líquido era tan ardiente que no podía abrir los ojos”.
La mujer fue torturada para forzarla a revelar información sobre su fe y la Iglesia. Debido a que se rehusó a hablar, los oficiales continuaron atormentándola. “Durante el interrogatorio del día siguiente, un oficial me golpeó la cabeza con un llavero de hierro delgado”, continuó relatando la creyente. “Luego me dio una fuerte bofetada en la mejilla derecha utilizando un objeto de hierro con forma de pistola. Sentí un dolor punzante y mis labios se hincharon de inmediato”.
Otro miembro de la IDT que fue arrestado esa misma noche le relató a Bitter Winter que durante el segundo interrogatorio al que fue sometido, los agentes cubrieron la cámara de vigilancia existente en la habitación y lo obligaron a arrodillarse, esposando sus manos tras su espalda, con un brazo sobre uno de sus hombros y el otro retorcido desde abajo. Luego de ello, procedieron a golpearlo severamente.