Un empleado de una compañía china revela cómo le ordenaron que mintiera a los socios extranjeros para encubrir la severidad de la COVID-19.
por Lin Yijiang
A finales de enero, mientras el coronavirus se propagaba por China, empleados de una compañía china en la provincia oriental de Zhejiang comenzaron a recibir numerosas preguntas de sus clientes extranjeros sobre la situación epidémica que prevalecía en el país. “Cuando nuestros clientes se enteraron del confinamiento en las ciudades de China, quisieron saber cuán severa era la epidemia”, dijo a Bitter Winter uno de los empleados de la compañía. “Les preocupaba que la epidemia pudiera afectar sus entregas. Y, si así era, transferirían algunas órdenes a otros países”. Agregó que los clientes también se quejaron de que no había información precisa proveniente de China sobre la epidemia.
En aquel momento, el Partido Comunista Chino (PCCh) no escatimó esfuerzos para bloquear toda la información relacionada con la epidemia y la reemplazó con propaganda, y afirmó que el brote era “prevenible y controlable”, además de que impidió a todos conocer la verdad sobre su severidad. Las autoridades censuraron el internet e intensificaron las medidas para mantener la estabilidad. El Dr. Li Wenliang y otros delatores fueron arrestados, y lo mismo ocurrió con muchos ciudadanos-periodistas que trataron de arrojar luz sobre la epidemia.
Cuando el empleado pidió instrucciones a sus superiores, le dieron una respuesta “modelo” para los clientes extranjeros, la cual fue preparada según los requisitos del Gobierno para asegurarse de que las capacidades de exportación de China no se vieran perjudicadas. El texto dice que el brote solo se encuentra en Wuhan, “que está bajo control” y que “el Gobierno está adoptando activamente muchas medidas para manejarlo”. El apunte declara también que otras ciudades no han tenido un impacto importante y que la situación “se restablecerá pronto”. El texto termina con un eslogan: “Si muestras pesimismo a tus clientes, eso inevitablemente afectará sus planes de adquisiciones. Las exportaciones de comercio internacional de China necesitan de tu apoyo. ¡Sigue luchando, China!”.
Posteriormente, el empleado se enteró de que, casi en su totalidad, a los cientos de empresas en la ciudad —así como en otras localidades en la provincia— que tenían vínculos con el extranjero, se les exigió que dieran respuestas similares unificadas a sus clientes fuera de China.
“La guerra comercial de China con los Estados Unidos ha producido fuertes pérdidas económicas y tuvo un enorme impacto sobre las exportaciones del país el año pasado porque muchos clientes extranjeros realizaron sus pedidos a la India y otros países”, explicó el empleado. “Al Gobierno le preocupaba que, si salía a la luz la verdad sobre la epidemia y la Organización Mundial de la Salud incluía a China como un área epidémica, esto dañaría más a la economía del país, especialmente el comercio con el extranjero. Por eso nos exigieron dar esa respuesta para ocultar el brote”.
“A nuestros clientes les seguía preocupando que sus entregas sufrieran retrasos, así que insistieron en tener información sobre la epidemia todos los días”, continuó el hombre. Recordó que, a finales de febrero, cuando el virus se había propagado a otros países, los clientes preguntaron sobre las medidas que había empleado China para prevenir la propagación de la COVID-19. De acuerdo con las instrucciones de la compañía, tuvo que responder: “La epidemia ha estado bajo control, pero los empleados infectados necesitaban ser aislados por un tiempo antes de regresar a trabajar, lo cual podría retrasar sus entregas”.
“En realidad, las fábricas ya habían detenido la producción debido a la epidemia y no podían asegurar las entregas a tiempo”, dijo el empleado. “Aun así, quienes trabajaban con el extranjero siguieron mintiendo para comprar tiempo. Era innecesario, pero el PCCh inventó mentiras y, luego, más mentiras, para encubrir los hechos”.
El hombre añadió que él quería decirles la verdad a sus clientes, pero tenía miedo de que el Gobierno tomara represalias en su contra. “Cuando la pandemia comenzó a propagarse en los países de mis clientes, ellos relataron de manera veraz lo que estaba ocurriendo. Me siento muy avergonzado”, dijo.