Siguiendo las órdenes del PCCh, las redes sociales de China son controladas a fin de evitar que la información de primera mano sobre el brote de coronavirus se haga pública.
por Lin Yijiang
Al comienzo del brote de coronavirus, las personas en China ocasionalmente podían hallar información veraz sobre la epidemia en las cuentas de redes sociales de miembros del personal médico. No obstante, muy pronto, las autoridades chinas impusieron una amplia variedad de medidas tendientes a censurar o eliminar todas esas publicaciones, dificultando la obtención de información de primera mano que no pertenezca a la propaganda del Gobierno.
Las cuentas de redes sociales pertenecientes a personas que trabajan en comisiones de salud, departamentos de prevención y control de la epidemia, agencias de seguridad pública, cultura, educación y turismo, departamentos de publicidad y otras instituciones gubernamentales se convirtieron en blanco de los censores. Les sucedió lo mismo a las cuentas pertenecientes a personas que trabajan en hospitales y escuelas de China. A fin de evitar filtraciones sobre la verdadera situación de la epidemia en WeChat, QQ y otras plataformas de redes sociales chinas, el Gobierno también les prohibió a las personas que trabajan en estas instituciones crear grupos de redes sociales sin permiso y puso bajo vigilancia a los existentes.
En el mes de enero, una doctora procedente de la provincia oriental de Shandong fue criticada por el hospital en el que trabajaba por recordarles a sus colegas en su perfil de WeChat que se protegieran cuando trabajaran con pacientes con coronavirus.
Según un documento publicado en el mes de abril por el departamento de prevención y control de la epidemia de una localidad situada en el centro de China, a fin de garantizar que no se filtrara ningún tipo de información que no estuviera censurada, funcionarios especialmente designados para tal fin vigilaron y supervisaron en tiempo real a todos los grupos de WeChat creados para la prevención y el control de la epidemia.
Ese mismo mes, la Agencia de Protección de Secretos de una ciudad de la provincia nororiental de Liaoning publicó un documento en el que exigía controlar la información existente en los grupos de redes sociales de los departamentos gubernamentales de la ciudad, tales como WeChat y DingTalk. El documento establece que el grupo que no sea reportado a las autoridades y filtre información, «será sancionado».
En los documentos emitidos por departamentos de prevención y control de la epidemia de las provincias de Shandong y Henán se les prohíbe a los miembros del personal de todas las instituciones relacionadas con la epidemia compartir información no aprobada en sus cuentas de WeChat, QQ y otras redes sociales o por medio de correos electrónicos. La medida tiene por objeto evitar fugas de información para que las personas «no cuestionen ni denuncien» la labor de prevención de la epidemia llevada a cabo por el Gobierno.
En la práctica, la definición de «filtraciones de información» establecida por el Gobierno es sumamente amplia. Un hospital emplazado en Shandong prohibió que su personal «publicara información, fotos, videos y cosas similares a voluntad, a fin de evitar cualquier tipo de impacto negativo». Un miembro del personal le dijo a Bitter Winter que, por ejemplo, hablar sobre el creciente número de casos de coronavirus mientras el Gobierno afirma que están disminuyendo se considera que tendrá un impacto negativo, por lo cual el hospital exige mantener dicha información como confidencial.
«Principalmente, debido a que varios países extranjeros están exigiéndole una compensación a China, el Partido Comunista Chino [PCCh] quiere bloquear la información factual para trasladarle la culpa de la pandemia a otros», le dijo a Bitter Winter un doctor que trabajó en Wuhan, añadiendo que tanto él como sus colegas se vieron obligados a firmar acuerdos de confidencialidad. Uno de ellos fue criticado por haberse quejado en WeChat de que los médicos en Wuhan estaban sobrecargados de trabajo. El mismo fue obligado a borrar dicha información «para prevenir la inestabilidad social».
Bitter Winter ha obtenido recientemente documentos emitidos en varias provincias en los que se exige investigar exhaustivamente si los empleados gubernamentales comparten secretos de trabajo a través del correo electrónico, WeChat, QQ u otras plataformas.
En el mes de marzo, un Gobierno municipal de la zona central de China emitió un documento en el que les prohibía a los empleados gubernamentales compartir información «políticamente sensible» o efectuar «comentarios irresponsables» en sus cuentas de redes sociales. Los decretos también exigen estar atentos cuando se comparta información religiosa, en particular noticias sobre las represiones contra los xie jiao y las políticas gubernamentales relacionadas con las mismas.