Uigures que trabajaban fuera de Sinkiang y huis que trabajaban en Sinkiang se vieron obligados a regresar a sus lugares de origen, sin saber cómo harán para mantener a sus familias.
Las autoridades de Sinkiang están restringiendo su control sobre las poblaciones minoritarias locales. Nuevos detalles están saliendo a la luz, proporcionando un panorama general sobre la magnitud de la opresión.
Anteriormente, Bitter Winter informó sobre cómo algunos musulmanes de etnia uigur y hui que tenían buenos empleos en otras provincias fuera de Sinkiang se vieron obligados a renunciar a sus puestos de trabajo y regresar a sus lugares de origen. En los últimos días, nuestro reportero ha entrevistado a varios de los que se vieron obligados a mudarse. Él relata sus dolorosas historias y también descubre otros aspectos anteriormente desconocidos sobre el acoso llevado a cabo por las autoridades de Sinkiang.
Uno de los trabajadores entrevistados era un hombre uigur que había estado trabajando a tiempo parcial en Tacheng, una ciudad de la Prefectura Autónoma Kazaja de Ilí, en Sinkiang, situada cerca de la frontera con Kazajistán. A mediados del mes de agosto, el entrevistado fue detenido por la policía local e interrogado. Luego de seis horas de detención, la policía le informó que disponía de dos días para abandonar Tacheng y regresar a su lugar de origen en Kasgar, una ciudad situada en el suroeste de Sinkiang.
Este hombre uigur llevaba más de un año trabajando en Tacheng. Su jefe lo había ayudado a obtener un permiso de residencia temporal, pero la policía se negó a reconocer el documento. Debido a que su residencia oficial no era local y pertenecía a una minoría étnica, se le prohibió trabajar en Tacheng.
Nuestro reportero también descubrió que las minorías musulmanas de etnia hui que trabajan en Sinkiang están siendo obligados a irse. Una mujer le relató su historia, en la que afirmó haber sido forzada a abandonar su trabajo en una fábrica y regresar a su ciudad natal. La misma le contó que una noche de abril de este año, la policía irrumpió inesperadamente en su apartamento emplazado en Shihezi, una ciudad situada en la zona norte de Sinkiang. Luego de verificar su información de registro, la policía le dio una fecha límite para irse. La amenazaron diciendo: «Aunque no te vayas, no podrás conseguir trabajo. ¡Todas las empresas tienen prohibido contratarte!”. Del mismo modo, la policía de Shihezi les prohíbe a los arrendatarios alquilarles sus propiedades a personas pertenecientes a la minoría étnica Hui.
Impotente, esta mujer se preparó para regresar a su hogar en la Región Autónoma Hui de Ningxia. Al mismo tiempo, muchas otras mujeres que trabajaban en la misma fábrica se vieron obligadas a renunciar a su empleo y abandonar Sinkiang, y compartieron sus inquietudes relacionadas con su futuro, afirmando: “¿Por qué a nosotros, que pertenecemos a minorías, se nos prohíbe trabajar en Sinkiang? ¿Cómo se supone que mantendremos a nuestras familias si no podemos trabajar? Mis padres están envejeciendo y no tienen buena salud, y mis dos hijos son pequeños y tienen que asistir a la escuela. Al despedirnos de nuestros puestos de trabajo nos está alejando de nuestra fuente de subsistencia”.
Además de amenazar a los trabajadores pertenecientes a minorías, las autoridades también están amenazando a los empleadores. Nuestro reportero señala que el Gobierno local emitió un reglamento que impone una multa mínima de 10 000 yuanes (aproximadamente 1450 dólares) a cualquier empleador que contrate a un trabajador de etnia hui.
Un gerente de la fábrica donde trabajaban estas mujeres afirmó: «Las autoridades estatales se están asegurando de que ‘Sinkiang solo se esfuerce en obtener estabilidad, no desarrollo’. Nos dijeron que todas las minorías étnicas existentes en Sinkiang deben regresar a sus lugares de origen. La fábrica debe cumplir con estas estipulaciones emitidas por el comité central (del Partido). Realmente no podemos hacer nada al respecto».
Tanto los trabajadores como los empleadores se sienten impotentes ante las últimas regulaciones implementadas contra las minorías, pero son los trabajadores de escasos recursos quienes sufrirán más al tratar de mantener a sus familias.
Información de Li Zaili