Las autoridades de Sinkiang visitan viviendas de musulmanes y les obligan a deshacerse de todos los objetos domésticos con símbolos islámicos.
por Li Zaili
Conforme a la iniciativa de desarabización, las autoridades de Sinkiang están visitando los hogares de los musulmanes de la zona y les obligan a deshacerse de cualquier cosa que tengan en casa con algún adorno islámico. Confiscan los artículos domésticos de uso diario como ollas, platos, mantas o teteras para destruirlas después.
En noviembre de 2017, llegaron a un pueblo del condado de Yining, en la ciudad de Yining, agentes de policía fuertemente armados que fueron de puerta en puerta obligando a los habitantes del pueblo a entregar todos los objetos que tuviesen símbolos islámicos. La policía amenazó con que al que incumpliera la norma nacional le impondrían la asistencia a “clases de estudio”, nombre inocente con el que las autoridades se refieren a los campos de “transformación a través de la educación” en los que se obliga a las personas a recibir un intenso adoctrinamiento. A los habitantes del pueblo no les quedó más remedio que entregar todos sus recipientes para lavarse las manos, los coranes, además de tazas y platos de plata y cobre, ropa de cama, sombreros y hiyabs que llevaban distintivos islámicos. Arrojaron los objetos a un vehículo que la policía había llevado al pueblo. A continuación la policía llevó todos estos objetos al patio de la oficina del comité del pueblo donde los quemaron y destruyeron.
En abril del mismo año, el personal del “grupo de trabajo” dio orden a los habitantes de una comunidad de la prefectura de Tacheng, del condado de Shawan, de quemar todos los coranes y otros objetos relacionados con la fe.
Un hombre uigur, que pidió mantenerse en el anonimato, contó a nuestro reportero: “Había que destruir o confiscar todos los objetos de las casas de los vecinos que tuvieran símbolos islámicos. Hubo que quitar o arrancar hasta los picaportes de las puertas que tenían motivos islámicos. En cuanto se descubría que alguna familia no se había deshecho de estos objetos, inmediatamente les cogían y les enviaban detenidos a ‘clases de estudio’. Desesperados, muchos tiraron ellos mismos sus objetos preciados”.
Bitter Winter ha informado ampliamente sobre las distintas formas en que las autoridades chinas de Sinkiang persiguen a los musulmanes de la zona, [persecución que] disfrazan de lucha contra el terrorismo, enviando a personas inocentes a campamentos de transformación por medio de educación, clausurando y demoliendo mezquitas o retirando símbolos islámicos de los edificios. A los que tienen la suerte de permanecer en su casa les hostigan aún más mediante absurdas iniciativas de ámbito provincial como el programa “quedarse en casa” por los cuadros del Partido Comunista a vivir en los hogares de los uigures locales para adoctrinarles.