Las regulaciones de Sinkiang impuestas en nombre de la estabilidad social perjudican negocios y pueden ser utilizadas para acosar a los comerciantes de manera arbitraria.
Tal y como ha informado Bitter Winter, las autoridades de la Región Autónoma Uigur de Sinkiang están imponiendo cargas cada vez mayores sobre las vidas de los ciudadanos y propietarios de negocios en nombre de la aplicación de «políticas de mantenimiento de la estabilidad social». Los propietarios son multados, arrestados, o sus tiendas son clausuradas a causa de una gran variedad de violaciones técnicas de las nuevas regulaciones que la mayoría encuentra excesivas.
Algunas de las cargas impuestas a los negocios incluyen exigencias de adquisición de equipo de control antidisturbios (tales como cascos y chalecos antibalas), instalación de alarmas y cámaras de vigilancia en sus hogares y negocios, y la obligación de organizarse en escuadrones de estabilidad social listos para desplegarse cuando suenen las alarmas. No obstante, en la actualidad, las autoridades de Sinkiang parecen estar utilizando estas regulaciones para acosar a los comerciantes que expresan su disentimiento o que no respetan las exigencias gubernamentales.
A la redacción de Bitter Winter han llegado numerosos informes en los cuales se denuncia un hostigamiento aparentemente arbitrario implementado contra diferentes negocios. En el mes de agosto, por ejemplo, el propietario de un hotel emplazado en la Prefectura Autónoma Mongol de Bayingolin fue multado con 2000 yuanes (aproximadamente 285 dólares) y detenido en un campamento de «transformación por medio de educación» durante una semana, por presuntamente «no encender un escáner de radiofrecuencias de seguridad y violar las políticas de mantenimiento de la estabilidad social impuestas por el Gobierno”. El propietario del hotel también se vio obligado a pagar sus gastos básicos diarios, de alojamiento y transporte mientras estuvo detenido, los cuales alcanzaron una suma total de 620 yuanes (aproximadamente 89 dólares).
Las autoridades de Sinkiang les han ordenado a todos los centros comerciales, supermercados, hoteles y negocios similares que instalen escáneres de radiofrecuencias de seguridad. A los propietarios no se les permite apagar las máquinas durante el horario comercial y los infractores enfrentan multas, clausura de negocios y detención en campamentos de transformación por medio de educación. También se supone que deben estar vestidos y preparados por si ocurre un motín, al parecer bajo el supuesto de que los musulmanes podrían estar a punto de rebelarse en cualquier momento, por lo cual los comerciantes deben estar preparados para «mantener la estabilidad social» en caso de que suceda tal sublevación.
El dueño de un restaurante no estuvo preparado para la rebelión imaginada y debió pagar las consecuencias. Las autoridades locales allanaron su establecimiento y descubrieron que los cocineros no usaban chalecos antibalas. El propietario del restaurante fue arrestado por «violar las políticas de mantenimiento de la estabilidad social». El mismo permaneció detenido en un campamento de transformación por medio de educación durante dos semanas. Además, tuvo que hacerse cargo de sus gastos básicos y de transporte mientras permaneció detenido. El mismo día, una vendedora de ropa fue sorprendida sin el chaleco antibalas. Al ser descubierta por la policía, un investigador le gritó: “¡Vete a casa y cierra tu tienda por tres días!”. La misma fue acusada de “violar los deberes de mantenimiento de la estabilidad social” y, de hecho, se vio obligada a cerrar su tienda durante tres días.
Un cierto Sr. Liu (seudónimo), el propietario de un centro comercial, no cumplió con otras regulaciones antidisturbios o antiterroristas. Se le ordenó instalar barreras antivehículos en la acera situada frente a su edificio. El Sr. Liu le respondió a la policía que llevaba administrando su negocio desde hace muchos años y que nunca se había encontrado con una situación que considerara «insegura». La policía inmediatamente esposó al Sr. Liu y lo mantuvo detenido por un plazo de siete días. Durante los días que permaneció encarcelado no se le permitió ponerse en contacto con nadie, dejando a su familia preocupada al no saber lo que le había sucedido. Luego de ser liberado, y temiendo una mayor acción policial, el Sr. Liu gastó más de 80 000 yuanes (alrededor de 11 400 dólares) para instalar barreras antivehículos en la acera.
Una calle de la ciudad de Kasgar parece haber sido objeto de escrutinio especial por parte de las autoridades. Según denuncias de los lugareños, solo en la avenida Xiyu, varias tiendas han sido clausuradas por diversos motivos.
En diciembre de 2017, un camión de reparto que se preparaba para descargar su carga estaba estacionado en la entrada de una tienda de tabaco y licores. La policía llegó al lugar le y ordenó al conductor que moviera el camión inmediatamente. El propietario de la tienda le pidió a la policía que les diera unos minutos más para poder terminar de descargar el mismo, pero los agentes volvieron a repetirle la orden. El propietario de la tienda se quejó diciendo: «Nunca se ocupan de los asuntos importantes y están obsesionados con cosas que no importan en absoluto. Ni siquiera estamos bloqueando la calle». En respuesta, la policía lo acusó de «negarse a cooperar con las operaciones policiales y tener una mala actitud» y lo obligó a cerrar la tienda.
Otra tienda situada en la avenida Xiyu fue clausurada debido a que la policía descubrió dos arroceras eléctricas en el interior del establecimiento. El propietario del establecimiento dijo que las arroceras eran viejas y que no habían sido utilizadas en mucho tiempo. No obstante, sin contar con evidencia de su uso y sin escuchar la explicación del propietario, la policía clausuró la tienda bajo el pretexto de que «está prohibido cocinar en tiendas». Tres días después, el propietario del negocio escribió una carta de garantía, prometiendo que nunca permitiría cocinar en su tienda, y la envió al puesto de policía local. Sólo entonces se le permitió continuar operando la misma como de costumbre.
Un tercer negocio situado en la misma avenida, llamada Comida Gourmet el Pollo Dorado de los Tres Hermanos (Three Brothers Golden Chicken Gourmet Food), recibió la orden de cerrar porque el propietario no se apresuró a asistir a los simulacros antidisturbios cuando sonó una alarma. Otro negocio, Fideos para Amas de Casa Inteligentes (Smart Housewife ‘s Noodles), no tenía sus cuchillos de cocina sujetos con cadenas tal y como lo exigen las regulaciones antidisturbios y antiterrorismo. Como consecuencia de ello, la policía amenazó con multar al dueño y clausurar el restaurante.
Desde el año 2017, la ciudad de Kasgar en la provincia de Sinkiang ha construido aproximadamente 300 puestos de avanzada de la policía en sus calles y existe uno de esos puestos aproximadamente cada 300 metros. En cada puesto de avanzada, alrededor de 10 oficiales trabajan en turnos alternos. La policía de los puestos inspecciona meticulosamente todas las operaciones comerciales. Los comerciantes frecuentemente padecen la clausura de sus tiendas y son multados sin que se les proporcionen razones claras. Como resultado de ello, los propietarios de negocios locales se sienten asustados y están expresando un creciente descontento, aunque sea en voz baja.
Informado por Li Zaili