Las autoridades están recopilando información sobre las creencias religiosas de los niños y están obligando a los maestros a impartir propaganda del PCCh durante las clases en escuelas y en jardines de infantes.
En mayo de este año, aproximadamente 120 estudiantes de tercer grado de una escuela primaria emplazada en la ciudad de Hohhot, en la Región Autónoma de Mongolia Interior, fueron enviados a una «base de educación admonitoria» local, donde recibieron educación antirreligiosa.
El personal de la base obligó a los niños a ver videos con contenido violento para condicionarlos contra la religión. Los niños recibieron folletos propagandísticos y se les pidió que los memorizaran. También se los incentivó a denunciar a los creyentes que conocieran.
Los niños se sintieron asustados y perturbados luego de la sesión. El padre de uno de los estudiantes afirmó: “Cuando mi hijo llegó a casa, leyó el folleto antirreligioso una y otra vez. Me preocupa que estos materiales de enseñanza ejerzan un impacto negativo en él y desorienten su percepción de las cosas».
En otra escuela primaria de Hohhot, a todas las clases se les ordenó celebrar una reunión para criticar la religión. Durante la reunión, los maestros les dijeron a los estudiantes que el cristianismo, el catolicismo y otras religiones son catalogadas como xie jiao (enseñanzas heterodoxas). En una de las clases, los maestros incluso obligaron a los jóvenes e impresionables estudiantes a pronunciar maldiciones contra las creencias religiosas.
No obstante, para el PCCh esto no solo se trata de propaganda antirreligiosa. También están registrando el estado religioso de cada niño.
A fines de septiembre, un maestro de una escuela secundaria emplazada en la ciudad de Anshan, en la provincia de Liaoning, utilizó un grupo de WeChat creado para padres de estudiantes para realizar advertencias en contra de las creencias religiosas. Él subió un documento que contenía información detallada sobre las creencias religiosas de los estudiantes, tal y como fueron registradas luego de una investigación exhaustiva llevada a cabo por la administración de la escuela. También afirmó que practicar la fe podría afectar su capacidad para pasar al siguiente grado y, como consecuencia, sus perspectivas de vida.
En un caso similar, un maestro de un jardín de infantes emplazado en Anshan les envió una carta a los padres de sus alumnos pidiéndoles que les inculcaran el ateísmo a sus hijos, y prohibiéndoles participar en cualquier tipo de actividad religiosa, como por ejemplo, usar vestimenta con símbolos religiosos, leer o escribir citas religiosas, escuchar transmisiones religiosas, realizar donaciones a sitios de culto y demás. Los padres también se vieron obligados a acusar recibo del mensaje devolviendo la carta firmada.
Este intenso trabajo de propaganda no solo es cruel sino que, además viola el artículo 14 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, de la cual China es signataria. El artículo estipula que “los Estados Partes respetarán el derecho del niño a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Los Estados Partes respetarán los derechos y deberes de los padres y, en su caso, de los representantes legales, de guiar al niño en el ejercicio de su derecho de modo conforme a la evolución de sus facultades».
Informado por Gu Qi