Desde el primer día del nuevo semestre, el PCCh ha estado intensificando la educación patriótica y la propaganda antirreligiosa en las escuelas primarias y secundarias.
por Li Guang
El 2 de septiembre, el primer día de clases en Hong Kong, miles de estudiantes desobedecieron las órdenes y, en lugar de asistir a clases, salieron a las calles para unirse a una huelga de dos días y manifestarse por la democracia.
El Partido Comunista Chino (PCCh) percibe el hecho de que los estudiantes de Hong Kong se atreven a luchar contra su tiranía totalitaria como un fracaso de la educación en la región administrativa especial, en particular, en lo que respecta a la tutoría patriótica.
En comparación con los estudiantes de Hong Kong, sus homólogos en China Continental, quienes son diariamente adoctrinados con propaganda comunista y atea, parecen dóciles, acatando órdenes procedentes de las autoridades sin poder hacer nada al respecto. Y esto es lo que prefiere el PCCh: la sumisión de los jóvenes ayuda a formar y a educar a los leales sucesores del régimen.
El primer día de clases comienza con adoctrinamiento
A las 8 de la noche del 1 de septiembre, el día en que comenzó el año escolar en China Continental, los estudiantes de primaria y secundaria y sus padres tuvieron que ver un programa especial de televisión denominado Primera clase del semestre. El programa, coproducido por el Departamento Central de Propaganda del PCCh, el Ministerio de Educación y la Televisión Central de China, se transmite anualmente en todo el país el primer día de clases o muy cerca de dicha fecha.
En el primer programa de Primera clase del semestre de este año, cuyo tema fue «Estoy orgulloso de la bandera china», el anfitrión Dong Qing instruyó a los niños de primaria del país, afirmando: «En la actualidad, debemos apreciar la bandera china del mismo modo que apreciamos la vida».
El programa, destinado a cultivar en los estudiantes sentimientos de adoración hacia el Partido, el país y la bandera china, relató la historia revolucionaria del PCCh y la valentía de sus héroes.
El padre de un estudiante de primaria del distrito de Chanhe de la ciudad de Luoyang, en la provincia central de Henán, le dijo a Bitter Winter que los estudiantes tuvieron que escribir sus impresiones del programa y publicar sus composiciones en el grupo de la clase en la plataforma de mensajería WeChat, junto con fotos que los mostraran a ellos y a sus familias viendo el programa.
«Voy a estudiar mucho y contribuir al país», escribió un estudiante en WeChat.
«Sin los sangrientos sacrificios de los mártires revolucionarios no habría una nueva China ni tendríamos la vida feliz de hoy en día», comentó el padre de un estudiante en WeChat, luego de ver el programa de televisión.
No obstante, en privado, no todos están de acuerdo con este punto de vista. Algunos padres le comentaron a Bitter Winter que tales programas están destinados a adoctrinar a los niños para que únicamente adoren al Partido Comunista. Por supuesto, las personas con las que hablamos no quisieron revelar sus identidades por temor a ser perseguidos.
Programas similares de «educación roja» también se han convertido en obligatorios para los estudiantes de primaria y secundaria de China Continental.
Un profesor de secundaria de la ciudad de Anyang, en Henán, reveló que el director de la escuela le exigió a cada clase que seleccionara a una persona para que leyera en voz alta pasajes diarios del «Pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era» por la mañana, antes de las clases de la tarde y al izar la bandera nacional. Además, se asignan estudiantes para transcribir cuatro artículos del «Pensamiento de Xi Jinping» cada semana; los que no completan la tarea son castigados.
Los estudiantes de una escuela primaria emplazada en Anyang deben ver Xinwen Lianbo (literalmente «Transmisión simultánea de noticias») a diario y escribir el contenido principal de las noticias, especialmente las relacionadas con Xi Jinping. El director de la escuela declaró que estas actividades forman parte de las tareas de Xuexi Qiangguo (Estudio de Xi, Nación Fuerte); una aplicación móvil utilizada para adoctrinar a los ciudadanos chinos con los pensamientos y opiniones del presidente. Los estudiantes que no completen esta tarea deberán correr 50 vueltas alrededor del patio de recreo de la escuela a modo de castigo.
Educación atea a través del miedo
El comienzo del nuevo año escolar también comenzó con propaganda antirreligiosa. El 3 de septiembre, la Agencia de Educación del distrito de Fuyang de Hangzhou, la capital de la provincia oriental de Zhejiang, emitió una notificación en la cual se exigía que las escuelas primarias y secundarias promovieran la ideología atea durante la clase de lectura matutina.
Al día siguiente, numerosas escuelas primarias de la zona vieron videos antirreligiosos en clase y tomaron fotos de la actividad. «Si no lo hacemos, seremos criticados y nuestro salario será reducido», le dijo con impotencia un profesor de primaria a Bitter Winter.
Algunos estudiantes locales informaron que sus maestros les mostraron imágenes relacionadas con el cristianismo, el islam y el budismo durante su clase matutina de autoaprendizaje y les dijeron que no creyeran en ninguna religión. La maestra también los alentó a llamar a la policía o a contarle a una maestra si escuchan a alguien decir cosas como «Dios creó la tierra y la humanidad», ya que según ella, el que diga eso “cree en un xie jiao”.
Un maestro de otra escuela primaria reveló que, durante una clase, el director de la escuela les advirtió a los estudiantes que denunciaran a cualquier persona de su hogar que fuera miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT). «Si no los denuncian, están traicionando al Partido y serán arrestados. Las personas que creen en Dios Todopoderoso serán encarceladas y condenadas a muerte por medio de disparos”, relató el maestro las palabras dichas por el director.
Y el «adoctrinamiento mediante el miedo» parece estar funcionando. El maestro dijo que después de la clase, uno de los estudiantes se comprometió a denunciar a cualquier persona que crea en Dios para evitar ser arrestado.