Tras años de abuso y acoso, viviendo bajo una estrecha vigilancia, algunos miembros de este grupo religioso prohibido en China optaron por quitarse la vida.
por Li Wensheng
Los miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT), el mayor nuevo movimiento religioso cristiano chino, brutalmente reprimido y perseguido desde su fundación acaecida en el año 1991, corren el riesgo de ser arrestados en cualquier momento. Innumerables miembros son sometidos al continuo acoso del Gobierno después de ser liberados tras cumplir extensas penas de prisión a causa de su fe. Los mismos son estrechamente vigilados, incluso en sus hogares.
Una miembro de la IDT de aproximadamente 70 años vivía una vida retirada en una zona montañosa de la provincia noroccidental de Shaanxi. Su hija, también creyente de la IDT, tuvo que huir de su hogar hace unos años tras ser denunciada ante la policía a causa de su fe. Las autoridades comenzaron a acosar a su madre en el año 2017, buscando saber dónde estaba la misma.
En agosto de ese año, la anciana se encontraba en su hogar escribiendo un artículo sobre su experiencia religiosa, cuando tres policías irrumpieron en el mismo. Confiscaron sus libros relacionados con la fe y el texto que estaba escribiendo y llevaron a la mujer a una comisaría. La esposaron a un dispositivo de tortura denominado «banco de tigre» y la golpearon para que revelara el paradero de su hija e información sobre la Iglesia. Tras ser liberada, los agentes de policía comenzaron a visitarla en su hogar con regularidad para preguntarle sobre sus creencias. Para presionarla, también cancelaron el subsidio de subsistencia mensual de la mujer de 125 yuanes (unos 18 dólares).
Agotada y asustada por las visitas hasta el punto de sufrir un ataque de nervios, la mujer dejó de leer literatura de la Iglesia y de escribir sobre su fe, por temor a que la policía irrumpiera en su hogar en cualquier momento. Solo escribía algunas frases de las escrituras en pequeñas hojas de papel para leerlas en secreto y poder esconderlas si llegaba la policía.
El 4 de marzo fue a ver a un hermano de fe. “El Partido Comunista Chino [PCCh] me va a arrestar, así que te confío mis libros relacionados con la fe y los dejo a tu cuidado, para que no los encuentren y se los lleven”, afirmó la mujer y se marchó.
Una semana después, se suicidó ahorcándose.
Muchos otros miembros de la IDT optan por la muerte, incapaces de soportar el acoso y la vigilancia continuos.
En noviembre del año pasado, una creyente procedente del noroeste de China, de aproximadamente 60 años, fue arrestada a causa de sus creencias. Tras ser liberada, la policía le prohibió salir de su casa sin permiso previo y la vigiló desde una tienda cercana para asegurarse de que no huyera ni fuera contactada por otros miembros de la Iglesia. Tras dos meses de tormento, la mujer se quitó la vida en su hogar en el mes de enero.
«Cuando la visité en enero, estaba muy nerviosa y no dijo mucho», le dijo una amiga de la mujer a Bitter Winter. «Se subió la manga para mostrarme las marcas moradas dejadas por las esposas en su muñeca. Cuando le pregunté qué había pasado, ella se limitó a negar con la cabeza y no dijo nada, como si tuviera miedo de algo. Me instó a marcharme de inmediato».
Otra amiga también dijo que la mujer no habló mucho durante su último encuentro. “Me acompañó hasta una parada de autobús, y cuando pasamos por una tienda situada cerca de su residencia, un oficial de policía en uniforme salió y nos siguió. Se puso muy nerviosa, se asustó y se apresuró a regresar a su hogar”, recordó la amiga. “No tengo idea de qué le hizo exactamente la policía. Fui a verla el 15 de enero, pero ya estaba muerta”. La mujer cree que la policía amenazó e intimidó a su amiga antes de suicidarse.
En el escritorio situado en el dormitorio de la difunta creyente se encontró una carta dirigida a la policía. «¿Quieren mi reproductor y mis tarjetas de memoria? Quemé mis seis tarjetas, y destruí y tiré a la basura mi reproductor MP5”, escribió la mujer, refiriéndose a las tarjetas de memoria digital que contenían materiales relacionados con la fe. Cualquier material sobre temas religiosos que se encuentre en posesión de los miembros de la IDT a menudo es utilizado en su contra en los tribunales para imponerles largas penas de prisión.