Un miembro del movimiento Shouters (Gritones) de la provincia de Henán, que se encontraba en la clandestinidad desde hace más de 20 años, fue capturado por las autoridades chinas y condenado a varios años de prisión.
por Li Pei
He Jie (seudónimo), natural de la ciudad de Yongcheng, provincia de Henán, permanecía en la clandestinidad tras haber sido detenido varias veces por el Partido Comunista Chino (PCCh). El 20 de enero de 2016, un funcionario local le informó que debía ir a la comisaría para recoger su nuevo libro de registro de familia. Fue detenido tan pronto entró en la comisaría. He Jie fue condenado a cuatro años de prisión por “utilizar una organización xie jiao (enseñanzas no ortodoxas) para contravenir la ley”.
Según algunas fuentes, en 1991, He Jie fue detenido por la Brigada de Seguridad Nacional de Yongcheng mientras asistía a una reunión religiosa y fue enviado a un campo de “reforma mediante el trabajo” (trabajos forzados), en el que lo obligaron a cargar piedras durante cuatro meses. En 1994, He Jie fue detenido de nuevo por creer en Dios y fue sentenciado a un año y medio de cárcel. Tras su liberación, la policía solía hostigarlo, intimidarlo y vigilarlo de cerca. Para escapar de la persecución del PCCh, He Jie y su familia huyeron de casa.
El régimen chino utiliza el término Shouters (Gritones) para referirse a una gran variedad de comunidades, que comprenden al movimiento religioso cristiano conocido en Occidente como La Iglesia Local y a otros grupos que no forman parte de ese movimiento. Se emplea este término porque quienes pertenecen al movimiento proclaman el nombre del Señor a viva voz. Durante la Revolución Cultural, el PCCh calificó al movimiento como una “organización contrarrevolucionaria” y lo incluyó en un registro nacional de organizaciones xie jiao, que suelen traducir erróneamente como “sectas”. Conforme al artículo 300 del Código Penal Chino, estar relacionados con ese tipo de organizaciones conlleva automáticamente arrestos, detenciones o penas de prisión.