El PCCh utiliza todas las herramientas posibles para forzar a los objetores de conciencia católicos a ingresar a la Iglesia Patriótica, incluso disolviendo las organizaciones caritativas que dirigen.
por An Xin
La diócesis de Mindong, en la provincia suroriental de Fujian, ha sufrido una severa persecución a manos del Partido Comunista Chino (PCCh) debido a que la mayor parte de sus sacerdotes se negaron a unirse a la Asociación Patriótica Católica China (APCC). Las directrices del Vaticano de 2019, emitidas nueve meses después de que se firmara el acuerdo entre el Vaticano y China del 2018, prevén que los sacerdotes y obispos de lo que se conocía como la Iglesia católica clandestina pueden permanecer fuera de la APCC por razones de conciencia. A pesar de ello, el régimen comunista utiliza cualquier medio posible para colocar a todos los católicos bajo su control.
Cinco parroquias de la diócesis fueron clausuradas en el mes de enero después de que sus sacerdotes fueran presionados a unirse a la Iglesia patriótica por más de un año, utilizando adoctrinamiento, prácticas intimidatorias e incluso sobornos. Todas las organizaciones caritativas establecidas y administradas por las parroquias también fueron reprimidas. Una de esas víctimas fue «El Hogar de la Benevolencia«, una residencia de ancianos operada por monjas y fundada hace más de 20 años por una iglesia católica en Saiqi, un poblado administrado por la ciudad de Fuan de Fujian.
El 12 de enero, aproximadamente 50 funcionarios del Gobierno local y policías allanaron la residencia de ancianos en la que vivían más de 30 personas, algunas de las cuales procedían de hogares de bajos recursos o eran discapacitadas.
Un miembro de la iglesia le dijo a Bitter Winter que funcionarios gubernamentales cortaron el suministro de agua y electricidad de la residencia de ancianos y luego la clausuraron por la fuerza alegando que «las medidas de control de incendios eran deficientes». Todos los residentes fueron sacados a la rastra del edificio, muchos sollozaban, otros suplicaban que se les permitiera quedarse, ya que no tenían a dónde ir. Pero los funcionarios simplemente los ignoraron, afirmando que tenían que resolver sus problemas por sí mismos. Tres ancianos residentes lograron esconderse en la iglesia, pero fueron prontamente descubiertos por los oficiales, quienes los sacaron a la rastra y los despojaron de sus mantas y ropa.
«Los oficiales fueron sumamente agresivos y estaba tan asustado que me desmayé», recordó vívidamente un residente de 68 años. «La vida espiritual es vital para mí. No tengo familia. ¡Cuando vivía en la residencia de ancianos de mi iglesia y podía asistir a misa me sentía feliz! ¡Esta expulsión se siente como si hubiera muerto!».
«El Partido Comunista es el diablo», comentó con ira otra residente de la residencia de aproximadamente 90 años.
Un creyente de más de 80 años relató cómo, durante la redada, los oficiales les dijeron a los residentes del hogar de ancianos que el mismo estaba siendo clausurado para presionar a los sacerdotes de la parroquia a unirse a la APCC. Uno de ellos, el padre Huang, fue continuamente perseguido por negarse a ser gobernado por el PCCh. «Incluso nos presionaron para convencerlo de que firmara una solicitud de adhesión a la APCC», añadió el creyente. “Si lo hubiéramos hecho, podríamos haber tenido la oportunidad de quedarnos en la residencia de ancianos, pero nuestra fe sería controlada por el Partido Comunista. Ya no sería catolicismo».
El 2 de abril, la policía detuvo al padre Huang y lo torturó privándolo del sueño. Tras cuatro días, exhausto hasta el punto de sufrir un colapso mental, aceptó unirse a la APCC.
Una residencia de ancianos operada por objetores de conciencia católicos en Fuzhou, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia suroriental de Jiangxi, fue allanada el 1 de enero. Seis funcionarios del Gobierno local y policías registraron la residencia y confiscaron 30 publicaciones religiosas, una cruz y otros símbolos y pinturas religiosas. También presionaron al sacerdote de la iglesia para que firmara una solicitud de adhesión a la APCC, pero el mismo se rehusó a hacerlo.
Ni siquiera las residencias de ancianos fundadas por iglesias católicas controladas por el PCCh se libran de la persecución. Católicos de iglesias estatales de Xian, un condado administrado por la ciudad de Cangzhou en la provincia norteña de Hebei, han dirigido el «Centro de servicios para ancianos de Lude» durante más de 20 años. El mismo fue registrado como una institución de bienestar social autorizada por el Gobierno en el año 2013.
El 8 de octubre de 2019, tres funcionarios visitaron la residencia de ancianos y proclamaron que era «demasiado religiosa». Añadieron que las residencias de ancianos no podían tener símbolos religiosos, tales como cruces, y que a los residentes no se les permitía practicar su fe.
Según un testigo presencial, los funcionarios les ordenaron a los trabajadores que retiraran la cruz y la escultura de José sosteniendo al niño Jesús del pabellón situado en la puerta de la residencia de ancianos y que cubrieran o retiraran el resto de las esculturas religiosas.
El letrero del edificio que decía “Entrenamiento juvenil de cien días” en las instalaciones de la residencia de ancianos fue eliminado, y la imagen de Jesús existente en una composición de arte religioso cercana titulada “El Buen Pastor”, fue cubierta, dejando solo las tres ovejas.
«El Gobierno quiere impedirnos practicar nuestra fe», afirmó el testigo ocular. «Pero no puede controlar nuestros corazones, donde vive el Señor».