Utilizando diversos pretextos inventados, el PCCh sigue adelante con su campaña tendiente a eliminar las estatuas religiosas situadas al aire libre en toda China.
por Hu Ke
La estatua de Kwan Yin de 17,56 metros de altura que se encontraba situada en la Isla Tradicional de Nanzhao, una atracción turística nacional de nivel 4A de la ciudad de Dali, en la provincia suroccidental de Yunnan, fue demolida en julio del año pasado por ser considerada «demasiado alta».
El ícono fue construido con 269 piedras de mármol y, según algunos sitios web turísticos chinos, era considerada la estatua de mármol blanco dedicada a la diosa budista de la misericordia más alta del mundo.
«El Gobierno central ordenó demoler la estatua de Kwan Yin», le dijo a Bitter Winter un miembro del personal del sitio de atracción turística. «El proceso de demolición tomó cuatro meses. Las autoridades locales amenazaron con cerrar el sitio si no se demolía la estatua. Solo nos permiten creer en el Partido Comunista, no en el budismo».
El budismo ha jugado un papel importante en la historia de la ciudad de Dali, por lo que sus residentes estaban angustiados por la demolición de la estatua. “Esto tiene que ver con nuestra fe”, afirmó un residente de la ciudad. “Le habíamos pedido al Gobierno que nos permitiera conservar la estatua, pero fue en vano. Los lugareños no se atrevían a demolerla, por lo que las autoridades tuvieron que contratar trabajadores de fuera del poblado”.
En la ciudad a nivel de condado de Mile, en Yunnan, una estatua de “Kwan Yin derramando gotas de agua” de 9,9 metros de altura, junto con los tradicionales presagios chinos de buena fortuna —el niño dorado y la niña de jade— que se encontraban situados en el Templo de Puti de la ciudad, fueron demolidos en junio del año pasado. Un residente explicó que la orden provino de la Agencia de Asuntos Religiosos local. «Los mismos afirmaron que el templo no contaba con un certificado de registro de lugar de actividad religiosa y no tenía permitido tener estatuas al aire libre», afirmó.
El templo, originalmente construido en 1817, fue sometido a una extensa reconstrucción y ampliación en el año 2014. En marzo de ese año, Bhikkhu Ananda, un famoso académico budista nepalí y Mensajero de la Paz, título otorgado por las Naciones Unidas a personalidades distinguidas, visitó el templo y plantó un “árbol de Bodhi”, considerado un símbolo sagrado en el budismo. Debido a este acto, el templo cambió su nombre original a «Puti» —término que en chino significa “Bodhi”—.
Según una fuente local, el Gobierno municipal ordenó convertir el templo en un centro de actividades para ancianos, pero su director se negó a hacerlo y cerró el lugar.
En noviembre del año pasado, el Gobierno de la ciudad de Meishan, en la provincia suroccidental de Sichuan, demolió una estatua de Amitabha de 42 metros de altura que se encontraba situada en el Templo de Huazang, un milenario sitio budista sagrado.
La estatua, también conocida como «El Gran Buda Nro. 1 de Meizhou», había sido moldeada hacía más de diez años a un costo de 3,5 millones de yuanes (alrededor de 510 000 dólares). Un monje del templo le dijo a Bitter Winter que más de 200 oficiales de policía y funcionarios gubernamentales rodearon el lugar el día de la demolición, estableciendo puestos de control en las carreteras que conducían al mismo. A las personas se les prohibió acercarse al templo o tomar fotografías.
«El Gobierno dijo que el templo no tenía permiso para construir la estatua», afirmó el monje. «El número de fieles se redujo significativamente después de la demolición, y ahora dependemos de otros para mantenernos».
Previo a la demolición, el Gobierno les había prohibido a los creyentes adorar y orar frente a la estatua de Amitabha durante un año por «posibles riesgos de seguridad». «Es sumamente injusto que los funcionarios dijeran que la estatua tenía que ser demolida por razones de seguridad», afirmó otro monje del templo.