Las autoridades clausuraron ilegalmente un establecimiento católico dos años antes de la expiración de su contrato.
por Lin Yijiang
En diciembre de 2015, agentes de la comisaría de Chengtou, situada en la ciudad de Fuqing, irrumpieron en un oratorio católico y les ordenaron a los creyentes que se retiraran del mismo. Como persistían, el personal visitó el lugar repetidamente en un esfuerzo por expulsarlos. Finalmente, la policía clausuró el lugar de culto y prohibió el ingreso de cualquier persona en el futuro.
Las autoridades intentaron demoler el oratorio. El techo del tercer piso del edificio fue dañado y se perforaron 17 orificios de diferentes diámetros, entre 1 y 2 metros, en sus losas de cemento. Los creyentes los habían restaurado parcialmente y las marcas permanecen en los sitios donde se hicieron las reparaciones.
Según los informes, el oratorio y el Pabellón de la Virgen fueron construidos junto a la iglesia católica subterránea a la que estaban unidas las estructuras. Un anciano miembro fue el que alquiló la tierra para ello, y aproximadamente se gastaron de 2 a 3 millones de yuanes en la construcción. El oratorio era el lugar de reunión para muchos sacerdotes, frailes y monjas en Fuqing, y allí se celebraban festivales religiosos locales populares.
No obstante, el gobierno declaró que la tierra no podía ser utilizada para actividades religiosas. Si bien el contrato de arrendamiento para el lote del oratorio era válido hasta enero de 2018, las autoridades violaron descaradamente este contrato y lo clausuraron dos años antes de la fecha límite.
El oratorio era cuidado por una anciana mayor de 70 años y su hijo. Ambos fueron expulsados por la policía, y junto con toda la comunidad católica local, todavía se sienten enfadados por las acciones del Partido Comunista Chino (PCCh).
Video: Todas las instalaciones en el segundo piso destruidas.